sábado, 13 de junio de 2009

Apocalipsis Now

Director: Francis Ford Coppola
Año: 1979 País: EE.UU Género: Bélico Puntaje: 10/10
Interpretes: Martin Sheen, Marlon Brando, Dennis Hopper, Robert Duvall, Laurence Fishburne y Harrison Ford

Después de un tiempo vuelvo escribir un post, pero esta vez para presentar una de mis películas favoritas como es “Apocalipsis Now”, sin duda alguna, es una de las obras más difíciles, complejas, arriesgadas e importantes que se haya hecho en el cine desde los 70, es también la más importante y determinante película en la carrera de Coppola, y no hablo de si es la mejor porque hay chocamos con “El Padrino”.

Narra la historia del Capitán Willard (Martin Sheen) que es un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense al que se le ha encargado, en Camboya, la peligrosa misión de avanzar río arriba para eliminar a Kurtz (Marlon Brando), un coronel estadounidense renegado que se ha vuelto loco. En la profundidad de la selva, en un campamento sembrado de cabezas cortadas y cadáveres putrefactos, la enorme y enigmática figura de Kurtz manda como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios.

Inspirado por la novela de Joseph Conrad, "El corazón de las tinieblas", Coppola y Milius idearon el denso, tremendo y soberbio guión de la película, trasladando lo que en el libro era la atracción de un marinero hacia el hombre que debe asesinar, a la guerra del Vietnam. A partir de aquí nos sumergimos en una insuperable atmósfera, recorrida por un aliento místico/filosófico que la hacen aún más ser una obra única.

La película tiene un arranque arrebatador, enigmático, del todo fascinante y maravilloso: la imagen superpuesta del sufrido y pensativo rostro de Sheen con el zumbido adormecedor y a la vez pesadillesco de los helicópteros (jamás en una película se han empleado tan bien los helicópteros) que acaba en una explosión de fuego en la selva y con el tema “The End” de “The Doors” de fondo. Coppola plantea la guerra de dos seres humanos contra sí mismos y su interior, algo mucho más dañino, inolvidable y obsesionante que matar a uno o doscientos charlies. Esa subida por el río es la más clara bajada a los infiernos.

Obra llena de memorables secuencias (el inicio, todo lo relevante al sonido de los helicópteros, la alucinante batalla dónde se usa napalm con el atípico capitán Duvall al mando, con dos soldados surfeando mientras caen las bombas a su lado y un cámara de televisión lo rueda todo "in situ", la música de Wagner, la llegada a la guarida de Kurtz...) hace que junto a su irrechazable, maravillosa y alucinante atmósfera sea un espectáculo grandioso, operístico, que transmite además una magistral sensación de irrealidad dentro de tan real y plausible pesadilla.

Pese a ser una película indiscutiblemente bélica tiene tal complejidad que es tanto un thriller atípico como un drama filosófico/psicológico y, por supuesto, una obra maestra del cine de terror, pues es la exposición más impresionante que en muchos años se haya hecho de eso que podríamos llamar horror - los últimos 30 minutos me superan. Obra maestra, pues, hasta lo indecible, dotada de una fotografía alucinante y una música de Carmine, debo decirlo, una obra de arte escalofriante, sobrecogedora, maravillosa, quizás perfecta. Amo esta película. Aquí el trailer de la versión Redux.

"Un espectáculo desbordante y destructivo que muestra el horror de la epopeya bélica"

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