jueves, 31 de diciembre de 2009

Top Ten de lo Mejor del 2009 y Top Ten lo Mejor de la Década

Como es costumbre a finales de año se realiza el balance de las películas, esta vez El Pelífomano lo hace por primera vez y por partida doble, también escogeremos nuestra lista de lo mejor de esta década que ya termina, fue muy difícil escoger entre tantas película buenas, además nos tuvimos que poner de acuerdo ya que tenemos gusto distintos, pero lo logramos y a continuación nuestras dos listas:

LO MEJOR DEL 2009

1) Gran Torino
2) Bastardos Sin Gloria
3) El Luchador
4) Up
5) Enemigos Públicos
6) El Matrimonio de Lorna
7) Sector 9
8) A Prueba de Muerte
9) Avatar
10) Que Paso Ayer?

LO MEJOR DE LA DECADA (2000-2009)

1) Con Ánimo de Amar
2) Petróleo Sangriento
3) Golpes del Destino
4) Kill Bill Vol. 1 y 2
5) Mulholland Drive
6) Escondido
7) Hipnosis Mortal
8) El Espíritu de la Pasión
9) Una Historia Violenta
10) Elephant

Como dije, fue una elección muy difícil, esperemos que el 2010 se un año cargado de buenas películas, para que sea el placer para nosotros: los cinéfilos. Para terminar les dejo con un video que nos muestra todas las películas del 2009 en 7 minutos, disfrutenlo.

"Felíz Año 2010, les desea El Pelífomano"

martes, 29 de diciembre de 2009

Del Crepúsculo al Amanecer

Director: Robert Rodríguez
Año: 1996 País: EE.UU. Género: Acción/Terror Puntaje: 08/10
Interpretes: George Clooney, Harvey Keitel, Juliette Lewis, Quentin Tarantino, Salma Hayek, Fred Williamson y Cheech Marin

Una película entretenida, pero irritante a la vez, con el trepidante e ingenioso toque "Tarantino". Los hermanos Gecko, Seth (George Clooney) y Richard (s Quentin Tarantino) son los criminales más peligrosos de América. Escapar no les será nada fácil y menos con el FBI y la policía de Texas pisándoles los talones. Con la familia Fuller de rehenes, quienes serán su tapadera a punta de pistola, irán directos a México en caravana. Cumplido el objetivo de atravesar la frontera mexicana, en el camino pasarán la noche en la “Teta Enroscada”, un lujurioso local nocturno exclusivo para chóferes, donde pasado la medianoche se transforma en lugar de alimento para feroces vampiros.

En los 90 Quentin Tarantino parecía ser el nuevo Martin Scorsese, con títulos brillantes como “Reservorio de Perros” y el clásico “Tiempos Violentos”. Pero dos años después de su obra maestra, Tarantino decidió poner en escena uno de sus primeros guiones, para ello le encarga el trabajo de dirección a Robert Rodríguez autor hasta entonces del “El Mariachi” y “La Balada del Pistolero”. Tenemos que señalar que es tan absoluto el amor al cine que procesan sus creadores que cada momento está lleno de matices que hacen recordarnos a los mejores momentos de Sergio Leone con toques del cine mas gore de los ochenta, pero es la forma de conjugar cada mitad de la película lo que hace de ella un experimento único, por una parte tenemos la road movie con secuestro y por otra la famosa orgía de sangre de la "Teta Enroscada", la primera parece una película de Tarantino, la otra de Rodríguez.

Como dijimos anteriormente parece una película dividida en dos secciones: la primera parte es un excelente policial, con criminales sicóticos en fuga, familia secuestrada, y una lenta pero soberbia relación entre victima y victimarios para preservar su familia a salvo. Tarantino, que usualmente como actor no me convence, logra resultar razonablemente siniestro con su look de nene inofensivo y letal. Obviamente la dirección actoral es excelente, y todo este segmento bien podría haber figurado como uno de los capítulos de “Tiempos Violentos”. El asesino sicótico y maníaco sexual controlado por su hermano más racional; un pastor (Harvey Keitel) que ha perdido la fe e intenta preservar su familia mediante el uso de la diplomacia a la vez que estudia a los criminales; la tensión sexual entre Richard y la joven hija (Juliette Lewis) del pastor... Es un comienzo realmente formidable, donde todos los personajes resultan interesantes. Desde la secuencia inicial.

La segunda parte es la desarrollada en el famoso tugurio de "La Teta Enroscada", en la que la cosa se desmadra. La película, seguramente ahora sustentada en Rodríguez más que en Tarantino, se pierde en un recreación ineficaz de efectos especiales, sangre, estacazos y llamaradas, girando la película 180 grados, olvidándose de la trama anterior, y sin explicación alguna ni conexión con lo visto anteriormente, pero creo que esta segunda parte es a la vez un homenaje al cine gamberro, de la que Tarantino es un fiel consumidor y admirador, cabe resaltar los excéntricos personajes que aparecen en esta parte como, Sex Machine (quien tiene una pistola en sus genitales) o el recurrente psicópata atormentado por sus experiencias en Vietnam y como olvidar por supuesto el sensual y caliente baile de Salma Hayek, quien serpiente a la mano hace para mi, uno de las escenas más Hots del séptimo arte, verdaderamente una diosa de la lujuria, sin lugar a duda la escena más recordada del filme, Aquí Tarantino y Rodriguez garabatean su apocalíptica visión de la realidad, trufada de cómics y serie B y Z, homenaje al Giallo y a sus cineastas de cabecera, desde Peckinpah a Scorsese, pasando por Samuel Fuller y Corman.

