miércoles, 24 de junio de 2009

Cabeza Borradora

Director: David Lynch
Año: 1977 País: EE.UU Género: Intriga Puntaje: 08/10
Interpretes: John Nance, Charlotte Stewart, Allen Joseph y Jeanne Bates

Cabeza Borradora, surgida del fascinante underground americano, concentra todas las obsesiones de destacable David Lynch que se han ido convirtiendo en un sello de distinción, en la marca de fábrica de este director. La película se basa en Henry Spencer, un joven deprimido y asustadizo, sufre desde pequeño unas extrañas pesadillas de las que intenta liberarse a través de su imaginación. Pronto verá que su hijo recién nacido es un ser monstruoso.

¿Qué decir de una película que ha estado oculta durante tanto tiempo como si de juguete diabólico se tratase? Pues, sencillamente, que es magnífica. No sólo por lo que cuenta, sino por como lo cuenta. Con una potencia visual arrolladora apenas sin efectos especiales, y los que aparecen son bastante caseros, nos muestra los brotes sicóticos de un padre que se niega a serlo, de un hombre que repudia la industrialización, de un cacho de carne que es absorbido por la rutina de la mecanización. Éste es Henry, el antihéroe de la historia que un joven Lynch nos cuenta.

Todos parecen estar en contra de él: desde el suegro al que su trabajo ha vuelto loco hasta la rubia de papos purulentos que nuestro hombre imagina que vive en su radiador, pasando por los insoportables lamentos del engendro que su semilla ha creado. En el engendro, tratado por la cámara desde muy pocos planos en todo el film, se materializan todos los temores de su padre y en especial la "deformidad" de su existencia, que ha contagiado a su bebé.

La historia, como todas las películas de éste director, se aprecia sencilla una vez visionada la película. Pero en realidad es nuestra mente, que la simplifica y se queda en lo superficial, pues los interrogantes que se plantean en Cabeza Borradora no son pocos. Éstos se centran ante todo en la simbología: un ascensor que tarda eternidades en cerrarse (como las heridas de Henry), un rubia cantante que parece mofarse de él (reencarnación de la esposa despechada), el pendón de la vecina (como el espíritu de libertad del que Henry carece), la semifábrica de gomas de borrar (la última parada de Henry, donde sus pensamientos explotan), etc.

El apoteósico y destructor final, donde Henry disecciona literalmente a su retoño. Jamás un servidor había visto en pantalla algo tan desquiciante e insoportable (sin mentar la persecución nocturna de La matanza de Texas de Hopper y en algunas ocasiones las innecesarias escenas de La pianista de Haneke).- Repitiéndome, la extraordinaria potencia visual, que hace que tardemos en olvidar determinadas escenas (recójase la cena en casa de la amiga de Henry).- Su mera existencia. Hacen falta más películas con este arrojo visual en el cine actual, pero bien seguro no serán bien recibidas, pues ciertamente hay muy poca gente que entre tanto estrés en la vida cotidiana, esté dispuesta a estrujarse las neuronas consumiendo este tipo de cine. Aquí el trailer.

"Surrealista filme surgido del subconsciente humano"

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