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miércoles, 31 de agosto de 2011

Jay y Bob el Silencioso Contraatacan

Director: Kevin Smith
Año: 2001 País: EE.UU. Género: Comedia Puntaje: 7.5/10
Interpretes: Jason Mewes, Kevin Smith, Ben Affleck, Shannon Elizabeth, Will Ferrell, Jason Lee, Chris Rock, Jeff Anderson, Matt Damon, Eliza Dushku, Ali Larter, Jennifer Schwalbach, Seann William Scott, Carrie Fisher, Gus Van Sant, Wes Craven y Mark Hamill



Jay (Jason Mewes) y Bob el Silencioso (Kevin Smith) descubren que su viejo amigo Banky Edwards (Jason Lee) los ha traicionado, ha ido a Hollywood a producir una película basada en un cómic sobre sus alter egos “Bluntman y Chronic” y protagonizada por dos populares actores. Atónitos ante la noticia y, desesperados, al comprobar que en Internet les llueven las críticas por haber vendido su historia, deciden salvar su reputación y van a Hollywood para sabotear el proyecto. Con sólo cuatro filmes en su carrera cinematográfica (hasta entonces), Kevin Smith ya había dejado patente que su talento como realizador estaba adscrito a una enorme capacidad para la autocrítica y el análisis del mundo en el que la insurrección, la originalidad, el atrevimiento y la grosería han sido elementos claves para el éxito del que es, sin lugar a dudas, fue uno de los directores más capacitados del cine moderno. Smith, siguiendo una coherente línea argumental y humorística basada en el “gag” de supeditación televisiva nostálgica y tendencia al cómic generacional, propuso con “Jay y Bob el Silencioso Contraatacan” una hermética intencionalidad sardónica y cruel hacia sus propios principios formales en la que, de forma corrosiva, pone su innegable talento para la comedia gamberra al servicio de la diatriba más desalmada que se ha hecho del Hollywood actual hasta la fecha. La Miramax y todos los cameos que aparecen en la cinta exponen una ejemplificación brutal de la autoironía más plausible del cine moderno, dejando ver, mediante una retahíla de monumentales parodias visuales, un sentido del humor pocas veces visto en una pantalla.



Los oscuros recodos del “star-system”, los rencores personales del director (sobre todo con Tim Burton), la era de incomunicación internauta y una ácida sátira de la falsedad que envuelve el universo del celuloide son el objetivo de esta nueva creación del genio de Nueva Jersey. Para ello Smith ha contado, como finalización de una etapa creativa, con los dos personajes más fascinantes de su filmografía: Jay y Bob el Silencioso. Auténticos mitos que, a pesar de su estulticia y descompostura, representan la síntesis del universo de un director que ha convertido a estos dos roles en auténticos héroes ontológicos. El director de “Clerks” (1994) ejerce de propagador y dinamitador de clichés contemporáneos, enfatizando el colorido, los decorados y el ritmo argumental, para manifestar una comedida intención de disturbar la realidad e invertirla hacia objetivos en los que el universo del cómic bizarro se imponen a cualquier lógica artística. El filme adopta la forma de un proyectil de sencillez cómica impecable, de una historieta para espíritus jóvenes y sediciosos, pero a su vez, subvirtiendo la propia comedia de “gags” y al concepto de diversión impuesto en su filme “Dogma” (1999), pero con el reemplazo de la concepción teórica de aquélla por la estricta diversión, condimentada con un sensacional humor. Esta nueva perversión vuelve a brindar un ácido retrato genealógico que exhibe las pequeñas miserias de unos personajes desorientados, que buscan respuestas a preguntas que les exceden, a retos que, en esta ocasión, se desarrollan en la línea del cómic más “underground”. Al igual que en sus anteriores películas, todas las situaciones se encaminan hacia la escatología y la mordacidad, sirviéndose de este particular reclamo para restar peso a temas de enorme solidez y de extrema sensatez.



Ahora bien, se supone que al público es necesario darle también una oportunidad de integración o algún otro motivo de interés, porque en definitiva es quien va a ver la película. En este sentido, reconozco que para los que son ajenos a la trayectoria del director norteamericano, este filme puede ofrecer más bien poco, o poco más que un rato de distracción a cargo de unos guiños, parodias y homenajes mayormente autorreferenciales cuyo sentido no acabarán de entender. En cambio, para los seguidores de Smith (entre cuyas filas me incluyo), “Jay y Bob El Silencioso Contraatacan” es un regalo con el que van a disfrutar muchísimo. Algo así como la edición especial de un cómic o cualquier otra pieza de coleccionista, que nos llega, precisamente, de la mano de uno de los mitómanos del “freak”, las películas de Serie B y el cine basura más convencidos sobre la faz de la tierra. Cabe destacar que el director estadounidense tiene, por suerte, un público fiel que le sigue desde su ya mítica opera prima, y que le perdona cualquier desliz o mediocridad confiando en que la próxima tal vez sea la muestra definitiva de que la flauta no sonó en aquella ocasión por casualidad. Cabe decir que lo que Smith ha perdido en espontaneidad y frescura desde aquel legendario largometraje independiente, a medida que las cifras de sus presupuestos han ido en aumento, parece que tampoco se ha visto compensado por una mayor capacidad creativa. Porque una vez superada su trilogía de New Jersey con bastante buena nota media, y después de la estimable “Dogma”, nos llega un trabajo que, como comentaba, para cualquier desconocedor de la idiosincrasia de Smith tiene escaso atractivo. Pero, ¿y qué? Si al fin y al cabo está hecha para nosotros y somos los únicos que pagaremos con gusto para ver esta cinta.


“Jay y Bob El Silencioso Contraatacan” es una historia distraída, gamberra, disparatada, políticamente incorrecta, que consigue arrancarte un buen puñado de carcajadas nada forzadas. Puro cine de entretenimiento, y a la vez de culto, para pasar un buen rato, y como dije, los fans de Smith la acogemos gratamente, aunque no sea tan brillante como algunos de sus trabajos anteriores. Llena de escenas memorables, rotundas, fantásticas, y de una crítica al mundo de Hollywood, Smith entrega a su público una especie de regalo de despedida, pues con esta cinta supuestamente termina el ciclo del universo de Nueva Jersey que inició con "Clerks". Y como fin de esa etapa triunfa estruendosamente, ya que además de incluir a virtualmente todos los personajes de sus cintas anteriores, Smith consigue lo que su segunda película, "Banda en Fuga" (1996), nunca logró ser, una comedia inteligente pero siguiendo los preceptos "inmaduros" del cine juvenil, logrando la balanceada coexistencia de sátira social con chistes escatológicos de la peor clase. Y por "peor", desde luego quiero decir "mejor". Jay y Bob el Silencioso conectaron con público de todo el mundo con su divertidísima y actual parodia del estilo de vida de la “Generación X”, y la pareja continúo dejando una indeleble y divertida marca en las películas de Kevin Smith. Su peculiar humor despreocupado convirtió a Smith en uno de los directores independientes de la “Generación X” más defendido y apoyado. Jay y Bob el Silencioso también se convirtieron en protagonistas de su propia serie de cómics, así como de figuras, logos de camisetas e incluso han sido tema del concurso de vestuario de la convención del cómic. Se convirtieron en héroes a pesar de todo.