La banda sonora de esta trash movie de infusión cartoon y bastantes referencias cinéfilas en su concepción (entre ellas “Río bravo” de Howard Hawks o “La Pandilla Salvaje” de Sam Peckinpah), en consonancia con el escenario en el cual se despliega la acción, está plagada de sonidos southern rock y blues, con música de ZZ Top o Stevie Ray Vaughn. George Clooney, popular por sus trabajos televisivos, lograría con este dinámico, terroso y achiclado título la fama cinematográfica internacional. En la que se le ve en estado de gracia, Tarantino esta regular en su papel, Harvey Keitel esta centrado y sabe lo que hace y Juliette Lewis hace un muy buen papel de una chica muy dudosa de camino seguir la de su padre o la de los hermanos Gecko. Todos ellos reunidos en este filme homenaje al cine de terror gamberro, que más parece que se haya filmado en los excéntricos años 80´s.

A me olvidaba no les recomiendo su dos secuela posteriores, son verdaderamente malas, “Del Crepúsculo al Amanecer” es una menuda película alocada y extravagante y a la vez igual de impactante. Es que siempre que la veo no para de divertirme como un niño. Lo que aparentemente parece empezar como una película más de secuestro por nuevo México, termina acabando en una autentica fiesta de sangre y vampiros. En resumen es filme entretenido en la que se ve de lejos que se lo han pasado de muerte haciéndola y que no busca en ningún momento pasar a la historia como una obra del séptimo arte. De todos modos, es un espectáculo más que entretenido y mantiene un buen ritmo, una gran mezcla de soberbio policial y exagerado horror y acción.

"Un entretenido y abrumador espectáculo visual”

domingo, 27 de diciembre de 2009

Kiki: Entregas a Domicilio

Director: Hayao Miyazaki
Año: 1989 País: Japón Género: Animación Puntaje: 08/10
Productora: Studio Ghibli

Sigo repasando la filmografía del maestro Hayao Miyazaki, esta vez me toca hablar de una de sus obras menos conocidas por el público se trata de “Kiki: Entregas a Domicilio”, como su titulo lo menciona, el personaje principal es Kiki, una joven bruja de 13 años, que se encuentra en un periodo de entrenamiento, ella se divierte volando en su escoba junto a Jiji, un sabio gato negro. Según la tradición, todas las brujas de esa edad deben abandonar su hogar durante un año para saber valerse por sí mismas. Así, Nicky descubrirá lo que significa la responsabilidad, la independencia y la amistad. En su camino Nicky y Jiji harán un nuevo amigo, Tombo, con el que vivirán extraordinarias aventuras. Fundamentalmente está dirigida a los niños, pero tiene una animación tan buena y una narración que la hacen muy entretenida incluso para los adultos.

Cuando hablamos del cine de animación japonés, y en concreto del de Miyazaki, es de justicia anunciar que se trata de un genio creador cinematográfico que utiliza el acetato en vez de los personajes de carne y hueso para revelar su mundo interior. En “Kiki: Entregas a Domicilio”, Miyazaki optó por un relato más occidental (como ya hiciera con Heidi o Marco) que el de otras de sus obras, como “La Princesa Mononoke” o “El Viaje de Chihiro”, en los que el aura mágico-panteísta coge muy despistado al espectador medio europeo. Hayao Miyazaki y los estudios Ghibli se apartan con esta película de sus personajes y mundos de ensueño y se inventan un cuento moderno que trata de romper con la estereotipada figura de las brujas. Buenos sentimientos, claridad argumental, una chispa de imaginación y un simpático gatito negro son los ingredientes de la cinta.

La moraleja que lleva implícita esta decisión nos trae a colación el recuerdo, siempre presente, de la adolescencia y sus servidumbres biológicas de la mano de una niña que pronto dejará de serlo por culpa del avance de la edad. En esta tesitura, la pequeña bruja inicia un viaje de transición a las entrañas de si misma antes de que los cambios físicos a los que la empuja su metabolismo terminen por edificar el cuerpo de la mujer que acabará siendo. Pero el film de Hayao Miyazaki va más allá de reflejar los problemas prototípicos de la pubescencia (atracción hacia el sexo contrario incluido), centrándose en otros aspectos, no menos trascendentes, que ya no tendrán tanto que ver con el cambio de edad como por el de estatus. El filme reúne buena parte de los tópicos de la filmografía de Miyazaki: aparatos voladores, protagonistas secundarios de gran carisma, un clímax emotivo, y una ambientación europeísta de principios del Siglo XX, como envoltorio cromático de un relato de iniciación.

Miyazaki articula su relato entorno a la psicología del contraste. Va a comparar el modo de vida rural con el urbano, el mundo afectivo y el profesional, el mundo de los adultos y el de los más pequeños (todas ellas constantes en la filmografía del cineasta), e incluso se va a permitir el lujo de juzgar el comportamiento de una nieta que no merece serlo con aquella que sin serlo llora cuando la tratan como tal… en una de las cumbres emocionales de la cinta. De nuevo, va a ser una niña, en este caso una pequeña aprendiz de bruja, la que está dotada de un sentido especialísimo que la permite percibir el mundo de una manera diferente, haciéndola capaz de interrelacionarse con el universo paranormal, por ejemplo, entablando conversaciones dialécticas con su gato “Jiji”. De hecho, cuando dejan de entenderse entre sí, podemos imaginar que ambos están a punto de ser investidos con el don de la madurez, haya o no gatas níveas o chicos con jersey de rayas rojas de por medio.

