Año: 1968 País: Inglaterra Género: Ciencia Ficción Puntaje: 10/10
Interpretes: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter, Douglas Rain y Laonard Rossiter
La cinta más magnética y una de las más geniales de Kubrick. Cuenta la historia de la humanidad, en diversos estados como el pasado y del futuro, es considerada por la mayoría de la crítica como la película de ciencia-ficción de culto por excelencia de la historia del cine. Hace millones de años, en los albores del nacimiento del mundo unos homo sapiens descubren un monolito que les lleva a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después otro monolito de las mismas características vuelve a aparecer, enterrado en una luna, lo que provoca el interés de los científicos humanos. Por último, HAL 9000, una máquina de inteligencia artificial, es la encargada de todos los sistemas de una nave espacial tripulada durante una misión de la NASA. Posiblemente todas estas líneas suenen descabelladas, pero reflejan cierta realidad. “2001” no es un filme sino muchos filmes, y cada uno de ellos varía en el transcurso de la cinta. Sin duda el amanecer de la humanidad es perfecto, un ejemplo de lenguaje cinematográfico. Kubrick logra transmitir el concepto de “Deux Ex Machina” que significa la presencia del monolito: la inteligencia extraterrestre que aparece en momentos claves de la humanidad para iniciar avances en la evolución de la especie.
Sin duda alguna una obra clave en el género de la ciencia-ficción sobrepasando la mera exposición de continuados efectos especiales aderezados con marcianos y naves interestelares y adentrándose en la más absoluta y apasionante fantasía, esa excitante fantasía que rebosa nuestros corazones de curiosidad, felicidad o simplemente disfrute. Esta película es una fantasía. Un surrealista cuadro espacial que desborda imaginación de un genio que desgraciadamente nos ha dejado y que posiblemente se este adentrando en ese túnel de color música y belleza que aparece en el hermoso final de esta odisea. Y ¿quién sabe si se estará adentrando en esa habitación estilo Luis XVI que tan cálidamente acogía a Bowman susurrándole que no hay que tener miedo a lo desconocido, que lo desconocido y la muerte forman parte de la propia evolución? La temática (o temáticas) del filme se debaten entre la ciencia y la mística: el germen de la inteligencia; la evolución de la humanidad peligrosamente sustentada en la tecnología, con la amenaza de que ésta acabe volviéndose contra su creador; y finalmente la necesidad de un paso del hombre a un estado posthumano al margen del cuerpo y la materia para que la humanidad recupere el poder sobre sí mismo. Es decir, el pasado, presente y quién sabe si futuro de la humanidad. Una auténtica odisea con tintes épicos, que desde el momento de su estreno, se convirtió en un auténtico fenómeno cultural que hizo correr ríos de tinta sobre sus posibles interpretaciones destacando la enigmática figura del monolito, llegando a ser junto con el ordenador Hal9000 el inanimado protagonista del filme.
"2001: Odisea en el Espacio" es la mayor aventura cinematográfica jamás creada, que penetra en nuestras retinas alejándolas de el mundo sórdido aburrido y plenamente conocido que es el nuestro y adentrándolas en el apasionante, excitante y misterioso universo que guarda tan celosamente secretos que quien sabe si algún día llegaremos a descubrir. Kubrick se propuso crear una obra maestra y lo consiguió sobradamente. Aquel genio tan lamentable en la escuela pero tan apasionante en el cine consiguió un espectáculo en el que paradójicamente su ambigüedad se convierte en el secreto de su éxito convirtiéndose en su día en un espectáculo de masas y objetivo de múltiples investigadores, geólogos, darwinistas, astrónomos o simplemente cinéfilos que se agolpaban en la taquilla dispuestos a ver su proyección en Cinerama. Cabe resaltar que la elipsis del hueso-espacio, el monolito y el enmudecimiento de Hal forman ya parte de la iconografía del siglo. “2001” es ese monolito, ese tótem cinematográfico que marca un antes y un después en la cine de ciencia ficción. Esta palabra le corresponde con toda justicia. La preocupación de Kubrick por el verismo de todo lo que aparecía en la pantalla hace que estemos ante una película en la que las especulaciones que muestran vienen sostenidas por sólidas bases hasta hacer de “2001” una ficción, exenta de realidad, pero llena de realismo. En sí es una ópera. Es cine en estado puro. Pese a su extenso metraje, no creo que lleguen a 20 minutos los diálogos de la película, lo que hace que toda la fuerza, toda la fascinación venga dada por una imagen cuidada, impactante, magnética, que se queda grabada para siempre en nuestras retinas. A esto se suman unos efectos especiales (ideados por el propio Kubrick y Douglas Trumbull, que también fotografiaría y haría los fx de “Blade Runner”) que aún hoy mantienen el tipo.