Como siempre, Smith deja un poco que desear con su dirección, pero la inclusión de Jamie Anderson y Billy Clevenger como cinematógrafos ha hecho maravillas para superar el torpe y estático estilo de Smith, muy criticado incluso por él mismo. Las actuaciones varían en calidad, aunque Jason Mewes como el parlanchín y malhablado Jay es una revelación, sus rapidísimos diálogos tienen tal chispa y están tan perfectamente adecuados a su personalidad que se convierte en una presencia hipnótica. Si a eso agregamos su evidente carencia de vergüenza, tenemos uno de los protagonistas más interesantes en la filmografía de Smith. Shannon Elizabeth no tiene mucho que hacer además de verse hermosa, pero junto con Eliza Dushku como su amiga y rival logra buena química en escena. De hecho, quien peor actúa es innegablemente es el mismo Kevin Smith en el papel de Bob el Silencioso. Sus gesticulaciones a cámara recuerdan las de un niño en el vídeo de su cumpleaños. Afortunadamente el pilar que sostiene estas películas no son las actuaciones ni la dirección ni la fotografía...son los diálogos. Smith es un titán en este campo y aunque en esta película carecen de la ferocidad e incisión de, digamos, los diálogos de "Mi Pareja Equivocada" (1997), pero resultan mejores, por mucho, que los de cualquier comedia juvenil hecha en los últimos años. Smith decidió realizar una película al estilo de las antiguas súper comedias, del tipo que contaban con un enorme reparto y un flujo ininterrumpido de momentos divertidos. Él mismo explica, "En este filme, Jay y Bob se convierten en las estrellas de la película, pero hay un reparto tan extenso y divertido, que también puedes disfrutar con los otros personajes. Es lo mejor de los dos mundos."



Kevin Smith ha hecho de “Jay y Bob el Silencioso Contraatacan” una película a su justa medida donde por fin los protagonistas son esta peculiar pareja de marginados de barrio que matan el tiempo a las afueras de una pequeña tienda de autoservicio. Acato es normal que la cinta vista desde fuera aparenta un auténtico desperdicio, pero es una reivindicación del humor estúpido del propio Smith junto a toda la filmografía que le rodea. Adema es un pequeño homenaje a todo lo que rodea al mundillo del cine y lo más importante, una auténtica joya para los que le hayamos agarrado la onda a Smith. Todo es una locura en esta cinta desde el título y el logo imitando al de “El Imperio Contraataca”; Scooby-Doo, montando una fiesta dentro de su famosa furgoneta; Wes Craven dirigiendo una nueva secuela de “Scream” (1996) protagonizada por Shannon Doherty en la que “Ghostface” es un orangután; Carrie Fisher (Princesa Leia en “Star Wars”) como una amable monja que recoge a Jay y Bob cuando hacen autostop, con sus disparatadas consecuencias; la aparición estelar de Mark Hamill (Luke Skywalker en “Star Wars”) demostrando su sentido del humor al encarnar al malvado maestro Jedi, villano de la película de “Bluntman y Chronic”; y una divertidísima escena en la que aparecen Ben Affleck y Matt Damon (interpretándose a si mismos) rodando una hipotética secuela de “En Busca del Destino” (1997) mientras vemos como el mismísimo Gus Van Sant pasa de dirigir su película y se dedica a contar dinero. La conciencia analítica que Smith es utilizada magistralmente en esta su última obra de culto, no sólo sacude sin temor los pilares del cine moderno, sino que lleva su causticidad a extremos de paroxismo referencial sin autocensura. “Jay y Bob el Silencioso Contraatacan” es, por tanto, la cima de las aventuras de unos personajes creados para trascender a lo largo de los años.



"Esplendorosa y corrosiva obra de culto"

domingo, 19 de junio de 2011

Mi Pareja Equivocada

Director: Kevin Smith
Año: 1997 País: EE.UU. Género: Comedia/Drama Puntaje: 08/10
Interpretes: Ben Affleck, Joey Lauren Adams, Jason Lee, Kevin Smith, Dwight Ewell, Jason Mewes, Matt Damon, Illeana Douglas y Casey Affleck



La película nos sitúa en la subcultura del cómic de Nueva York para presentarnos lo que en apariencia es una clásica historia de amistad y/o amor. Holden McNeil (Ben Affleck) y Banky Edwards (Jason Lee) son amigos de infancia, compañeros de piso y creadores de “Bluntman & Chronic”, cómic de gran éxito. Cuando Holden conoce a Alyssa Jones (Joey Lauren Adams) siente enseguida una fuerte atracción por ella que desemboca en una intensa relación de amistad, pero sorpresivamente descubre que ella es lesbiana, con esto ya tenemos debidamente planteado el conflicto, elemento imprescindible en toda trama que se precie. Las razones que llevan a una película a convertirse en obra de culto son muchas veces sutiles. Implican una serie de factores ajenos a la calidad técnica y artística de la cinta que sin razón aparente, consiguen llegar con especial intensidad a un pequeño porcentaje de los espectadores. Ellos, han visto una película diferente. Aún estando sentados en la misma sala que el resto del público. He ahí donde radica la grandeza de esta clase de filmes. Es necesario, por tanto, tener una cierta seguridad de que no son las cualidades puramente cinematográficas las que constituyen el mayor atractivo de la película. Sólo entonces será posible descubrir esa esencia última que la convierte en algo especial, una vez que hayamos dejado al descubierto sus virtudes y defectos más terrenales.



Con sus dos películas anteriores, “Clerks” (1994) y “Banda en Fuga” (1996), Kevin Smith había dejado claro que lo suyo eran los diálogos gamberros pero inteligentes, las bromas escatológicas y las historias de chicos que andan tras las chicas. Todos estos ingredientes le sirvieron para hacerse su propio hueco en el mercado independiente norteamericano, amén de lograr hacerse con una pléyade de fieles seguidores. Con estos antecedentes, la aparición en 1997 de “Mi Pareja Equivocada” fuese calificada por muchos como todo un cambio de registro del director de Nueva Jersey. Pasados los cuarenta y cinco minutos iníciales, la película, que hasta ese momento se ajustaba como un guante al universo de la filmografía anterior de Smith, explota y da un brusco giro hacia el drama, coincidiendo con la escena en la que Banky trata de abrirle los ojos a Holden en lo referente al futuro de su relación con Alyssa. Es entonces cuando Holden confiesa estar enamorado de ella. A partir de ahí, la trama se ve salpicada de escenas con una cierta carga dramática, hasta que desemboca en la que posiblemente es la mejor secuencia de la película, cuando Holden confiesa a Alyssa su amor en plena noche lluviosa. Aunque lo que realmente pretende hacernos llegar la película es que, ser correspondido, es lo más importante en una relación. Eso nos hace pretender conocer todo acerca del pasado (bueno o malo) de la pareja, es algo que puede jugar malas pasadas, de todos modos, lo hecho, hecho está y eso que siempre hay tiempo de sobra para rectificar.



La cinta no sorprende especialmente por sus recursos cinematográficos, aunque Smith consigue combinar adecuadamente técnicas tradicionales, que utiliza durante la mayor parte del metraje, con otras que introduce sólo en las escenas de especial carga emotiva. Así por ejemplo, pasamos del casi infantil montaje de la escena en la que Banky se da cuenta de que están en un local de ambiente lésbico, al inteligente uso de la cámara al hombro que consigue introducir al espectador de forma espectacular en las escenas más intensas, por citar sólo dos ejemplos. Es precisamente este contraste el que justifica la simpleza de los recursos utilizados por Smith en determinados momentos, ya que esos cambios de estilo son los que constituyen una verdadera señal de atención para el espectador, que se encuentra entonces alerta para recibir todo aquello que la historia tiene aún por contar. Seguramente muchos de nosotros hemos sentido esa desagradable sensación que invade nuestro ser cuando alguien especial se nos escapa sin que podamos hacer mucho por remediarlo. Pero, aun así, existen personas que tienen muy claro cuáles son sus sentimientos y deciden plantarle cara a sus miedos y limitaciones lanzándose de lleno a la aventura en busca de esa segunda oportunidad. Ya saben, eso de “quien la sigue la consigue”, suele funcionar. Este filme uno de esos que te llega, que se mete en tu cerebro y te hace sentir más humano.