En cuanto al dibujo mantiene la línea de las primeras películas de Ghibli, pero con esbozos de lo que llegará a ser. Los elementos más importantes son el uso magistral del color, la precisión en los trazos y el gusto por el detalle, en este caso situados en una ciudad con una ambientación europea de principios del siglo XX ya típica en Miyazaki: sus calles, sus múltiples detalles de edificios, mercados, puerto, plazas, costa, puentes, bosques, carreteras, tiendas, costumbres, un zepelin, etc., etc. todo dibujado con un realismo de exactitud maravillosa, lo cual merece la máxima consideración. De nuevo la naturaleza ayudara a la protagonista a si misma, y a encontrar una inspiración en su vida, y el mundo de la aviación, esa escoba, o ese Zeppelin, clave en el desenlace final del film, vuelven a aparecer como elementos obsesivos de Hayao que se pueden ver en toda su filmografía. Y de nuevo una banda sonora llena de sensibilidad y que es un elemento imprescindible en la película.

Siendo una película de transición, como ya dijimos, “Kiki: Entregas a Domicilio”, sigue siendo una obra sobresaliente, que permite a Miyazaki acercarse a un territorio colorista para contar a los niños (y desde el punto de vista de una niña) cómo es aquello que se van a encontrar cuando crezcan. No hay lugar aquí, entonces, para la lucha de civilizaciones ni para rivalidades inmersas en perpetuas querellas ni para malvados deseosos de conquistar el mundo, pero sí lo hay para una niña, educada, valerosa y sensible, que trata de hacerse un hueco en el implacable mundo de los mayores sin que ello le obligue a renunciar a la magia que una vez la caracterizó. Y nosotros, espectadores barbados y adultos, volvemos a quedar vencidos ante la efectividad de esta historia de extracción humilde y destinatario infantil que obtiene de su resultado, sin embargo, un alcance universal y emocionante.

“Una película que nos muestra la importancia del aprendizaje”

viernes, 25 de diciembre de 2009

Juno

Director: Jason Reitman
Año: 2007 País: EE.UU. Género: Comedia Puntaje: 08/10
Interpretes: Ellen Page, Michael Cera, Jennifer Garner, Jason Bateman, Olivia Thirlby y J.K. Simmons

Refrescante comedia "indie", Juno Macguff (Ellen Page) tiene 16 años y según los adultos que la rodean es más inteligente de lo que le conviene. Ese sarcasmo es su particular trinchera para esconder sus miedos y las dudas. Juno comparte una relación con su compañero de clase, Bleeker (Michael Cera), un despreocupado adolescente, fruto de esto, queda embarazada. A él le interesa poco el asunto, o más bien nada. Juno está sola con su problema pero ya ha tomado una decisión: tendrá el niño y lo dará en adopción. Su padre y su madrastra están de acuerdo. Ahora hay que encontrar padres adoptivos adecuados. Son Mark (Jason Bateman) y Vanessa (Jennifer Garner), son ideales. Sólo que Mark comparte con Juno, demasiadas aficiones comunes y un entendimiento a primera vista.

Lo cierto es que la cinta es una comedia, pese a lo dramático de un embarazo adolescente. No obstante, combina toques de ternura y de drama, en ciertos momentos, con lo que se convierte en un cóctel mágico que muy pocas historias consiguen. Y sobre todo, en tiempos en los que todas las películas nos recuerdan a otras, Diablo Cody, la guionista y alma máter de este filme, logra una originalidad aplastante. La molicie ideológica que recorre de arriba abajo el guión de Juno es pasto formal del director Jason Reitman, cuya previa “Gracias por Fumar” ya resultaba un prodigio de brillantes equilibrios malabares sobre el cinismo esencial de su narración. Una agradable dosis de frescura, vitalidad y emociones que logra mantener la sonrisa en la casa del espectador incluso después de que haya abandonado la sala.

Jason Reitman tenía complicado realizar una segunda película con una crítica tan mordaz y sutil de un tema común, y encima conseguir que el espectador fuese cómplice de su mensaje mediante una mezcla de brillantes gags que formaban una comedia ácida y entretenidísima a la vez, pero lo logro una vez más con esta película. Porque “Juno” es una de esas comedias independientes, desenfadada, con diálogos maliciosos y ocurrentes, y una puesta en escena inteligente que se alimenta de la estética adolescente y del mundillo “high school”. Es ligera a primera vista y puede engañar a los espectadores más acostumbrados a cosas serias. Debemos destacar en primer lugar sus diálogos. Todos y cada uno de ellos están profundamente construidos con la intención de hacer reflexionar al espectador, pero de paso también divertirlo.

Parafraseando a Sherlock Holmes, el más enrevesado problema suele tener la solución más simple. De igual modo, el entretenimiento suele lograrse en ocasiones de la manera más sencilla. Alejada de la carga dramática y la profundidad de sus personajes, “Juno” hace de la humildad y la naturalidad sus principales activos. De ambas virtudes podría presumir la protagonista de la película, Ellen Page, una resuelta, inteligente y atrevida joven que ha encontrado en Juno su alter ego perfecto. La precoz actriz es la chispa imprevisible de una película tan divertida, irreverente, descarada, ingeniosa y cínica como su propia protagonista. Juno es una espectacular demostración de talento desde la sencillez. Lo que hay rescatar de esta película es No hay en ella una propuesta transgresora, pero sí toda una lección de autenticidad en el discurso.

