domingo, 20 de febrero de 2011

Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal

Director: Clint Eastwood
Año: 1997 País: EE.UU. Género: Thriller/Drama Puntaje: 08/10
Interpretes: John Cusack, Kevin Spacey, Jude Law, Irma P. Hall, Lady Chablis, Alison Eastwood, Paul Hipp, Jack Thompson, Kim Hunter y Geoffrey Lewis

John Kelso (John Cusack) es un periodista y escritor que por encargo de una revista va a cubrir un reportaje sobre una fiesta navideña que organiza un millonario llamado Jim Williams (Kevin Spacey), en su lujosa casa llena de colecciones y antigüedades en la población sureña de Savannah. John conoce a mucha gente de la región, la mayoría muy excéntricos, y pronto entabla contacto con Jim, el cual le recibe amablemente y le muestra todas sus célebres adquisiciones. Lo que parece una velada tranquila da un giro inesperado con la aparición de Billy (Jude Law), un chico que trabajaba en la casa, que además es el amante de Jim, esa noche resulta asesinado. A partir de entonces, empieza un proceso judicial para deparar la inocencia o culpabilidad de Williams, en la cual Kelso aprovecha para investigar sobre lo sucedido y conocer el pueblo y los curiosos personajes del lugar, decidiendo escribir un libro sobre el caso. "Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal" es una de las rarezas, sino la mayor, de toda la filmografía de su director. Adaptación de una novela de culto escrita por John Berendt, la ciudad sureña de rancio abolengo, sirve a Clint Eastwood para diseccionar una sociedad anclada en la tradición y en la herencia del pasado esclavista, se convierte en el pretexto para contarnos una historia de amor y pasión, crimen y venganza, Kelson se convierte en nuestro guía, en los ojos del espectador que, sorprendido, ve desfilar una serie de excéntricos personajes.

En “Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal” el alumno de Sergio Leone y Donald Siegel no nos preavisa todavía de un posible retiro como actor. Quiere rodar en libertad y reúne a una plantilla de actores a sus órdenes con la fidelidad de que le van a ser útiles en sus interpretaciones. Les lleva al escenario mágico de un pueblo, donde sus cordiales gentes se pasean, como sus fantasmas, por los parques y callejones rebosados de flores, perros invisibles y cementerios que a uno le daría gusto pasear por su romanticismo encanto. Este es el filme más atípico y complejo que he visto del maestro Eastwood, tal vez porque está basado en un suculento “best seller”, donde la trama se compone de múltiples historias que se cruzan, pero la intriga gira en torno a un excéntrico millonario de ambigua sexualidad, con características de nuevo rico, es un anfitrión al estilo del Gran Gatsby, coleccionista de antigüedades y obras de arte. Un joven periodista venido del Norte llega contratado por él, para la frívola tarea (muy bien paga) de redactar apenas 500 palabras sobre una de sus fiestas. El recién llegado queda cautivado por el universo social que encuentra, al cual describe a un amigo como: "Esto es igual a 'Lo Que el Viento se Llevó', pero en versión surrealista". Y es esta versión surreal la que empieza a filtrarse en los diferentes tonos de la película, que tiene características del thriller, donde se incluye también un típico juicio con argumentos a favor y en contra, estrados y banderas norteamericanas.

Aunque por momentos el filme pasa a un abierto clima de comedia (como todas las escenas donde trabaja Lady Chablis, un divertido y sensual travesti negro). Como si esto no fuese ya demasiado, se introducen elementos esotéricos propios del filme de misterio, como ritos y creencias de la subcultura del vudú, a partir de una hechicera gorda y negra como son las nanas sureñas. Muchos hilos y subgéneros son los que van estirando y dilatando más allá de lo ideal en una trama tan ambiciosa, que se volvería inmanejable de no tener por detrás el sólido oficio de Eastwood. De todo ello y por sobre todo, prevalece una mirada irónica respecto de ese microcosmos social marcado por una doble moral: la ambigüedad no solamente envuelve a la sexualidad sino a la justicia. Muchos temas se tocan en esta película. El principal es un juicio por asesinato con tintes homosexuales que pueden provocar una sentencia más basada en prejuicios que en los hechos, pero al mismo tiempo, el miedo que puede tener el jurado a ser tildado de homofóbico puede alterar el veredicto en sentido contrario. ¿Cómo dar con la sentencia justa? El periodista trata de ayudar a Williams a demostrar su inocencia mostrando una gran lealtad y amistad, ya que la burguesía que forma el círculo social de Williams le ha dado la espalda. La búsqueda de pruebas que demuestren la inocencia del millonario le llevará a encontrar personajes curiosos.