En “Mi Pareja Equivocada” Smith recurre al tradicional universo de diálogos gamberros, humor escatológico, basta citar la escena en la que Alyssa y Banky comparan sus lesiones fruto de la práctica del cunnilingus, homenaje confeso a “Tiburón” (1975), Smith invoca el espíritu de sus anteriores películas para contarnos una historia mucho más personal. De ahí que las escenas que llevan la verdadera carga emocional de la cinta estén en cierto modo salpicadas a lo largo del metraje, como si el director no quisiera defraudar a sus incondicionales seguidores. No en vano, la mayoría de escenas dramáticas terminan con algún chiste por parte de alguno de los personajes, proporcionando así una vía de escape a aquellos espectadores que esperaban encontrarse una comedia y sólo una comedia. La verdadera grandeza de “Mi Pareja Equivocada” reside en los bocados de realidad que Kevin Smith nos ofrece directamente de sus entrañas. El propio Smith reconoce en un artículo publicado por su productora, que los cuatro personajes protagonistas de la película tienen relación directa con él mismo. Holden es en realidad el propio Kevin Smith, con sus virtudes y sus defectos, con sus miedos y sus anhelos. Alyssa sin embargo, constituye todo aquello que Smith siempre ha considerado que debía hacer y pensar para obrar correctamente, la voz de su conciencia en definitiva. Esta película no llega a ser tan transgresiva como “Clerks”, pero para mí es la mejor de Smith.



Por otra parte, Banky es una verdadera amalgama de gran parte de los ideales que Smith tiene sobre amistad y camaradería. Todo el conjunto de emociones que el propio Smith sentía cuando alguno de sus amigos se casaba o sencillamente prefería estar con su novia que con su pandilla de toda la vida. Hooper personifica la visión personal que el director de Nueva Jersey tiene de la comunidad gay como tal. Un contrapunto necesario para poder ubicar debidamente al personaje de Alyssa su propio sistema de coordenadas, independiente (en el fondo) de todo movimiento social de carácter homosexual que intente generalizar. Hooper es precisamente esa generalización en sí mismo, un personaje completamente integrado en su comunidad que conoce profundamente los vicios y virtudes de la misma, como podemos deducir de la escena de la tienda de discos. Es imposible no sentirse identificado con la historia, y con eso es con lo que Smith juega. Quizás no sea nada nuevo ni original, pero su mayor mérito es contarlo de tal forma que el espectador se sienta totalmente identificado con la maravillosa a la par que desastrosa historia de la pareja protagonista, sus miedos, sensaciones, inseguridades... que llevan siempre a un amor imposible no porque no pueda ser si no por la propia culpa de sus protagonistas y lo inevitable de las dudas que así mismos se plantean, y sea eso lo que más conmueva al espectador, la imposibilidad y la impotencia de querer y no poder.



Cuando empiezas a ver esta película, crees que va a ser la típica comedia romanticona americana. Pero al instante te das cuenta que da una vuelta de tuerca completa convirtiéndola en algo muy grande. Sin tapujos, grandes diálogos y un final agridulce, pero real como la vida misma. En base a un trabajo de guión de lo más inspirado, la película expone de manera brillante cuestiones que probablemente todos nos hayamos planteado en alguno de esos momentos en que nos ponemos trascendentales. Nos hace meditar sobre nuestros miedos y nuestros prejuicios, esos prejuicios de los que somos plenamente conscientes pero de los cuales no nos podemos liberar, y que hacen que al amparo de la teoría del “Eso no es normal”, dejemos pasar trenes que puede que jamás vuelvan, quedando para siempre con la sensación de estar con nuestra pareja equivocada, es decir, lamentándonos de por vida por lo que perdimos o por lo que por falta de valentía no pudimos conseguir. El verdadero acierto de “Mi Pareja Equivocada” consiste en contarnos una historia de amor imposible de forma realista. Ni más, ni menos. Smith nos presenta un bonito cuento de hadas para acto seguido arrojarnos a la cara la razón por la que es imposible que tenga un final feliz. Razones mágicas en títulos (muy similares en el fondo) como “Lady Halcón” (1985) o “La Princesa Prometida” (1987). Eso es todo. Una romántica historia de amor contada de tal forma que podemos llegar a creer que en nuestro mundo “el de verdad” puede tener perfectamente lugar.



"Cruda, graciosa, cínica y lúcida”

domingo, 6 de febrero de 2011

Akira

Director: Katsuhiro Otomo
Año: 1988 País: Japón Género: Animación Puntaje: 09/10
Productora: Akira Committlee

Es el año 2019, Neo-Tokio, es una ciudad construida sobre la antigua capital japonesa destruida tras la Tercera Guerra Mundial. Japón se ha convertido en un país al borde del colapso enfrentado en continuas crisis políticas. En secreto, un equipo de científicos ha reactivado por orden del ejército un experimento para encontrar a sujetos que puedan controlar el arma definitiva: una fuerza denominada "La Energía Absoluta". Pero los habitantes de Neo-Tokio tienen otras cosas de las que preocuparse. Uno de ellos es Kaneda, un joven pandillero líder de una banda de motoristas. Durante una pelea, su mejor amigo, Tetsuo, sufre un extraño accidente y termina ingresado en unas instalaciones militares. Allí los científicos descubrirán que es el poseedor de “La Energía Absoluta”. Pero Tetsuo no se resignará a convertirse en un conejillo de indias...y muy pronto se convertirá en la amenaza más grande que el mundo ha conocido. Cabe destacar que la cinta esta basada en el manga del mismo nombre creada por el propio Otomo. Tan mítica como transgresora “Akira” supuso a finales de los ochenta una revolución en lo que a animación se refiere, así como el reconocimiento a Katsuhiro Otomo que si bien en la película no pudo desarrollar toda la aventura de su manga si pudo al menos capturar esa atmósfera inquietante e incluso claustrofóbica en ocasiones de la que dotó al Best Seller. “Akira” es una película que trata temas que entroncan a la perfección con la mentalidad y la sociedad japonesa, además temas como la delincuencia juvenil, la violencia y la destrucción masiva, son mostrados magistralmente en esta gran cinta de animación.

“Akira” es una película rápida y sorprendente de principio a fin tan recomendable a otakus (aficionados a la animación japonesa) como a cinéfilos, en la que se muestra un Japón post-apocalíptico, donde la sociedad se recupera de las heridas abiertas durante la Tercera Guerra Mundial, en el que la violencia callejera, las crisis políticas y la inseguridad en general son comunes; en lo que al dibujo se refiere se han de destacar dos puntos importantes, el primero de ellos es la tímida tendencia de Otomo a la caricatura y el segundo es la inefable perfección del trazo a la hora de crear los edificios; claro que estos dos aspectos no solo se dan forma a la película, sino en toda la obra del autor, decir también que aunque han pasado casi más de dos décadas, la calidad mostrada en el dibujo de “Akira” nada tiene que envidiar a las nuevas producciones. Como resalte, el guión de la película está sacado del manga homónimo, resumiendo trama y omitiendo personajes (algunos de ellos claves en el cómic) al margen de esto el guión resulta no sólo original sino también profundo llegando incluso a diluirse en la ambigüedad (hecho que ayuda a que el filme sea impactante, ya que hasta entonces ninguna película de animación había tratado temas más allá de la amistad o similares). La música incluye hermosas melodías de percusión, coros polifónicos, armonías de órgano amplificadas, que se acompañan de sonidos ambientales hiperrealistas. La dirección creó un trabajo innovador, sorprendente y conmovedor.

Sin hacer las odiosas comparaciones entre manga y película, me centraré solamente en la cinta de animación sin volver a referirme al cómic japonés. Más que nada porque una película debe ser juzgada por sí sola, sin necesidad de tener que frecuentar la obra literaria, el videojuego o como en este caso, el manga de turno. Además, “Akira”, la película, es un trabajo magnífico que no requiere (al contrario de lo que muchos opinan) conocer el manga, entre otras cosas porque la película fue realizada antes de que el manga finalizara su carrera comercial. Está claro que quien haya podido disfrutar de el manga le sacará más jugo a la película, pero ese no es el tema a tratar aquí. Sin mencionar nada sobre su trama (que en un primer visionado puede parecer compleja y confusa, pero nada más lejos de la realidad) y que seguro cualquier aficionado al género que nos ocupa conocerá, “Akira” se ha convertido en la película de animación japonesa por excelencia, una obra genial que ha creado escuela y que ha inspirado, no sólo multitud de películas de animación, sino también películas de imagen real, videoclips, series, libros, videojuegos...Y no es para menos, tan solo hay que ver los medios con los que contó, un (entonces abultado) presupuesto que se acercó a los 10 millones de dólares (tengamos en cuenta que es una película de animación realizada en el año 1988) y la forma en que se elaboró el proyecto para sacarlo adelante, entre otros aspectos, habría que destacar el proceso de trabajo que se llevó a cabo con las voces, las cuales fueron grabadas antes de dibujar a los personajes, fue la primera vez que se usaba esta técnica.