Esta producción nos muestra la vida desde un nuevo punto de vista, el adolescente, y presenta ciertos rasgos moralizantes ante las relaciones sexuales a esas edades. En cuanto a la actuación de Ellen Page es bastante buena, combina en su papel características adolescentes, de inmadurez y de madurez en cuanto a las responsabilidades que conlleva tener un hijo y nos hace ver la vida de otra manera. La trama nos cuenta la historia con un cierto humor sutil e irónico que realza la historia. Entre los secundarios brillan con luz propia Michael Cera, que hace buena química con Ellen Page y su papel de jove despreocupado le queda muy bien, Jennifer Garner fuera del cine de acción donde se desarrollaba la mayor parte de su carrera en filmes y completando el reparto un gran Jason Bateman.

En cuanto a la banda sonora es de lo mejorcito que he escuchado, lastima que no este nominada a los Oscars por esa parte. Combina canciones Country con canciones de los 70s, que apoyan la historia de una manera muy singular. En definitiva detrás de esta más que interesante historia también hay buenos personajes, especialmente el de Juno. Y esto claramente se ve apoyado por la estupenda interpretación de la joven Ellen Page, que ya dio muestra de su talento en "Hard Candy" aunque este reto era más complicado, que se erige como el valor más importante de la película, que hay que ver para poder opinar. Esta muy bien, se las recomiendo, no les decepcionará.

"Un guión que rebosa inteligencia y originalidad, con unos diálogos chispeantes”

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El Secreto de sus Ojos

Director: Juan José Campanella
Año: 2009 País: Argentina Género: Drama/Thriller Puntaje: 10/10
Interpretes: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino, José Luis Gioia y Mario Alarcón

Una joya del cine latinoamericano actual, Benjamín Espósito (Ricardo Darín), secretario de un Juzgado de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, está a punto de retirarse y decide escribir una novela basada en un caso que lo conmovió treinta años antes, del cual fue testigo y protagonista. Su obsesión con el brutal asesinato ocurrido en 1975 lo lleva a revivir aquellos años, trayendo al presente no sólo la violencia del crimen y de su perpetrador, sino también una profunda historia de amor con su compañera de trabajo (Soledad Villamil), a quien ha deseado y amado fervorosamente y en silencio durante años. La novela que escribe Espósito nos hace recorrer los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser.

Difícil será poder superar a este último filme de Juan José Campanella cuando haya que decidir cuál ha sido el éxito latinoamericano de este año. "El Secreto de sus Ojos" resulta una altísima apuesta de su director, quien ya había demostrado su oficio con la laureada "El Hijo de la novia" y la melancólica "Luna de Avellaneda". Su solidez profesional, su capacidad como narrador y como director de actores, su facilidad para los diálogos y su manejo del humor costumbrista lo colocan entre los directores contemporáneos que sabe cómo entretener con su cine, además de hacer pensar y, principalmente, emocionar. Todo el aspecto formal es excelente, más que nada por las reconstrucciones de época, incluyendo música, fotografía y dirección artística. Como frutilla de postre, el engañoso final da una última sorpresa que sorprenderá a todos, puesto que el más avezado de los espectadores seguramente no podrá adivinar el desenlace preparado por su director.

Campanella nos deja una historia de amor en dos tiempos, enmascarada en una trama judicial con asesinatos y tramas de corrupción incluidos. Apela al sentimiento desde sus compases iniciales con una despedida dramática y emotiva en la estación de tren, al más puro estilo romántico y acompañada de notas de piano que aportan la necesaria melancolía. Sigue la escena del crimen con imágenes macabras y el arranque de toda la trama de investigación en lugares oscuros y espesos, bien trufada de luminosos instantes de amor contenido, de tormentosas dudas de conciencia y una ligera inquietud existencial, además de una encomiable y hermosa amistad. Los flashbacks funcionan bien, lo mismo que la ambientación y el maquillaje, al llevarnos y traernos a lo largo de veinticinco años. También hay que destacar la cuota de humo que pone a este filme, característicos en sus anteriores obras.

El guión está bien construido y sabe mantener el suspense y enigma de los hechos, bien ayudado por unos rostros que no desvelan más que sentimiento y pasión, y con una trama que oculta los móviles de unos y otros en un mundo de venganza, corrupción, ambición de poder y miedo al compromiso. Sólo esas miradas excesivamente perspicaces a la “foto delatora” o en el estadio son puntos débiles en la trama, sobre todo viniendo de un Benjamín que se muestra incapaz de “ver” al amor que tiene delante y que sólo espera una declaración. El director se mueve en la historia como pez en el agua, sin perder jamás el control de la historia, capaz de armar la atmósfera precisa a cada momento, y dando muestras de un nervio narrativo inusitado. Los que ya la hayan visto recordarán un plano secuencia, que tiene lugar en un estadio de fútbol, que será el decorado de una persecución memorable. Pero es la excepción, porque despliega una elegancia y una contención que no aspiran a impresionar al espectador, sino a conmoverle.

Hay secuencias truculentas, otras muy tensas. Pero en ninguna de ellas Campanella se entrega a lo morboso ni a lo efectista, sino que persigue solamente la verdad y la emoción más primaria, más noble. Este cineasta se convierte, de manera incontestable, en un maestro del melodrama y del cine negro, de la ironía y de la convocatoria más sincera a las lágrimas que dentro de una sala de cine nos liberan del propio pasado, de los propios fantasmas, pues nos coloca un espejo, hermoso y libre, en el que desahogarnos y sentirnos vivos de nuevo. Las actuaciones son notables: la gran química entre Darin y Villamil resulta intachable, y ambos están estupendos. Francella y, sorprendentemente, Pablo Rago (como el viudo de la mujer asesinada) brillan en sus roles. Hay dos secundarios que con muy poco aportan muchísimo: Mario Alarcón y José Luis Gioia.