John Cusack esta muy bien su papel del periodista John Kelson, creo que es un acierto de casting, pues su rostro de niño bueno con mirada pícara consigue fácilmente meterse al espectador en el bolsillo y que éste se identifique con su personaje. Kevin Spacey también esta notable como el rico Jim Williams, quien es el mecenas del pueblo, culto y refinado. Algo curioso en el filme es que no existe un protagonismo excluyente, sino varios secundarios con su minuto de gloria. Desde las breves apariciones de Jude Law. Como dije anteriormente el que se lleva las palmas es Lady Chablis en su divertidísimo papel. Empleando la cámara de forma magistral y con una estupenda puesta en escena, Clint Eastwood crea una película manejada con un ritmo trepidante que mantiene expectante en todo momento al espectador, principalmente gracias a un buen guión y a la aparición de extravagantes personajes que aportan un toque de confusión, dispersando la atención de la tensión de la investigación y el juicio. Creo que es una película-ómnibus, donde hay demasiado para contar y se pasa de un asesinato a un juicio; de un salón de baile a las tinieblas de un cementerio, del suspenso del thriller a los enredos graciosos de la comedia. Pero siempre con el respaldo del oficio para filmar, junto a una memorable banda sonora a ritmo de jazz y blues. Todo se funde en este largometraje: La peculiaridad de la ciudad, la sexualidad de la víctima y del acusado, la hipocresía de los amigos de Williams y sobre todo la ambigüedad del caso.

De las palabras y conjuros de la hechicera negra deviene el extraño título: en la mitad de la noche y cuando algo no está claro, los muertos requieren de media hora para una mirada desde el bien y otra media para el mal. Además, en este filme coral tampoco se excluye el hilo de una pequeña historia sentimental con idas y vueltas que involucran al guapo periodista y a la bonita hija del director (Alison Eastwood). Es memorable la secuencia del baile en sociedad donde contrasta el sensualísimo travesti con el formalismo y las convenciones, triunfando el tono de comedia y la risa en clave de crítica social. También son deliciosas algunas líneas de diálogo, como el de la pequeña escena en la florería ¿o invernadero? entre el joven periodista y la florista, donde se compara al amor con las características de las flores. Ni qué hablar de algunas frases puestas en boca de la hechicera, sobre acercarse a los muertos para conocer la totalidad de las verdades humanas. Es una auténtica lástima que esta película pasara tan desapercibida cuando se estrenó. Estamos ante una gran y notable película, pues no en vano, es del gran Clint Eastwood, es un director de cine que con los años ha demostrado su enorme talento en la dirección y es alguien en que uno puede tener la confianza suficiente en que verá un producto de gran calidad. En esta cinta se nota que la dirección de Eastwood, es más pausada, contenida, de lo habitual, y se recrea en el entorno urbano, plagado de edificios que son eco de la historia, de los orígenes de Savannah, y en los actores, siempre uno de los puntos fuertes de Eastwood.

En esta cinta Clint Eastwood cambió de registro. Dejo de lado su papel de tipo duro y se empeño en hacer cine reflexivo, curioso, colorista. Esto se puede ver en este filme muy interesante, de un detallismo fuera de lo normal, con unos secundarios que imbuyen al espectador. Me parece que nos encontramos ante una enorme película de Clint Eastwood. Sólo a este respetado director se le podía ocurrir hacer una película como ésta, con unos personajes tan geniales, en un ambiente sureño grandioso que, por razones obvias, hacen ir con la boca abierta a un neoyorquino. Lo que quiere explicarnos Eastwood, entre otras cosas, es que los Estados Unidos son muchos países en uno. Que aquello tampoco es monolítico, como tampoco lo es la sexualidad de la gente. Que lo único que hay monolítico es la hipocresía. "Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal" es la película más incomprendida de Clint Eastwood. El público no entendió la propuesta, esperando seguramente otra ración de acción y de aventuras. Sin duda, se trata de un capricho del director, un hermoso y transgresor ejemplo de su libertad creativa y de sus ocultos deseos de mostrarse ante la crítica como autor, más allá de la artesanía magistral de sus obras de género. En resumen, es una película de juicios con un toque de comedia romántica muy bueno, de comedia a secas, de comedia sobrenatural, algo de thriller, el baile de puesta de largo de las jóvenes de color es tremendo. Película altamente recomendable que exige del espectador, probablemente mucho más que otras, meterse bien a fondo en la trama de la película. A disfrutarla.



“Un gran festín de géneros cinematográficos”

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