Como dije anteriormente “Akira” se ha constituido como el referente del animé japonés con el paso de los años. No tiene demasiadas cosas diferentes de otras obras “cyberpunk” que han venido de la tierra del sol naciente. Hay un holocausto, hay una ciudad reconstruida, un estado de fuerte presencia policial, una guerra civil en ciernes enarbolada por la juventud disconforme. Hasta allí, la trama es similar a bastantes productos post “Akira” (que posiblemente hayan tomado de este filme las ideas básicas del escenario) como Evangelion (1995) o Cowboy Bebop (1998). Donde la cinta empieza a distanciarse y tomar vuelo propio, es en lo que los militares se encuentran buscando tras los experimentos genéticos. Comenzando por la excusa principal de la historia, que todos llaman Akira y que recién se explica tibiamente hacia el final de la película. Al principio Akira parece ser una presencia divina que se encuentra en todas las cosas (¿la fuerza?), después resulta ser una fuente de energía alimentada por el conocimiento y la vida de las generaciones pasadas, pasando por ser una especie de mesías que la gente espera para acabar con el estado policial, y resultando que es el ser primigenio que llamó la atención a las fuerzas militares sobre la potencia de los poderes psíquicos. Si es esta última la explicación definitiva, no queda claro como el nombre de un chico sujeto a experimentación secreta pasó al conocimiento público (en muchos pasajes del filme, la gente viva a Akira).

Es cierto que la obra cumbre de Otomo cuenta con un guión confuso y poco explicativo. Que entender cada una de las circunstancias que rodean al filme es una ardua tarea que solo puede llevarse a cabo con más de una visión de la película. Es cierto también, que muchas cuestiones se presentan sueltas, con cabos demasiado libres, no encadenados, que navegan por esos 124 minutos ofreciéndonos indicios como un rompecabezas al que le faltan un par de piezas y cuyo paisaje final nunca vamos a terminar de armar, sino que por el contrario, con lo que tenemos, que no es poco, debemos imaginar. Pero es justamente en esa instancia donde la obra de Otomo se vuelve deliciosa, única, simplemente bella: En el momento en que ese argumento tan difusamente presentado entra en nuestra psiquis y comienza una reacción en cadena que llevan a nuestra imaginación a puertas insospechados cuando comenzamos a ver el filme (sobre todo para los que no leímos el comic). Y es que las justificaciones de todo lo que sucede en su transcurrir también son difusas, es decir, ni los propios protagonistas tienen en claro porque sucede lo que sucede, porque Tetsuo tiene los poderes que tiene de la noche a la mañana, porque “Akira” es lo que es, porque su inmenso poder desató la tercera guerra mundial 31 años atrás arrasando con toda la vieja ciudad de Tokio, o si realmente la causa de este nuevo holocausto fue otra. “Akira” no abandono las historietas y se hizo celuloide para explicarnos cada uno de las situaciones que plantea sino para que entremos en un viaje espiritual que pocas veces se puede observar en una cinta de dibujos animados.

El principal hilo conductor de la cinta es la “Energía Absoluta”, la que contiene Akira, la que contiene Tetsuo, la que contenemos todos en nuestro interior dormida y que en algún momento de la vida se revela, o no, como una erupción indetenible en el seno del volcán inactivo que cada ser humano es. Esa energía que junto a los recuerdo del mismísimo inicio del Universo descansan en nuestra esencia, en nuestra misma genética esperando el tiempo y el momento apropiados para ser manifestados, es a partir de esa deducción que el filme se lanza a una interpretación metafísica, si se quiere, al estilo “2001: Odisea en el Espacio”. El súper ser transformándose en un ente orgánico gigantesco; y Akira renaciendo como una fuente de energía que devora todo, incluso a la masa orgánica y a los chicos mutantes, tragándose media ciudad hasta convertirse en una mini nova (¿un mini universo?) donde todos se fusionan en uno solo. Se podría interpretar que Akira ha recuperado todas sus partes para culminar con su tarea de evolución y elevación. O, cínicamente, que el director tomó un atajo para intentar poner algún tipo de final, la otra opción era dejar a unos dioses antagónicos reglando la Tierra, en cuanto a los personajes están bien escritos, y las situaciones bien desarrolladas. Ciertamente el futuro descripto en el filme es algo conservador, lo cual no es demasiado desacertado, si analizamos como ha evolucionado la tecnología desde 1987 hasta hoy, pero cumple con su cometido. Sin duda alguna “Akira” es toda una obra maestra llevada a cabo por el incombustible Katshuiro Otomo, que creado una cinta que ha perdurado y perdurará eternamente.



“Una cinta enigmáticamente filosófica"

miércoles, 2 de febrero de 2011

Batman: El Caballero de la Noche

Director: Christopher Nolan
Año: 2008 País: EE.UU. Género: Cómic/Acción Puntaje: 10/10
Interpretes: Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal, Morgan Freeman, Eric Roberts, Cillian Murphy y Anthony Michael Hall

Esta vez Batman (Christian Bale) asume más riesgos en su guerra contra el crimen. Con la ayuda del teniente Jim Gordon (Gary Oldman) y de el nuevo y comprometido fiscal de distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), Batman se propone desmantelar las organizaciones criminales que infestan las calles de Ciudad Gótica. Al principio la asociación demuestra ser efectiva, pero pronto se verán atrapados en un reino del caos desatado por una mente criminal en auge conocida por los aterrorizados habitantes de la ciudad como El Guasón (Heath Ledger), que introduce la anarquía en Ciudad Gótica y obliga al Caballero de la Noche a cruzar aún más la fina línea que separa al héroe del justiciero, sino fuera suficiente también parecerá en escena el temible Dos Caras . “Batman: El Caballero de la Noche”, sexto trabajo del director Christopher Nolan, es un impresionante filme, el más grande jamás hecho sobre superhéroes. Una obra maestra capaz de sobrepasar los límites del propio cine, y hacer que sintamos fascinación por lo oscuro, lo malvado, lo terrorífico, y que caminemos por esa finísima línea que separa el bien del mal, y ver hasta donde seríamos capaces de cuestionarnos nuestros valores frente a la posibilidad de matar a un semejante con tal de salvarnos nosotros mismos. Nolan contesta por todos en el clímax del ser humano, donde se ampara en la esperanza, ésa que de vez en cuando (me atrevería a decir que muy de vez en cuando) perdemos cuando se trata de tener fe en nosotros mismos.

El atraco a un banco marca el ritmo de “Batman: El Caballero de la Noche”. A partir de ese momento y hasta el último minuto de proyección, incluidos los títulos de crédito, la película no decae ni un sólo instante, no flojea ni lo más mínimo. Pero su director va mucho más allá. La fotografía es luminosa, brillante, no perdemos ni un sólo detalle de lo que acontece. Terminada esta secuencia, en la que están presentes todas las cartas (nunca mejor dicho) de lo que acontece en el resto del filme, la luz va disminuyendo hasta llegar a encontrarse con la oscuridad, en su tramo final. Un sorprendente ejercicio narrativo, de absoluta y aplastante coherencia, con el que Nolan se descubre como uno de los mejores narradores del cine actual. “Batman: El Caballero de la Noche” sigue, como perfecta secuela que es, lo narrado en “Batman Inicia” (2005). Batman se ha convertido en el azote de la delincuencia en Ciudad Gótica. Los villanos temen su presencia y son pocos los que salen a hacer sus fechorías cuando la sombre del hombre murciélago planea sobre ellos. Pero alguien aparece para dar una posible solución: El Guasón. Un ser sin escrúpulos, cuyos orígenes son totalmente desconocidos, y que propone a la mafia de Ciudad Gótica la posibilidad de matar a su único y verdadero problema: Batman. En la línea divisoria entre arte e industria, poesía y entretenimiento, esta cinta llega más oscura y más profunda que cualquier otra película de Hollywood sobre adaptaciones de cómic.

