viernes, 5 de febrero de 2010

La Princesa Mononoke

Director: Hayao Miyazaki
Año: 1997 País: Japón Género: Animación Puntaje: 09/10
Productora: Studio Ghibli/Miramax International

El argumento se sitúa en la era Muromachi (1392-1573), periodo singular en la historia de Japón caracterizado por el desarrollo de la industria metalúrgica, las armas de fuego, una mayor libertad para la mujer y una sociedad donde aún no había hecho mella la rígida estructura de clases. En este Japón antiguo lleno de rebeldía, guerreros samurais y pueblos separados por miles de kilómetros, una guerra se desencadena en el campo. El clan Tatara, fundidores de hierro, empiezan a arrasar los bosques. Comienza así un conflicto bélico entre la civilización invasora y los dioses del bosque. Muy lejos de allí, Ashitaka, el último joven guerrero del clan Emishi, se ve obligado a matar a un monstruo para proteger a su pueblo. Al matarlo, la maldición de la bestia cae sobre él como una peste que irá poco a poco extendiéndose por su cuerpo. Ashitaka emprende un viaje hacia las tierras del clan Tatara, donde espera comprender el origen de la misteriosa maldición antes de que se cobre su vida. Allí conoce a la enigmática lady Eboshi, dueña de la ciudad del hierro, y a Sam "La Princesa Mononoke”, una joven criada por los lobos y dispuesta a morir para derrotar a los humanos. Sin querer, Ashitaka se verá envuelto en una agria lucha entre dos pueblos enfrentados entre sí y con los dioses del bosque.

"La Princesa Mononoke" es una película repleta de inventiva, digna de una persona (Hayao Miyazaki) que sabe lo que quiere. Ambientada en un universo de dioses y humanos, enseguida introduce al espectador en la historia gracias a sus trepidantes y fabulosos primeros minutos. Se ha hablado mucho del mensaje ecologista del filme. Es cierto, existe, pero, en mi opinión, más importante es el hecho de que, ante todo, el protagonista busca la convivencia entre seres distintos (de ahí que los dos bandos existentes lo tachen de traidor en numerosas ocasiones). Y eso es lo mejor (al menos en el argumento) de La Pricesa Mononoke: no muestra a unos buenos buenísimos o a unos malos malísimos. Todos realizan, en algún momento del filme, alguna acción que perturba la paz de los otros, pero en ningún caso nos da la sensación de que tales hechos se llevan a cabo por una maldad sin sentido, sino que más bien las limitaciones de la naturaleza, de la propia vida, hacen acto de presencia. Es decir, se critica el juzgar a los demás sin conocerlos, de pensar que nada pueden aportar a tu forma de vivir. Así, los humanos no respetan a la naturaleza, pero no lo hacen simplemente porque no de se dan cuenta de su belleza, de todo lo que les puede ofrecer.

Sin embargo, la temible Lady Eboshi, por ejemplo, sabe cuidar de los suyos, les da trabajo a las prostitutas y a los olvidados leprosos, rechazados por la sociedad. Por su parte, los animales se equivocan al pensar que todos los humanos son iguales, que todos merecen la muerte. Ellos también aprenderán algo (como muestran las secuencias en las que un lobo y un alce se saludan al encontrarse, cuando antes el primero hubiera atacado al segundo sin dudarlo).Además de todo lo comentado, La Princesa Mononoke presenta unos personajes muy poderosos, en referencia a su trabajada personalidad. Ashitaka, un joven guerrero que busca sobre todo la curación de su extraña enfermedad, pero también la paz de todos aquellos que lo rodean, lleva todo el peso de la acción, nos sentimos identificados con él, deseamos que logre el objetivo por el cual abandonó su aldea y a los suyos. Pero, seguramente lo mejor es el papel que las mujeres tienen en el filme. No son simples comparsas en la historia, sino que, tal y como demuestran Sam (la Princesa Mononoke) y Lady Eboshi, son fundamentales en el desarrollo del argumento. Se echa en falta, eso sí, más humor, más gags, y eso que los japoneses son unos expertos en el tema, pero eso resalta aún más la seriedad de lo que se nos cuenta.