Sobriedad en la dirección, un guión de hierro y un gran reparto conforman la que es la mejor película argentina desde la excepcional "Nueve Reinas". Carece de la frescura de aquella, pues "El secreto de sus ojos" se centra más en un estilo clásico, con pinceladas de cine negro, pero funciona casi siempre a un nivel medio-alto. Un lujo de película, es una verdadera muestra del cine que tiene sentido, que es complejo, rico, que concreta y sugiere, que avanza firme, que envuelve, conmueve, pone en tensión, engancha, el cine de siempre, el cine como arte, se ha apuntado un nuevo tanto gracias a Juan José Campanella, una de las mejores películas de lo que va la temporada, si no la mejor.

"Magistral, un buen ejemplo del verdadero cine negro"

lunes, 21 de diciembre de 2009

Están Todos Bien (Stanno Tutti Bene)

Director: Giuseppe Tornatore
Año: 1990 País: Italia Género: Drama Puntaje: 08/10
Interpretes: Marcello Mastroianni, Michèle Morgan, Valeria Cavalli, Marino Cenna, Norma Martelli y Roberto Nobile

Tras el éxito de "Cinema Paradiso", Tornatore vuelve a hacer un emotivo melodrama contando en esta ocasión conel gran actor Marcello Mastroianni, obteniendo de nuevo buenas críticas y el Premio del Jurado en Cannes. La historia se centra en Matteo Scuro (Marcello Mastroianni), un funcionario rural ya jubilado, además viudo, que decide viajar por Italia visitando a sus cinco hijos, que están repartidos por diferentes ciudades. Pero en sus diferentes visitas comprueba que las vidas de sus hijos y sus respectivas familias “bajo una superficie de prosperidad” están marcadas por la tristeza y la insatisfacción, descubriendo una realidad diferente a como se la había imaginado.

Matteo Scuro tiene cinco hijos, pero no van nunca a visitarlo, de modo que decide él ir a verlos. Se dirige a Nápoles, donde se entera que su hijo Álvaro está de viaje. Después va a Roma donde le han dicho que su hijo Caiano tiene un brillante futuro político, allí descubre que solo es un modesto funcionario del partido. En Florencia vive su hija Tosca, una gran actriz que no es más que una modelo que posa en ropa interior. En Milán está Guglielmo, un brillante compositor que resulta ser un vulgar músico insatisfecho con su trabajo. Finalmente, en Turín se reúne con Norma, que él cree que ella forma parte de una importante compañía mientras que sólo es una telefonista que se encuentra en crisis matrimonial.

Giuseppe Tornatore ha realizado una melancólica película, llena de tristeza e ironía en la que muestra la indiferencia de la sociedad actual, hablándonos de la soledad de la tercera edad, y de las relaciones familiares. El éxito de esta película ha originado este año un remake estadounidense titulado “Everybody's Fine”, dirigido por Kirk Jones e interpretado por Robert De Niro que se mete en el papel de Marcello Mastroianni. Un punto fuerte de la película es el misterio que se esconde en la ausencia de Álvaro, que al final de la película se revelara y dará un vuelco total a los personajes de la película. Esta cinta, como se a dicho es una critica a la sociedad actual, cada vez más fría y egoísta, que deja a relaciones familiares en segundo plano, cuando esta debe primar sobre todas las cosas.

En “Están Todos Bien” abundan varias escenas emotivas y no son a la azar, tampoco son cursilerías, como es acostumbrado hacer en “grigolandia”, una muestra de ello es la parte del tren, donde a Don Matteo se le cae una foto familiar, sus compañeros de vagón todos desconocidos la miran y le preguntan, y él lleno de orgullo les cuenta casi hasta el hartazgo, de cada uno de ellos y les relata lo exitosos que son dispersos por toda Italia definiéndolos como un orgullo nacional, esa escena es simplemente genial, a lo largo del viaje, Don Scuro va percibiendo que no todo era como él pensaba, y Tornatore lo muestra con excelencia y magistralidad en conversaciones con sus hijos aún niños, una mestras de las añoranzas de Don Matteo, sobre el tiempo pasdo y el amor a sus hijos.

La parte del clímax de la cinta o mejor dicho el golpe bajo de la película es cuando Don Matteo organiza una cena en Roma: una gran mesa con 12 platos para doce bocas hambrientas, para sus hijos y nietos, pero solo acuden sus hijos Canio y Guglielmo, y le revelan la realidad sobre Álvaro, que se suponía que estaba de viaje, esto era mentira, Álvaro había estado depresivo los últimos tiempos, se adentró al mar con un barco y nunca pudieron encontrarlo. Don Matteo lo niega diciendo si no hay cuerpo no hay muerto, pero a pesar de esa apariencia, esa noche sintió que nada era lo que él creía con respecto al bienestar de sus amados hijos. Esta escena es la que le hace abrir los ojos a Don Matteo y acepta a sus hijos tal como son, con sus errores y virtudes, esa la moraleja de la película.

Uno de los puntos más restantes del filme, es el personaje de Don Matteo, que es interpretado por el siempre excelente y impecable Marcello Mastroianni, el desaparecido actor, nos da una muestra de loes verdaderamente actuar, construye un personaje melancólico y muy querendón con sus seres queridos, de quienes tiene un buen concepto, otra plus de esta película es la partitura musical del maestro Ennio Morricone, que como en su anterior trabajo con Tornatore, se apoya el sentimentalismo y el recuerdo, para recrear convincentemente la atmosfera melancólica y triste de la película, infravalorada película de Giuseppe Tornatore, que merece ser vista antes que su inminente remake. Aquí les dejo con una genial escena de esta película, que seguro le hara querer ver inmediatamente este filme.