Mucho se a hablado de “Batman: El Caballero de la Noche”, auténtico fenómeno social que parece estar por encima del bien y del mal. Llamarla la mejor película de la historia me parece exagerado, pero es que esa expresión me parece exagerada, o mejor dicho inapropiada, para cualquier película, desde “Casablanca” (1942) a “Golpes del Destino” (2004), pasando por “El Padrino” (1972). Hablamos de cine, algo que para muchos de nosotros es como el aire o el agua, pero que en el fondo ni arregla el hambre en el mundo, ni nos soluciona la vida, aunque muchas veces hace que nos evadamos de nuestros problemas y creamos en su poderosa magia. “Batman: El Caballero de la Noche” es Cine al 100%, una poderosa maquinaria, pensada al milímetro, capaz de desplegar todas sus armas para que el espectador se sienta abrumado, emocionado, fascinado y todos los buenos adjetivos terminados en “ado” que se les ocurran. Sí, es una película para que un servidor utilice todos los inútiles epítetos de los que he hecho gala miles de veces. Se los merece, porque Nolan ha sabido dar en clavo una vez más, repitiendo personaje (más que manoseado) y hacer lo que pocas veces se ha hecho: superar el filme original. La cinta es una superproducción aplastante y convincente, reflexiva y palomitera, densa y dinámica a partes iguales dirigida con un brío y un pulso intachables por parte de un Nolan que ha encontrado en este rebuscado adalid del bien una vía de expresión que se adapta perfectamente a sus pretensiones como cineasta, que cuidan y hermanan soberanamente lo audaz con lo factible.

Christian Bale se muestra más seguro con su personaje, el cual ya no necesita ningún tipo de presentación. Morgan Freeman y Michael Caine siguen siendo, en cierta medida, las cuerdas voces que Batman/Wayne necesita oír de vez en cuando para no caer en los abismos de la locura por su incansable búsqueda de justicia. Gary Oldman tiene la oportunidad de lucirse aún más que la vez anterior con un personaje lleno de aristas. Maggie Gyllenhaal le demuestra a Katie Holmes cómo hay que suplir las carencias de un personaje sin duda pobre. Aaron Eckhart se convierte en uno de los vértices de la historia con un personaje, Harvey Dent, que bien podría ser una mezcla del propio Batman más El Guasón, y que sufre una lograda evolución muy bien mostrada por el actor. Por supuesto, el desaparecido Heath Ledger se merece todos los aplausos por ser el verdadero rey de la función. Un antagonista perfecto para Batman, El Guasón, un villano casi de otro mundo al representar todo aquello que odiamos y al mismo tiempo nos fascina. Un mensajero del caos, un practicante de la anarquía más peligrosa, un bufón que se ríe de todo y de todos, utilizando las debilidades de los demás como arma contra ellos. Alguien a quien sólo le importa él mismo, y que no busca ni la fama ni la riqueza, simplemente disfruta, como bien dice uno de los personajes en el filme, viendo arder el mundo. A este complicado y fascinante servidor del mal más puro, se entrega con total devoción y convicción, un Heath Ledger en perfecta armonía con las intenciones del filme.

Ledger es El Guasón, y el Guasón es Ledger. Un payaso nada payaso que atemoriza con su risa y nos hace temer lo peor. Con este filme se cumple la regla una vez más de que segundas partes de películas de superhéroes consiguen llegar mucho más lejos y explotar todo su potencial, pero es que Nolan consigue mucho más con esta esperada secuela de Batman. Y es que Nolan se aleja de completamente de lo que podría ser una película de superhéroes y lo que hace es construir un thriller en toda regla donde Batman es tan solo una pieza más de un enrevesado puzle de protagonistas, cada uno de ellos con su correspondiente importancia y relevancia para la trama. Batman se nos presenta como lo que es realmente, él no tiene superpoderes, pero es un autentico detective y usa la tecnología a su favor para dar con las pista y las claves y, claro está, es el autentico caballero oscuro de la justicia. Al otro lado tenemos a El Guasón, un personaje maquiavélico, demente y sin reglas ni ataduras, un personaje que quedará ya para la historia, que a medida que avanza el filme asusta cada vez más, que no se anda con chiquitas ni está para tonterías ni bromas, ya que está realmente loco. Pero cada uno de los personajes aquí tratados se complementan perfectamente con una trama muy trabajada y compleja, una trama que te va atrapando poco a poco y que parece que no va a acabar nunca, y realmente desearías que no lo hiciera.

Las escenas de acción se alejan de los artificios y de los grandes efectos especiales, siendo realistas y creíbles, cuando ponemos la acción en función de la historia y no al revés los resultados siempre son más espectaculares. Y la música que acompaña al filme en todo momento es brillante, hasta en los momentos en que no suena, una vez más, Hans Zimmer y James Newton Howard, en uno de sus mejores trabajos (de ambos) nos llevan al límite, vistiendo la película con un nervio pocas veces visto, en la que navegan desde el intimismo hasta la épica, añadiendo siempre una poderosa inquietud. En resumidas cuentas, Nolan construye un viaje a la locura de una mente enferma y al caos, sin dejar de definir la esencia de lo que nos hace héroes, y la fina línea que separa al héroe y al villano con un guión que es digno de aplauso y que demuestra una vez más que el cine comercial no tiene porque estar reñido con la originalidad y con la personalidad, ni con saber hacer una película realmente inteligente, compleja y llena de matices. Y todo para culminar en un final realmente estremecedor, con sentido y lógica, y que se mantiene fiel a todo el discurso del filme. Por mucho que hayas visto cada uno de los avances hasta la fecha del filme antes del estreno, e incluso, por mucho que te hayan gustado las recientes adaptaciones de la Marvel, no habrás visto nada comparado con la grandiosidad final de ver toda esta película, una absoluta maravilla que merece colocar en el podio de mejores filmes de superhéroes hechos hasta la fecha, que sin duda alguna creerá escuela.

“La mejor cinta de Superhéroes”

domingo, 28 de noviembre de 2010

Batman Inicia

Director: Christopher Nolan
Año: 2005 País: EE.UU. Género: Cómic/Acción Puntaje: 8.5/10
Interpretes: Christian Bale, Liam Neeson, Katie Holmes, Cillian Murphy, Michael Caine, Morgan Freeman, Gary Oldman, Ken Watanabe, Tom Wilkinson, Rutger Hauer, Mark Boone Junior y Christine Adams

En el 2005 Christopher Nolan se embarco a revivir a Batman, por ello se centro en los orígenes del superhéroe y en los motivos que hicieron al caballero de la noche emerger como la fuerza del bien, en la Ciudad Gótica. ¿Cómo cambia un hombre el mundo? Es una pregunta que obsesiona a Bruce Wayne (Christian Bale) al igual que el fantasma de sus padres, muertos a tiros ante sus ojos en las calles de Ciudad Gótica, una noche que cambió su vida para siempre. Atormentado por la culpa y la ira, el desilusionado heredero industrial desaparece y viaja en secreto por el mundo, buscando los medios de luchar contra la injusticia y utilizar el miedo contra los que se aprovechan de los más débiles. En su búsqueda, Bruce es adiestrado por un misterioso hombre llamado Ducard (Liam Neeson) en el dominio de las disciplinas físicas y mentales que le otorgarán el poder para combatir el mal que ha jurado destruir. Pronto se ve convertido en el objetivo de los intentos de reclutamiento de la Liga de las Sombras, un poderoso y subversivo grupo de vigilantes dirigido por el enigmático líder Ra's Al Ghul (Ken Watanabe). Cuando Bruce vuelve a la Ciudad Gótica la encuentra devorada por una delincuencia y una corrupción desenfrenadas. Con la ayuda de su leal mayordomo Alfred (Michael Caine), el detective Jim Gordon (Gary Oldman), uno de los pocos buenos policías de las fuerzas del orden público de Ciudad Gótica y Lucius Fox (Morgan Freeman), su aliado en la división de Ciencias Aplicadas de “Wayne Enterprises”, Bruce Wayne libera a su imponente alter ego: Batman, un justiciero enmascarado que utiliza la fuerza, la inteligencia y un despliegue de artefactos de alta tecnología para combatir las fuerzas siniestras que amenazan con destruir la ciudad.