En el centro de toda la historia yace el enfrentamiento entre la fuerza del progreso y la necesidad de conservar la naturaleza. Pero lejos de simplificar posiciones, ni los dioses del bosque ni las criaturas que los defienden son buenas ni la que representa al otro bando es mala. Toda la historia se plantea en pequeños conflictos que van creando sus propios mensajes. El mas valido, respecto a los dioses, es que estos, como seqala Rudolff Otto en su libro "Lo santo", tienen algo oscuro e irracional que nos impide encerrarlos en las categorías que nos harían sentirnos mas cómodos y seguros. Con el otro grupo ocurre lo mismo. No resulta fácil condenar a Lady Eboshi. En el terreno del dibujo, la fascinación que Hayao provoca es la misma que logra con los personajes. Es capaz de manejar el agua con un cuidado al que no estábamos acostumbrados. La luz, el movimiento, la sugerencia. La historia marca su ritmo, pero el dibujo la envuelve y la convierte en algo más rico. Basta ese momento en el que Ashitaka entra en el bosque y los kodamas empiezan a surgir para darse cuenta de que el discurso narrativo tiene sus limitaciones y que Hayao se propone superarlas. Estamos acostumbrados a que el dibujo sea un apoyo mas o menos artístico. “La Princesa Monoke” es la muestra de que a las películas de dibujos animados se les debe pedir mas. Y no solo a las películas, sino al público que se acerca a este género. Hayao lanza su propuesta y lo primero que logra es cierta confusión, pero a medida que el metraje se va constituyendo, la cinta hace que el público se sumerja en el mundo fantasioso y mitológico, pero como dije a primera instancia provoca confusión.

Una confusión lógica porque el que acude por el dibujo se queda a cierta distancia de una historia que le resulta inquieta. Al aficionado al que esa historia le resultaría interesante, por el contrario, el dibujo ya le aleja de la sala, apartándose de un trabajo muy sugerente. ? Cuando en una película de dibujos animados un protagonista se presenta con la cara manchada de sangre, chapándola y escupiéndola del cuerpo de un lobo?. Esta es una película de múltiples lecturas, como que si se destruye el bosque, no solo muere este sino que también muere todo lo que le rodea; el amor y la compasión como motores de la vida; la necesidad de comprensión, el inevitable final de un mundo e inicio de otro (no solo la llegada de la industrialización y con ello el fin de la vida basada en las labores del campo, sino el fin del temor atávico del hombre hacia la naturaleza y el final del poder de los samuráis frente a las armas de fuego) y como cada uno debe afrontar este cambio a su manera, todo ello narrado de forma magistral mediante bellas escenas alegóricas o como parte de la trama principal. Las técnicas de animación utilizadas son cautivadoras y solo se las podría acusar de ser algo simples comparadas con los últimos hallazgos occidentales en este campo pero el sentido del ritmo, de la narración, las magistrales escenas de acción, la belleza de sus imágenes.

Finalmente, he de reconocer que he ido a ver esta película por la música de Joe Hisaishi. Es decir, previamente a ver el filme, y gracias a una recomendación, pude escuchar esta banda sonora, y realmente me pareció muy buena. Una vez contempladas las imágenes que han servido para crear dicha música, he de decir que se trata de una banda sonora muy sólida. El habitual mensaje ecológico de Miyazaki cobra en esta ocasión protagonismo y guía la narración. El filme muestra la complejidad de la vida en sus muchas facetas, un mundo sin héroes ni villanos, en el que los "malos" están cegados por la avaricia y no son conscientes de las consecuencias de sus actos. Esto no significa que no haya conflicto. Muy al contrario, el filme es seguramente el más violento de la carrera del Estudio Ghibli, e incluye escenas realmente duras que la distribuidora internacional del filme (Disney) quiso editar, encontrándose con la prohibición expresa de sus creadores. El pequeño gran acierto en esta ocasión son los kodamas, espíritus de los árboles que aparecen en la penumbra, convirtiéndose en los personajes más memorables del filme, a pesar de la dura competencia. Acción, mensaje y buenos personajes: en definitiva, una de esas películas que hay que ver.

“Una gran cinta mitológica y fantasiosa”

6 comentarios:

  1. Qué maravilloso artículo Mabel!, felicidades. Muy buen análisis de un film magnánimo. Y es tan cierto lo que dices de la presentación de personajes que no son netamente buenos o malos sino tan variables y humanos como los más.No sé cómo aun no le he dedicado un post a esta grandiosidad de film!

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  2. Hola Pabela deberias hacerlo, Miyazaki es un gran director, creo que es el mayor exponente del cine de animación actualmente. Gracias por el comenterio.

    Mabel Rodríguez

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  3. Una excepcional crítica, la historia, el mensaje, los personajes, la maravillosa música. Una visita obligatoria en el género de la animación a la que rindes un gran tributo con este artículo.
    Magnífica.
    Un saludo.

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  4. Nosédecine gracias por el comentario, como tu dices es una visita obligatoria a este tipo de cine, que mucha gente no conoce.

    Mabel Rodríguez

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  5. No había oído hablar de esta película. Parece que el realizador no se priva de nada: guerra, fantasía, un discurso ecologista y buena música. Me la anoto para ver. Un saludo,
    Gabriela

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  6. Así es "Sé de cine" es una buena peli, deberias verla, es una maravilla, gracias por el comentario.

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