Año: 2003 País: EE.UU/Dinamarca
Genero: Drama/thriller Puntaje: 8
Con la aparición en pantalla del único escenario de todo el filme, todavía más escaso que el de una obra de teatro, esa sorpresa aumenta para no cesar ya ni a la salida del cine. Tan innovador y sorprendente resulta ser. Y es que esa escasez de medios no perjudica en absoluto a la película, al contrario: centra al espectador en lo que realmente importa, ese milagro de argumento plagado de simbolismos que los actores interpretan a la perfección.
La historia, contada a modo de cuento y con divertido dinamismo por parte del narrador, trata de un aislado pueblecito con unos curiosos habitantes al que llega una fugitiva, Grace (Nicole Kidman en su mejor interpretación, extraordinaria). Tom, un joven escritor (Paul Bettany, a la altura de la protagonista) ayudará a la bella recién llegada a ser aceptada por el resto de la recelosa comunidad a cambio de trabajo.Es precisamente en los singulares personajes donde reside lo más acertado del filme; todos ellos están magníficamente definidos y tienen un desarrollo de lo más convincente.
Cada uno representa diferentes facetas del ser humano, como si al unirlos tuviéramos una sola personalidad: Dogville. Son tan reales que uno siente que hasta puede tocarlos. Entre ellos destacan algunos nombres importantes como James Caan, Lauren Bacall y Chlöe Sevigny.Grace representa la pureza, la inocencia y la bondad en su grado máximo, hasta límites irreales. Kidman desprende fragilidad en cada escena, aunque esa delicadez no esconde una marcada sensualidad que ayudará a desencadenar la tentación de Dogville. Bajo la benevolencia de los habitantes se esconde toda la verdad humana y el pueblo no resultará ser lo que Grace creía. Pero ella esconde un secreto, algo con lo que Dogville no cuenta y que llevará a un final totalmente inesperado, terrorífico, casi traumático, pero extrañamente coherente.Dogville, es una durísima reflexión sobre la conducta del ser humano, sobre su avaricia y su egoísmo, y sobre sus consecuencias. No es una historia bella, ni agradable, sino sólo tristemente real. Uno se da cuenta de que el mundo está lleno de Dogvilles y de que, sin ellos, la vida sería mejor.
"Una puesta Original"
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