Después de la euforia de “Batman” (1989) y “Batman Regresa” (1992) ambas dirigidas por Tim Burton, la serie comenzó a desbarrancarse cuando el diseñador de modas y pseudo director Joel Schumacher se hizo cargo, primero con una mediocre “Batman Eternamente” (1995), y la universalmente repudiada “Batman y Robin” (1997), donde el personaje volvía a tocar la cuerda y la personalidad de la serie televisiva de 1966. El público se había acostumbrado a una nueva faceta del personaje y repudiaron el regreso a sus fuentes (o a la idea generalizada que existía previamente sobre el personaje). Si “Batman y Robin” hubiera sido el primer filme de 1989, quizás no hubiera generado tanto rechazo (era más acorde con lo que uno recordaba de la serie de Adam West). Pero ya acostumbrados y fascinados con la visión oscura de Burton, simplemente se transformó en el peor sacrilegio que se le podía hacer al personaje, y la saga entró en un freezer del que demoraría años en salir. Tras varias tentativas fue Christopher Nolan el elegido en sacar de las cenizas a Batman, para ello contó con la ayuda de David S. Goyer en guión de la cinta. Sin duda la conjunción es más que interesante. En primer lugar, Goyer y Nolan deciden contar desde cero la historia del encapotado, incluso con elementos descolgados de la continuidad con los filmes de Burton. Por ejemplo, el asesino de los padres de Bruce es un matón callejero y no Jack Napier / El Guasón; Batman conoce a Gordon desde antes de ser comisionado, en una bella vuelta de tuerca, es el oficial de policía que consuela al joven Bruce tras el asesinato de sus padres; Ciudad Gótica ya no es el bizarro laberinto arquitectónico de los cómics o de las cintas de Burton sino que semeja una urbe cualquiera; e incluso El Guasón es un criminal en actividad al final del filme.

Al igual que otras exitosas películas recientes basadas en superhéroes, "Batman Inicia" pone más atención en la persona detrás de la máscara. Y en el caso de Batman, quien no tiene poderes especiales ni un origen fantasioso, es especialmente importante entender las causas por las que una persona "normal" (aunque sea millonario e increíblemente adepto a las artes marciales) puede considerar el ponerse un disfraz de murciélago y salir a enfrentarse a los más duros criminales de la decadente ciudad. En el mundo policromático del cómic tal vez funciona mejor el concepto tradicional de establecer a Batman como la persona "real", y a Bruce Wayne como la "máscara" que debe usar en sociedad, para ocultar sus actividades. Sin embargo, en el mundo semi-realista de una película, es más conveniente hacer lo opuesto, y por eso transcurre más de una hora de la cinta antes de que por primera vez veamos la famosa máscara y capa del héroe. Pero esta es la mejor decisión del director, pues al establecer bases sólidas para el crecimiento del personaje, seguimos concientes de su humanidad, incluso cuando sólo vemos el mencionado disfraz. Igualmente, esto hace más relevante su causa y lo convierte en un ser torturado y falible. De otro modo, como ocurre en muchas deficientes películas de acción, tendríamos a un invencible superhombre, lo cual siempre destruye la tensión y suspenso de su misión. Pero profundizando podemos ver claramente la complejidad del personaje de Bruce Wayne que en realidad es tres personajes en uno, el verdadero Bruce wayne atormentado por los sucesos que ocurrieron durante su juventud y que marcaron su personalidad, el millonario Bruce Wayne como fachada con el mundo real y Batman su fachada en la lucha contra el crimen. La película presenta con maestría la diferencia entre los tres "personajes", y la razón de ser de cada uno. Batman esta muy lejos de ser un personaje plano.

A Nolan le interesa crear un espacio que refleje adecuadamente las tensiones e inquietudes interiores del atribulado joven, que responda al lado humano del héroe, y que a la vez propicie el dinamismo que la historia encierra. De esta manera, a la trama social se añade el debate moral y personal de Bruce sobre el sentido de la vida, al borde del precipicio oscuro del odio y la violencia. Por eso, elige una ciudad futurista, muy desarrollada tecnológicamente, pero en la que subsisten reductos de hambre, criminalidad e insolidaridad. Es el mismo ambiente urbano de "Blade Runner", donde el progreso material ha venido acompañado de la decadencia moral de la civilización humana. Entonces, los límites entre lo que está bien y lo que reporta ventajas han sido difuminados, y los hombres se mueven por los resortes del propio beneficio, de la venganza o de la afirmación personal. El director hace hincapié en la necesidad de superar ese estado inicial de inmadurez, de dejar de lado los objetivos particulares para poner al servicio de la sociedad los bienes y cualidades personales, y esto aunque parezca que se renuncia a ser uno mismo y se convierta en un individuo sin rostro o una leyenda, o se pierda el amor de su vida y no se reconozca su trabajo. Incide en la necesidad de regenerar la sociedad a partir de la propia dignidad personal, escapando a la atracción del Mal, son evidentes las similitudes temáticas con "El Señor de los Anillos" o “La Guerra de las Galaxias” de Lucas entre otras epopeyas recientes, perdonando y siendo fiel a la misión encomendada en la vida.

La selección del elenco fue de vital importancia para el éxito de "Batman Inicia", y es testimonio de la visión del director el que haya elegido auténticos actores, y no meras estrellas de cine. Christian Bale ha probado en muchas ocasiones su talento para dar vida a personajes extremos (como el cazador de dragones en "Reign of Fire" y el cínico asesino de "American Psycho"), y esta vez no es la excepción. Su respaldo histriónico es igualmente impresionante. Morgan Freeman, en una de sus raras participaciones en "películas evento", tiene la misma credibilidad que no acostumbra tener. El extraordinario Michael Caine realiza también un excelente trabajo, aunque su participación es corta. Cillian Murphy como el enigmático Dr. Jonathan Crane o más conocido como “El Espantapájaros” es simplemente perfecto, apenas ocultando su tremenda amenaza bajo una apariencia frágil. Katie Holmes también resulta muy competente, y hay que agradecer que el guión no la relegue a un papel meramente decorativo. Finalmente, Liam Neeson tiene ya práctica como mentor (alguien recuerda a Qui-Gon Jinn), pero pocas veces lo hemos visto tan creíble y amenazador. En segundo lugar, está el punto de vista épico. No sólo vemos el origen de Bruce Wayne / Batman, sino la evolución del mismo. Debe ser el primer filme en donde Wayne resulta ser tan o más interesante que su alter ego. Es más el tiempo en que Christian Bale se encuentra sin máscara que disfrazado; y aún así, su presencia resulta magnética. La construcción de los hechos más mínimos que comienzan a encajar en el lugar para llegar al concepto de Batman que todos conocemos es fantástica.