“Melancólica, triste película que nos hará reflexionar sobre la verdadera importancia de la familia”

sábado, 19 de diciembre de 2009

Pequeña Miss Sunshine

Directores: Jonathan Dayton y Valerie Faris
Año: 2006 País: EE.UU. Género: Comedia/Drama Puntaje: 09/10
Interpretes: Steve Carell, Abigail Breslin, Toni Collette, Greg Kinnear, Alan Arkin, Beth Grant, Paul Dano y Bryan Cranston

Bueno este es mi comienzo en El Pelífomano, me toca hablar de una de las películas independientes más sobresalientes de esta década, me refiero a “Pequeña Miss Sunshine”, la cinta gira en torno a los Hoover son una familia conflictiva: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre da cursos sobre el éxito con estrepitoso fracaso, la madre no da abasto, el tío se recupera de un suicidio frustrado al ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y se niega a hablar, y la hija pequeña, Olive, gafotas y ligeramente gordinflona, quiere ser una belleza. Cuando un golpe de suerte lleva a Olive a ser invitada a participar en el muy competitivo concurso de “Pequeña Miss Sunshine” en California, toda la familia Hoover se reúne para ir con ella. Se suben en su oxidada furgoneta Volkswagen y se dirigen hacia el Oeste en un trágicómico periplo de tres días lleno de locas sorpresas que les lleva al gran debut de Olive, el cual cambiará a esta familia de inadaptados de una forma que nunca hubieran imaginado.

“Pequeña Miss Sunshine” es el debut en la gran pantalla del matrimonio de Jonathan Dayton y Valerie Faris, ambos provenientes del mundo del video clip y que apoyados en un interesante primer guión de Michael Arndt, dan a luz una película que logra conmover sin empalagar, una comedia simple pero con el toque del cine independiente que no solo analiza las relaciones dentro de una familia disfuncional sino que encara el drama de ser diferente en una cultura obsesionada con los modelos prefabricados y el éxito. Se trata una película divertida, pero con la suficiente profundidad temática para quedarse grabada en la memoria. Se trata de un film de trasgresor e interesante ya que todos sus personajes son individuos aparentemente fracasados dentro de una cultura que venera el éxito. Es también ante todo un canto a la diferencia, al ser uno mismo y no tener complejos, al saber disfrutar de nuestras limitaciones y aprovecharlas, es un canto a la vida. Además de una comedía cínica de la hostia con un reparto de lujo, que emociona y saca lo más bonito de todos nosotros.

Sus protagonistas resultan fascinantes como seres comunes y corrientes a los que podemos ver ampliamente en su complejidad existencial, la cual, a pesar de ser inherente al ser humano, la cultura norteamericana se ha empecinado en simplificar, en un modelo que no da cabida a la diferencia o a la normalidad, poniendo el énfasis en los triunfadores, en la victoria, en la fama, en los estereotipos y los modelos "in". Es sin duda una cinta que critica a una sociedad trastocada donde destacarse y no ser uno del montón es una fijación. El film le pega un golpe al tan venerado "sueño americano" a través de la historia de este peculiar grupo de personas definitivamente diferentes, un clan disfuncional pero unido por profundos lazos de sangre y afecto. Más allá de su aparente excentricidad, el film esgrime un discurso profundo. Es impecable en su factura, posee un sólido guión y está acertadamente dirigido. Destaca un grupo actoral que da lo mejor de sí y que gracias a sus maravillosas actuaciones le imprimen un crudo realismo a un film centrado en las relaciones entre sus personajes y las distintas catarsis que van viviendo a través de un viaje que es mucho más que simples kilómetros recorridos.

La pequeña Olive es el corazón de la película, en un performance desgarrador de Abigail Breslin, nominada como mejor actriz de reparto en tanto en los Globos de Oro como en los Oscars del 2007, percibimos la inocencia que le permite a la niña creer devotamente en su sueño de lograr ser la ganadora de un concurso que premia la "perfección" que ella evidentemente no tiene. El secreto es que ella no lo sabe y es justamente su ignorancia la que la salva del ridículo y que arrastra a toda la familia a reírse de si misma y de alguna manera aceptarse aunque los etiqueten de perdedores.En sin duda un film adorable, una película que justamente atrapa por la sencillez con que trata un duro tema sin perder el sentido del humor y la humanidad en su historia cosa que los grandes estudios se han olvidado como recrear.

Se agradece este cine reflexivo y a la vez divertido entre tantos personajes distantes alejados totalmente de la complejidad humana que plagan a la mayoría de las películas. Es excelente considerando que es una ópera prima, aunque sus realizadores tienen años trabajando en el mundo del video clip, no es lo mismo hacer un video que una buena película. Se trata de una dupla creativa definitivamente prometedora. Es en definitiva un filme optimista, a pesar de estar lleno de pequeñas tragedias. Como debut en la pantalla grande es maravillosa pero le falta la pericia de la experiencia para convertirse en una obra maestra. Sin embargo, por el sabor dulzón que deja en la boca, vaticinamos que ganará muchos premios, ganará buenas críticas y llegará al corazón de la audiencia con fuerza ya que sin duda es una historia conmovedora.

