martes, 6 de marzo de 2012

Frankenweenie

Director: Tim Burton
Año: 1984 País: EE.UU. Género: Drama/Cortometraje Puntaje: 8.5/10
Interpretes: Barret Oliver, Shelley Duvall, Daniel Stern, Joseph Maher, Roz Braverman, Paul Bartel, Sofia Coppola y Jason Hervey



Víctor Frankenstein (Barret Oliver) es un niño que realiza cortos donde su amado perro Sparky es el protagonista, hasta que este es arrollado por un camión. Víctor aprende en la escuela sobre el impulso eléctrico de los músculos y se le ocurre usar esa técnica para revivir a su mascota. Por ello, crea un complejo artefacto cuya culminación es una gran explosión de luz que devuelve a la vida a Sparky. Si bien Víctor y su familia aceptan al revivido animal, sus vecinos están aterrados; “Frankenweenie” es una recreación en clave paródica de “El Doctor Frankenstein”, rodado en 1931 por James Whale, la obra de Burton esta protagonizada por un niño imaginativo, que representa la infancia, uno de los temas clave de Burton, rodado en blanco y negro, el director utiliza los elementos más inesperados y extravagantes para crear atmósferas, pasando de la ironía a la belleza trágica, de esta manera hace un recorrido por un divertido cementerio de animales que nos lleva a un dramático plano en contrapicado en el que vemos reflejado un entierro en una colina, plano que recuerda poderosamente al utilizado por Whale en la memorable escena inicial en el cementerio de su “Frankenstein”. Dejando aparte el metraje de las películas, podemos decir que estamos ante una de las obras maestras de Burton, y tanto “Vincent” (su anterior cortometraje) como “Frankenweenie” se muestran como un cálido homenaje, no exento de sana ironía, a los arquetipos fílmicos que han calado en la memoria de generaciones de espectadores, a través de unas imágenes en las cuales queda patente el talante visual que ha otorgado a Burton un puesto de honor entre los nuevos creadores de fantasías cinematográficas, con un estilo marcado por un goticismo clásico unido a una envidiable imaginería macabra y un sentido del ritmo vertiginoso, en una conjunción de inolvidable capacidad evocadora.



“Frankenweenie” quizá sea una de las obras de Tim Burton que mejor compriman todas las obsesiones del realizador, un mediometraje de 25 minutos de duración estrenado un año antes que su terrible primer largometraje, de la que hablaremos más adelante, "La Gran Aventura de Pee-Wee" (1985), pero que a pesar de todo Burton se mostraba tremendamente sólido ya desde su primer fotograma, esta obra de Burton es excepcionalmente curiosa, por la mezcla de puros destellos del cine mágico de su director con los elementos más típicos de una comedia “Disney”, no faltan los jardines pulcros, ni los padres ideales, ni los vecinos impertinentes, quizá suene raro decirlo, pero con una puesta en escena impecable, Burton consigue que el aspecto visual de la obra supere a la de la obra original de Whale al menos en lo referente a la reanimación del monstruo, usando una técnica exacta pero sustituyendo los elementos por algo que podría estar al alcance de un niño de poco más de diez años, acertadamente interpretado por el novel Barret Oliver. Del mismo modo, el juego de luces y sombras que el blanco y negro permite está maravillosamente aprovechado, destacando en este aspecto la espléndida escena del incendio del molino, los actores realizan un trabajo espléndido, en especial Shelley Duvall, luciendo aquí un look muy distinto a los que nos tiene acostumbrados en los filmes de Robert Altman, el cuál es más extravagante, y el desarrollo dramático no presenta el menor altibajo, elementos todos ellos que hacen de este más bien mediometraje una pequeña delicia, una joya llena de momentos antológicos, como la aparición de la novia de Frankenstein en adecuada versión canina, una verdadera maravilla.



Junto con” Vincent”, este corto aparece en el DVD de “El Extraño Mundo de Jack” (1993). Esta deliciosa versión de Frankenstein, visto desde la perspectiva de un niño, con un encanto y dulce sentido del humor, sería muy difícil encontrar hoy en día, si bien la trama es un poco oscura, se las arregla para atraer al niño que todos llevamos dentro. La mayoría de personas, grandes o chicos puede disfrutar de ella. Además esta rodada con una técnica bastante depurada, que Burton no recuperaría hasta “El Joven Manos de Tijera” (1990) o algún segmento aislado de “Beetlejuice” (1988), Burton nos lleva de un lado a otro, presentándolos unos personajes fantásticos que con apenas unas palabras quedan definidos, vecinos llevados a un extremo paródico pero al mismo tiempo reflejados con un inquietante realismo. No faltan detalles visuales como el cuadro de la casa del joven, el propio diseño del animal, la "conversión" de la historia original a un entorno juvenil sin abandonar ningún aspecto de la cinta de Whale (no falta ni un castillo, ni un laboratorio, ni un molino), introduciéndose además los valores familiares para formar un global sólido y completo, tan bien diseñado como narrado, a pesar de que se nota que en algún momento el tiempo se le echa encima a Burton y decide recortar alguna que otra escena. El hecho de que Burton fue despedido de Disney por realizar este tipo de trabajos es bastante triste. Esto muestra más allá de cualquier duda que Burton podía haber manejado las películas de este grande estudio de un a manera grandiosa e imaginativa. El guión está bien escrito y se mueve a lo largo del metraje de una manera brillante. La escena de la muerte de Sparky es dolorosa de ver, pero además es muy fácil ver a dónde va, cómo va a terminar. Sin embargo, Burton siempre nos mantiene atrapado en su mundo, ósea su estilo visual.



Como dije anteriormente la actuación del plantel de actores es sólida, los personajes son creíbles, aunque un poco grotescos (un rasgo que Burton lleva a la mayoría de sus proyectos, ya sea que el tema se acerque a la vida o a la muerte). El humor es proporcionalmente cruel, pero casi todo el mundo puede reírse de él. Me ha encantado lo simple que es la historia, pero manejada magistralmente, una señal de las grandes cosas que le iba a venir para Tim Burton. Yo recomendaría a fans de él y de cualquiera que quiera ver la, que primero lean la gran novela, para que así puedan ver la hazaña que hizo este cineasta. También debo felicitar Burton para la elección de hacer esta película en blanco y negro. Durante los primeros minutos, no estaba segura si iba a funcionar, pero después de la mayor parte de la película, me di cuenta que era perfecto. Esta cinta va a caer bien a todos, independientemente de lo que piensa Disney (supongo que porque tenían miedo que los niños comience a cavar las tumbas de sus mascotas muertas). Pero lo más meritorio de “Frankenweenie” es cómo es capaz de mezclar una estética oscura, deudora del expresionismo alemán, generando un fantástico juego de luces y sombras, con una trama bastante macabra en el fondo pero no tanto en la forma, que funciona a modo de crítica (como lo hace la historia original de Mary Shelley) y además resulta creíble como muestra la travesura infantil sin ningún tipo de mala intención. No sé cómo será el largometraje de animación que se estrenara en algunos meses (francamente, como mucho necesitaría diez minutos más para perfilar algún detalle), pero desde luego este trabajo primerizo de Burton ya condensa lo mejor del realizador. Una obra superior a otras mucho más prestigiosas como "Marcianos al Ataque" (1996) o “El Jinete sin Cabeza" (1999), bueno les dejo con el cortometraje completo, disfrútenlo.



“Acertada y original versión”

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