Uno no siente que el pasaje de Wayne a la figura del murciélago humano sea forzada, sino que forma parte de una decisión lógica. La complicidad con Alfred, la tarea conjunta con su fiel mayordomo de construir el personaje (y el mito) es brillante. Uno tampoco siente, por ejemplo, que Alfred sea una figura decorativa como en versiones anteriores. Y realmente piensa en Batman como el alter ego de una persona conflictuada, que construye a una figura para saciar su necesidad de justicia, pero en todo momento es Wayne el que lo opera (da la impresión que Wayne construye muchos personajes: el encapotado, el millonario descerebrado...). Es totalmente contrario a los filmes anteriores, donde en realidad parecía que era Batman quien se disfrazaba de Bruce Wayne. Acá vemos a un hombre constantemente en control, planeando inteligentemente cada movida, retomar el poder de la corporación de su padre, obtener los medios para hacer justicia desde las sombras, a la vez que es un ser atormentado por su pasado y por sus fantasmas. La partitura es excelente, pero uno echa de menos las fanfarrias de Danny Elfman; de algún modo, Batman deja su lado científico, relegándolo en un nuevo personaje como Lucius Fox (Causante del genial “Batimovil” que se ve en la cinta); la relación con el amor de la infancia, encarnado por Katie Holmes, resulta tibia; el plan de los villanos es en cierto sentido un reciclado del plan de El Guasón de la primera cinta de Batman. Pero son defectos muy menores en comparación con la densidad, brillantez y excelencia de la película. Y por eso, se erige en uno de los dos mejores filmes sobre superhéroes de todos los tiempos.

"El comienzo de un nuevo y esplendoroso Batman"

sábado, 5 de septiembre de 2009

Una Historia Violenta

Director: David Cronenberg
Año: 2005 País: EE.UU Género: Drama/Thriller Puntaje: 10/10
Interpretes: Viggo Mortensen, Maria Bello, Ed Harris, William Hurt y Ashton Holmes

Impactante filme del gran director canadiense David Cronenberg, basada en una novela grafica narra la historia de Tom Stall (Viggo Mortensen), un hombre que lleva junto a su mujer (Maria Bello) y sus dos hijos una vida tranquila en un pequeño pueblo hasta que, tras evitar un intento de robo, es aclamado por todos como un héroe, atrayendo la atención de los medios y de unos gángsters entre ellos Carl Fogarty (Ed Harris) quien dicen conocerle del pasado.

Este puede ser un ejemplo bien claro de que una película no necesita de un argumento complejo para ser grande. Es ésta una cinta cuya sobriedad y sencillez argumental (mostrada a lo largo de un guión equilibradísimo al que nada le sobra ni le falta) son la clave para convertir todo el conjunto en una historia de una riqueza apabullante y dirigida por el siempre interesante cineasta David Cronenberg, un obsesionado con las transformaciones físico-psicológicas, los conflictos morales y la dualidad de personalidad, asuntos servidos con grandes dosis de sexo y violencia en ambientes enrarecidos.

Cronemberg nos regala una película que va in crescendo durante todo su metraje, sin ni un solo altibajo. Aunque bien podemos pensar que en algunos pasajes resulta excesivo, todas y cada una de las escenas tienen gran fuerza y vigor, y no hay nada que realmente no pueda parecer justificado. El director canadiense sabe cómo mantener la tensión y el interés, cómo hacer que el espectador nunca se sienta tranquilo, y le va conmoviendo poco a poco hasta atraparle del todo en un clímax final impresionante.

Cuatro escenas destacan en este sentido sobre todas las demás: la del porche de la casa, puro suspense; las dos del instituto, donde el director rompe con el tópico dándole la vuelta del todo; la de la escalera, cruda, desgarrada, ambigua, lírica incluso y para nada fuera de lugar; y sobre todo esa indescriptible escena final, el juego de miradas en torno a la mesa, que logra alzarse como uno de los momentos cinematográficos de estas ultimas decadas.

Y si el trabajo de dirección es impresionante, el de los actores no lo es menos. Viggo Mortensen sigue demostrando su enorme potencial y su capacidad para enfrentarse a cualquier tipo de papel (magnífica es la progresión del protagonista), Maria Bello sabe traducir toda la gama de sentimientos de los que está compuesto su arrollador personaje, Ed Harris cumple con la maestría habitual con su eterno secundario, y Ashton Holmes se revela como un gran descubrimiento, que, esperemos, elija bien dónde participar en el futuro.

Con estos tres pilares tan genialmente bien asentados (guión-dirección-actores), aspectos menores como la banda sonora (donde Howard Shore ha puesto el piloto automático, reciclando sus propias fórmulas y haciendo uno de sus peores scores) o el hecho de que la película cuente una de esas historias sobre personajes en busca del olvido de su pasado, tan de moda actualmente; quedan absolutamente de lado ante la cantidad de emociones y escenas apabullantes que ofrece Cronemberg, redondeando una obra maestra y por supuesto una de las mejores películas en los últimos años.

"Una obra maestra de emociones puras y viscerales"

miércoles, 19 de agosto de 2009

El Protegido

Director: M. Night Shyamalan
Año: 2000 País: EE.UU Género: Intriga Puntaje: 10/10
Interpretes: Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Robin Wright Penn y Spencer Treat Clark

Enigmático filme, El impacto se produjo a las 15:15 horas. El primer vagón quedó partido en dos y salió volando en direcciones opuestas. El segundo resultó aplastado y arrastrado durante más de un kilómetro. Se encontraron restos en un perímetro de kilómetro y medio. Seis miembros de la tripulación iban en el vagón de mercancías. Ciento dieciocho personas y siete tripulantes viajaban en el tren de pasajeros. Sólo se ha hallado un superviviente: David Dunn (Bruce Willis). Elijah Price (Samuel L. Jackson), un misterioso desconocido tiene una explicación, bastante extraña, que justifica por qué David ha salido sin un solo rasguño del accidente... Una explicación que bien podría cambiar para siempre la vida de David y de su familia.

Después del inesperado éxito de "El Sexto Sentido" (inesperado no porque no lo mereciera, sino porque nadie lo esperaba), el joven director M. Night Shyamalan volvió con una especie de drama con un guión que sería gracioso y ligero si no estuviera tan firmemente anclado por las emociones y humanidad de sus personajes. La cinta trata de la curiosa y evolutiva relación que se da entre dos personas muy distintas, pero unidas por curiosas circunstancias. Una de ellas es Elijah Price, quien padece de una exótica condición genética que lo hace extremadamente propenso a las fracturas; el otro es David Dunn, un humilde guardia de seguridad que podría o no ser inmune a enfermedades y daño físico.

El director de origen hindú nos presenta en esta película personajes creíbles, que tienen unas vidas en las que sufren y ríen, como cualquier mortal, tanto mejor. “El Protegido” es un particular homenaje al cómic que se sirve de dos personajes principales y opuestos, el fuerte y el débil, La idea podría dar de sí pero el caso es que el director y guionista no parece interesado en ella y se dedica a dar palos de ciego durante una hora de metraje para dejar claro al espectador que sí, que efectivamente Bruce Willis es un tipo especial que nunca ha estado enfermo y que ha sobrevivido a esos accidentes porque realmente tiene un don especial. Es el protegido. Pero esto es algo que todos sabemos o que, al menos, ya suponemos desde el inicio del filme.

Como fondo de esta relación, está la situación familiar de Dunn; su matrimonio no está en buenas condiciones, y la presión que ejercerá la nueva situación en la que se encuentra podría acabar con los esfuerzos que él y su esposa hacen por mantenerse juntos. Puede que a muchos les exaspere la lentitud con la que transcurre la película, pero no deberíamos por ello olvidar las excelencias de un producto bien pensado en el que, no como en “El Sexto Sentido”, todas las piezas encajan a la perfección. Su media hora final es magnífica, y los minutos en los cuales conocemos la revelación de la película, portentosos, puesto que uno, aún habiéndolo intuido, sonríe pensando: «es verdad, es lógico» (dentro, eso sí, de tan imaginaria propuesta). Qué bonito homenaje, pues, a tan elogiable mundo de la literatura hecha dibujos.