Con esta película y una vez establecido definitivamente su residencia en Inglaterra Kubrick asume personalmente el control de su obra lejos del férreo control creativo, excepto el financiero de Hollywood y con un elenco de actores desconocidos por aquel entonces dentro de una producción de este calibre, creando en pocas palabras un milagro fílmico y dotándolo de una estructura narrativa mediante el uso de las poderosas e impactantes imágenes, de muy poco diálogo e insertando temas de música clásica en base a un inteligente y maduro guión del propio Kubrick en colaboración con el escritor Arthur C. Clarke para crear lo que ya es por derecho propio todo un clásico que ya es parte de la historia de cine. La verdadera estrella y protagonista de 2001 y la que más perdura en nuestro recuerdo sabemos que es la fría, cínica y estática súper computadora HAL 9000. De una personalidad avasalladora y que naciera primariamente en versión femenina, cambiando para evitar las connotaciones sexuales que distraerían por demás según el director. En cuanto a la temática, es cierto que es complicado entenderla a todos los niveles la primera vez que se ve, que es algo ambigua en algunas cosas y que en ciertas partes parece más bien una especie de poesía visual o filme surrealista. Lo cierto es que casi todas las personas con las que he hablado de ella tras un primer visionado parecían entender el trasfondo de forma algo intuitiva pero sin llegar a explicárselo del todo. A mi me pasaba lo mismo las primeras veces que la vi. Pero insistí porque, pese a no entender mucho (tenía unos 10 años) me fascinó desde el primer visionado. Las ideas mostradas en esta película son muy interesantes y diferentes a lo que se solía ver en el cine de la época (ahora se ha imitado mucho), aunque la forma de presentarlas sea algo críptica.
Kubrick trabajó cuatro años en la producción, con millones de dólares invertidos en el guión, maquetas muy elaboradas, costosos y complicados decorados y unos artesanales pero muy desarrollados e innovadores efectos especiales que ganaron merecidamente un Oscar y que posteriormente influiría por su gran realismo y profundidad en el género con películas que se han beneficiado con todos los logros técnicos obtenidos a partir de esta película, y que aún se siguen beneficiando como el desarrollo de la infografía por ejemplo. En fin para aquellos que no la han visto en el cine, les recomiendo que se apresuren a comprarse un proyector de video, y una pantalla de 2,5 mts más grande si les cabe en casa. Se dejen de prejuicios, abran sus mentes a una historia que exige algo más del espectador, de lo hoy en día nos suele ofrecer Hollywood, y podrán disfrutar de una de las mas grandes creaciones del séptimo arte. Tal vez su desmesurada ambición a la hora de abordar los asuntos más trascendentes sea la razón de que esta película haya dado lugar a más interpretaciones que ninguna otra. A este respecto convendría recordar las palabras del propio Kubrick cuando afirmaba que había concebido la película como una experiencia sensorial más proclive a ser captada por esa intuición infantil con la que nos abrimos, maravillados, al misterio del universo, que por la lógica convencional con la que cartografiamos la realidad con el fin de volverla manejable.
"2001: Odisea en el Espacio" tiene algo, algo indefinible, algo grandioso, algo enigmático. Es hermética hasta la exasperación y, al mismo tiempo, es sencilla y transparente. Mi primito, por ejemplo, la ha asimilado como una película de aventuras. A mí me sigue dejando un regusto a epopeya, a poesía de muchos quilates. Encierra secretos, intuiciones, muchas claves y pocas certezas. Por tanto, se nos presenta abierta, polisémica, inquietante, peturbadora. En resumidas cuentas “2001: Odisea en el Espacio” es una película que ha envejecido muy bien con el paso del tiempo y que sigue siendo muy admirada por los aficionados al género que con ella sigue ganando adeptos, según la impresión que le pueda causar o la interpretación libre de la obra en si ya sea una influencia religiosa o mística, ya que “2001” es una obra abierta a cualquier tipo de interpretación o impresión que pueda causar en el espectador que la ve por primera vez. Pero sin lugar a duda este filme cambio la perspectiva del cine y de la cultura humana en sí, seria un delito que una persona que se hace llamar cinéfilo no la haya visto y no lo haya valorado.
"Maravillosa obra, sin duda toda una revolución en su época"
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