En el festival de San Sebastián 2006 obtuvo el premio del público. Así mismo recibió el premio a la Mejor Película tanto del Sindicato de Actores como el de Productores de Usa y estuvo nominada en la misma categoría para los Oscars y los Independent Spirit Awards.Se trata de entretenimiento para todos, con un tono de crítica y reflexión sobre la sociedad norteamericana y sobre las relaciones familiares en general, que por su sentido del humor y profundidad se convierte en un canto a la diferencia que quedará resonando en la cabeza de todos los espectadores. No sólo es un film divertido, es también un canto a la diferencia, para amantes de las comedias sencillas.

“Te deja una sonrisa en la cara y un sello de esperanza en el alma”

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El Francotirador

Director: Michael Cimino
Año: 1978 País: EE.UU. Género: Drama/Bélico Puntaje: 09/10
Interpretes: Robert De Niro, Meryl Streep, Christopher Walken, John Savage, George Dzundza, John Cazale y Amy Writght

No es una película sobre la guerra, sino sobre la amistad. Sobre cómo la vida puede destrozar las cosas más hermosas que hemos tenido, la imposibilidad de recobrar el esplendor en la hierba. También es un canto a la supervivencia. A mí me sigue haciendo reflexionar esta película, que es, sin lugar a duda lo mejor que a hecho el señor Cimino, la historia se centra en tres amigos, amantes de la caza y que trabajan como obreros en una fábrica de fundición de acero de Pennsylvania, pasan juntos sus últimos momentos antes de ir a luchar como voluntarios a la guerra de Vietnam, una guerra que les cambiará a todos la vida para siempre. El horror de la guerra y sus consecuencias en este magnífico film de Cimino que gano cinco premios de la academia.

Fue una de las primeras películas que abrió los ojos al pueblo americano dando por primera vez una visión pesimista del conflicto y la vida de todos aquellos que aun habiendo superado físicamente la batalla nunca volvieron a ser los mismos. Gran dirección del italoamericano Michael Cimino con una fotografía impresionante del Hungaro Vilmos Zsigmond y un partitura de Stanley Myers para la historia, curiosamente interpretada a la guitarra por el también compositor John Williams. Hábilmente el director y el guionista Deric Washburn inciden en la pacífica vida de juergas y días de caza del grupo de amigos durante la primera hora la película y las repercusiones del regreso del personaje de Mike Vromsky (De Niro) como contrapunto y consecuencia respectivamente de la breve, en metraje, pero absolutamente precisa y demoledora descripción de esa máquina de destruir cuerpos y almas que es la guerra.

Michael Cimino con su segundo filme, aborda no sólo el conflicto armado, si no el impacto que éste tiene en los que participaron en él. Un filme realmente crítico en el que ambas partes quedan dañadas: por un lado los Vietnamitas y sus procedimientos salvajes de tortura, las secuencias de las torturas a los soldados son realmente sobrecogedoras; y por el otro los americanos, que al intervenir, han convertido Saigón en un gran centro de prostitución y vicio, del que son reconocidos clientes todos y cada uno de los soldados. La habilidad de Cimino tras las cámaras, erigen a "El Francotirador" como uno de los documentos antibelicistas más verosímiles, un drama donde se exploran sentimientos y emociones viscerales e intimistas, de enorme magnitud y relevancia para cualquier ser humano. Una de las cintas más grandes de todos los tiempos.

En su extenso metraje, algunos de los momentos más memorables y emblemáticos de la historia del cine se dan cita aquí, entre ellos el juego de pool en el bar, mientras el inseparable grupo entona la hermosa melodía de Frankie Valli "can't take my eyes off you"; al igual que las jornadas de cacería en los hermosos paisajes norteamericanos, contrastadas con la estancia en Vietnam, en la que se alcanza un clímax tanto de suspenso como de crueldad y barbarie, lugar donde un insensible bando se divierte apostando al infame y monstruoso "juego" conocido como "ruleta rusa" o la de De Niro caminando por las rocas, vestido de cazador, mientras su imagen se refleja en el pequeño lago. Uno puede llegar a sentir en su propio ánimo cómo se les rompe algo por dentro a los personajes de este film. La escena de la boda se prolonga aparentemente más allá de lo razonable, pero finalmente cumple su misión en el conjunto de la película, misión que no es otra que la de conseguir que el espectador se empape de sentimiento como condición para lograr la reacción de desolación que produce el conjunto.

Con estas premisas y contando con una dirección maestra, nos encontramos ante una de las películas con las interpretaciones más poderosas de los últimos tiempos: un imparable De Niro que por encima de todas las torturas a las que ha asistido lucha por llevar la realidad perdida a sus amigos, presos aún de los sentimientos violentos y turbios adquiridos tras su paso por Vietnam se echa de menos que la candidatura al Oscar como mejor actor se quedara en eso; en una candidatura; frente al premio recibido por Jon Voight con otra película de temática bélica vietnamita; un magistral Christopher Walken que es el espejo de las torturas y la sinrazón de la guerra; una imponente Meryl Streep, ventana hacia el exterior y voz en off de los seres queridos; y un colosal reparto que rematan la crudeza de la realidad bélica.

Apoteósica, apabullante, intensa, brutal, y conmovedora; son solo algunos de los adjetivos que podrían resumir la obra cumbre de Michael Cimino, el director ítaloamericano que alcanzó la cima con este, su segundo largometraje, para luego ser repudiado debido a que provocó la bancarrota del estudio fundado por Charles Chaplin y Douglas Fairbanks entre otros, la United Artists. Cimino se encuentra actualmente en un retiro virtual, y lo que es aun más triste, jamás alcanzó de nuevo el potencial conseguido en esta mítica cinta, una historia épica sobre los horrores de la guerra y el valor de la amistad.