Lo que me lleva a los actores. Al igual que en "El Sexto Sentido", el guión y el lenguaje visual son puntos muy fuertes, pero no tendrían mucho valor si los actores no supieran prestar humanidad a los personajes. Afortunadamente Bruce Willis y Samuel L. Jackson forma un dúo perfecto, llenando de detalle actuaciones que pueden parecer simples. La falta de gritos, melodrama desvergonzado y "duelos de actuación", tan comunes en las cintas dramáticas, sirve para enfatizar las emociones y pensamientos de los personajes. Donde otros actores se hubieran "volado la barda" tratando de expresar sentimiento, Willis y Jackson dejan que los diálogos fluyan sin prisa y sin inútiles exageraciones. Así mismo vemos una esmerada actuación de siempre bella Robin Wright Penn.

Finalmente, el factor que une todos estos elementos y los cristaliza en una narrativa casi perfecta es la dirección de Shyamalan. La mayor parte de los directores en Hollywood son meros capataces; gente que tiene buen instinto de organización y que logra la casi imposible tarea de coordinar al personal frente y detrás de las cámaras para lograr un producto coherente. Shyamalan pertenece al pequeño porcentaje de directores con visión real, cuyas decisiones sobre los modos de contar una historia no son las más fáciles ni las más convencionales, pero sí las más apropiadas para sentar el tono de la cinta y enriquecerla con todos esos detalles que son testimonio de genialidad. El drama humano y la fantasía rara vez se han combinado con tan buen resultado.

"Una sacada de tuerca al cine de superheroes"

lunes, 13 de julio de 2009

Batman: El Caballero de la Noche

Director: Christopher Nolan
Año: 2008 País: EE.UU Género: Acción/Thriller Puntaje: 10/10
Interpretes: Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal y Morgan Freeman

La mejor película de superhéroes que se ha filmado hasta ahora, Batman (Christian Bale) regresa para continuar su guerra contra el crimen. Con la ayuda del teniente Jim Gordon (Gary Oldman) y el Fiscal del Distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart), Batman tiene como objetivo destruir el crimen organizado en la ciudad de Gotham. El triunvirato demuestra ser eficaz, pero pronto termina siendo presa del caos desencadenado por una nueva mente criminal que los aterrados ciudadanos conocen como El Guasón (Heath Ledger).

El director Christopher Nolan nos deja de sorprendernos. En “Batman: El caballero de la noche” nos ofrece mucho más que una película de acción basada en un cómic. Esta vez ha elaborado una contundente parábola sobre el enfrentamiento del bien y el mal, pero llevando los principios morales de los seres humanos a los más inquietantes extremos. Un trabajo único que supera ampliamente a su precuela “Batman Inicia”.

Siniestra. Así es la premisa sobre la que se van trazando las imágenes de “Batman: El caballero de la noche”. Y lo es porque Christopher Nolan parte de un oscuro planteamiento: la presencia de Batman en Ciudad Gótica, lejos de acabar con los delincuentes, ha exaltado tanto los ánimos del crimen organizado que ha conseguido fortalecer aun más las redes del bajo mundo causándole sentimientos encontrados.

Todo ello hace del Guasón (Heath Ledger) el verdadero espectáculo del filme. Ledger ofrece una verdadera creación, un personaje que responde en un primer momento a un acertado diseño de sus creadores pero que el actor lo va desarrollando con asombroso dominio de escena. No es un villano, ni un psicópata, ni una simple amenaza para las fuerzas del bien que encabeza Batman. Su Guasón es el mal mismo. Está más allá de lo humano. Es la perfecta encarnación de las fuerzas malignas desatadas para crear caos y confusión. Para corroer y corromper. Es físico y mental al mismo tiempo. Y su poder devastador por momentos parece contaminarnos.

Por eso el filme es en gran parte un triunfo tanto de Ledger como del Guasón. Porque al imponer su presencia como eje de los acontecimientos convierte al universo del filme en una suerte de territorio del mal. Y a ese efecto tan logrado se debe la conclusión pesimista de toda la parábola orquestada por Nolan. No menos interesante es el personaje del fiscal de distrito Harvey Dent (Aaron Eckhart) que pasa de ser el idealista político, hombre de acción y excelente estratega, a amargada víctima de las circunstancias. Pero igual esto no desmejora este gran filme.

Nolan ha creado con “Batman: El caballero de la noche” un prodigio fílmico que me recuerda en gran medida “El Paraíso perdido”, de John Milton, donde el demonio toma por asalto el mundo para corromper al hombre y convertirlo en fugitivo de su propia consciencia. Un filme conmovedor, tremendo en su discurso y cuyo desesperanzador final nos llena de los sentimientos más encontrados. A continuación el trailer de esta genial película.

"Inquietante película que trasciende sus orígenes, convirtiéndose en una absorbente tragedia"

jueves, 28 de mayo de 2009

V de Venganza

Director: James McTeigue
Año: 2005 País: EE.UU Género: Acción Puntaje: 08/10
Interpretes: Hugo Weaving, Natalie Portman, Stephen Rea y John Hurt

Como muchos otros fanáticos de los comics, siento gran admiración y respeto por Alan Moore, uno de los poquísimos escritores que se han especializado en el arte secuencial (nombre "artístico" del comic) y que han logrado trascender el medio, produciendo genuina literatura de profundo significado y brillante narrativa. "V de Venganza" está basada en una de sus más celebradas novelas gráficas.

La cinta se desarrolla en Inglaterra, en un futuro cercano, donde una catástrofe biológica funcionó como catalizador para el establecimiento de un gobierno fascista, cuya abolición de las libertades individuales y erradicación de grupos sociales y étnicos "indeseables" busca el supuesto bienestar de la población general. En ese estado policiaco vive Evey (Natalie Portman), una joven trabajadora que por azar conoce a "V" (Hugo Weaving), un terrorista enmascarado con una misión muy ambiciosa: devolver el poder al pueblo. Mientras tanto, el Inspector Finch (Stephen Rea) sigue la pista del terrorista, llegando a la conclusión de que hay un extraño lazo entre el criminal y el gobierno que lo quiere eliminar.

En el plano narrativo, "V de Venganza" tiene confianza en su público, y no pierde mucho tiempo ofreciendo explicaciones. Afortunadamente el brillante guión se encarga de darnos las herramientas necesarias para interpretar los hechos que muestra y las actitudes de los personajes, auxiliado por las perfectas actuaciones del elenco.

Natalie Portman es simplemente asombrosa en el difícil papel de Evey. Su arco dramático es hasta cierto punto predecible, pero la vida que la actriz imprime en el personaje es extraordinaria, de tal forma que es muy fácil asimilar y compartir sus emociones y experiencias frente a un personaje tan enigmático como V. Hugo Weaving interpreta a este terrorista exactamente como lo que es... no un patriótico héroe en pos de la libertad del pueblo, sino un símbolo y una idea que busca inspirar y motivar.

El gran John Hurt impone su presencia como el déspota Adam Sutler, y Stephen Fry aporta compasión y calidez como Deitrich, el productor televisivo que en algún momento tuvo una relación con Evey. Pero es Stephen Rea, como el tenaz Inspector Finch, quien más impacta en el elenco secundario. Aún en el ambiente corrupto que lo rodea, Rea logra expresar integridad e inteligencia, lo cual será de gran utilidad cuando la pista del terrorista lo lleve a tomar decisiones que quizás nunca contempló... pero que son absolutamente evidentes.

“V de Venganza” es un gran film, muy rico en ideas. Los Hnos Wachowski que son los productores de esta cinta, han adaptado y expandido la historia originalde Moore, y lo convierten en un film de “sci fi” política (por ejemplo, como Farenheit 451). Y si bien el film es muy dialogado, dispone de tiempo para la acción, que no es tanta como Matrix pero está muy bien dirigida (en especial el excelente duelo con cuchillos cerca del final, filmado en al estilo del Bullet Time). Pero en todo caso, queda como ejemplo de excelente ciencia ficción, de la que los Hnos Wachowski nos habían dado con las primeras entregas de Matrix, y que parecían haber perdido el tacto, a continuación el trailer.

"Un Filme Visionario y un homenaje a la Democracia"