“Un agónico drama, seco, duro, que te pega de lleno en la boca del estómago y te deja sin aliento”

lunes, 14 de diciembre de 2009

Tess

Director: Roman Polanski
Año: 1980 País: Francia/Inglaterra Género: Drama Puntaje: 08/10
Interpretes: Nastassja Kinski, Peter Firth, Leigh Lawson, John Collins y Richard Pearson

Distinguido melodrama de Polanski, adaptación de la novela de Thomas Hardy, la historia se centra en Tess Durbeyfield (Nastassja Kinski) es una jovencita que lleva una vida en apariencia jovial, pese a ser hija de una familia de campesinos en la Inglaterra del siglo XIX. Un día su vida dará un vuelco cuando su padre se entera a través del párroco del lugar de que su familia desciende de la gloriosa estirpe de los d´Urberville, y de que tienen parientes adinerados no muy lejos de donde viven. Por ello, Tess será enviada a casa de estos parientes, para lograr un trato de favor. Será a partir de ahí, cuando conozca a su pérfido primo, cuando su vida se verá afectada irremisiblemente.

"Tess" supuso un cambio total de registro para el realizador polaco Roman Polanski, al ser su primer filme de época, y el primero que hizo tras su huida de Estados Unidos a causa de un escándalo sexual. Acostumbrado a dirigir películas a contracorriente respecto a las convenciones de su época, el firmar un film tan clasicista como lo es este si que resulta novedoso, aunque quizá "Chinatown" como homenaje al cine negro ya planteaba una adopción de formas más convencionales, en las antípodas de películas como "Repulsión" o "El Bebé de Rosemary". La película es una adaptación de la novela homónima de Thomas Hardy, escritor británico de la época victoriana, que ha conocido en la década de los 90 otras adaptaciones de obras suyas en cintas como "Jude" o "El perdón". Las novelas de Hardy suelen denotar críticas a la sociedad de su tiempo, pero eso es algo que Polanski deja de lado en esta ocasión.

Al director polaco le interesa más el narrar las aventuras y desventuras de una serie de personajes que luchan por su supervivencia, tanto a un nivel físico como emocional. La protagonista es una joven sin grandes pretensiones en la vida, que más de una vez deja patentes sus deseos de morir, que confía en el amor como redentor, pero sin mucha convicción. El amante de Tess (Peter Firth) es un pobre diablo que pasa de las convenciones sociales, pero que repudia a la chica cuando descubre su pasado, en el que tiene mucho que ver el infame Alec (Leigh Lawson), un ricote con pretensiones de señor. De este modo, Polanski nos ofrece un mosaico de pasiones contenidas, rodado con gran exquisitez y sensibilidad, sin caer en lo zalamero y pasteloso.

A ello ayuda que el director capta las tonalidades de la naturaleza según la estación, así como el compositor, autor de una lírica partitura, para nada barroca y recargada. Polanski narra con sencillez y ritmo pausado, para poco a poco ir desgranando los sucesos, que curiosamente se desencadenan a través de coincidencias poco afortunadas. Así pues, el autor de "La Danza de los Vampiros" nos brinda todo un tratado sobre la predestinación y el fatalismo, en el que brilla con luz propia su protagonista, la actriz alemana Nastassja Kinski. Pocas veces lució la teutona tan bella en una pantalla, dotando de humanidad a su personaje por medio de una gran economía gestual, ya que por su expresión o las variaciones en la caída de sus ojos adivinamos sus estados de ánimo. En el apartado de defectos hay que reprocharle un final algo artificioso y teatral, que rompe algo con el tono más realista del resto de la cinta.

Roman Polanski abordó esta romántica historia como homenaje a su esposa Sharon Tate, asesinada en 1969 por Charles Manson: en efecto, ella le dejó a leer esta novela poco antes de morir. La película está exquisitamente rodada: la cámara de Polanski se mueve con una sutilidad desacostumbrada, de una elegancia majestuosa, absolutamente perfecta para narrar este intenso drama de época, con ese tono trágico característico del escritor inglés. La fotografía es primorosa, increíble, tanto que el espectador tiene la sensación de que cobran vida las pinturas campestres de Constable. Polanski respetó mucho la esencia del drama de esta chica inocente e íntegra condenada a la destrucción pero que brilla con la suave luz de su espíritu, que se eleva por encima de las miserias y cuya alma nunca llega a ensuciarse con la crueldad y las mentes sucias de las personas que la rodean. Nastassja Kinski nunca ha estado tan bella ni tan magnífica como en este delicado papel. Película inmensamente triste, melancólica y hermosa, no apta para quienes se aburran con dramas de ritmo pausado.

Deslumbrante ejercicio artístico el que hace Roman Polanski en esta película.Visualmente cautivadora, llena de una belleza inusual y de una crudeza interior sobrecogedora. Polanski convierte los maravillosos paisajes en los que transcurre la historia en un motor más de la narración, en un componente cambiante que ejemplifica la simetría de la obra.Así pues, nos hallamos ante un producto muy recomendable, que quizá no haga las delicias de los seguidores del Polanski más bizarro, pero que resulta ser una de sus mejores películas. En su momento, el film obtuvo tres Oscar en premios menores, quedándose sin galardón en las categorías de mejor película o mejor director, siendo la vencedora la inferior "Kramer contra Kramer", pero ya se sabe que la distribución de los eunucos dorados no siempre es la más merecida.

“Un intenso drama con aires de clásico, que solo Polanski nos puede dar”