Año: 1972 País: EE.UU. Género: Drama/Violencia Puntaje: 07/10
Interpretes: Barbara Hershey, David Carradine, Barry Primus, Bernie Casey y John Carradine
Basada en una cautivadora historia real, “El Tren de Bertha” es una película con una dirección maravillosa que narra el romance fugitivo en plena época de la Gran Depresión de dos renegados en la línea del ferrocarril. Con una energía electrizante y las magistrales interpretaciones y sensuales de Barbara Hershey y David Carradine, el largometraje ofrece altas dosis de humor y calidez a todo tren. Bertha (Hershey) es un espíritu libre y una bandida de poca monta con una actitud de “amarlos y dejarlos”...hasta que se enamora del sindicalista (y Robin Hood del ferrocarril) Big Bill Shelly (Carradine). Bertha y Bill se dedican entonces a robarles a los ricos para dárselo a los trabajadores y rápidamente se convierten en los asaltantes de trenes más famosos del sur. Pero a medida que sus delitos se vuelven más atrevidos, la ley se torna más implacable y la pareja descubrirá, demasiado tarde, que esa vida de asaltantes tal vez les lleve a un viaje sin retorno...hacia un destino fatal. Segunda cinta del grandioso Martin Scorsese y producido por el bizarro Roger Corman.
El filme suma drama, crimen, análisis social y crónica histórica. La película desarrolla un relato de robos y asaltos con intimidación a personas relacionadas con la empresa y a las instalaciones de ésta. El fruto se destina a los trabajadores necesitados, parados, enfermos, etc. El cuadro de miseria, paro y desesperación, de la Depresión queda esbozado con trazos ácidos y secos. La preocupación social del filme, reflejo de las preferencias de Corman (productor de este filme), incluye indicaciones sobre las malas condiciones del trabajo asalariado, su precariedad, su dependencia del capricho de los ejecutivos y la insuficiencia de los salarios, etc. Con estos hechos contrasta la opulencia y el lujo de los magnates y de los grandes propietarios. Ante las acciones de la banda, la compañía solicita la intervención policial y contrata a sanguinarios matones a sueldo. La espiral de violencia se eleva gradualmente hasta alcanzar su cenit en una escena desgarradora. Se incluyen referencias a aspectos religiosos, como citas bíblicas, a paralelismos ente Jesús y Magdalena con Bill y Bertha y a la crucifixión. Esta última escena es una de las más grandiosas e impactantes que haya filmado el director ítaloamericano.
“El Tren de Bertha” es considerada una cinta de serie B, y bien considerada, puesto que el guión es un poco disparatado, se hace un poco lenta, y las actuaciones son bastante limitadas, exceptuando, y por momentos, la de Barbara Hershey en las que en muchas escenas radia sensualidad, inocencia y dureza, y en otras parecía estar un poco fría. Respecto a la dirección, en mi opinión de las más flojas del director, no obstante no quiero que mi crítica suene muy negativa puesto que son los comienzos de un maestro, y recomiendo verla para ver su evolución. En un contexto rural (alejado del retrato newyorkino posterior), Scorsese filma un manifiesto ideológico bizarro (hay dudosos apoyos a la prostitución) pero atractivo en su inocente “carpe diem” y antifanatismo. Lo primero que llama la atención es el tono onírico apoyado en una ceremoniosa puesta en escena (evidente en los numerosos desnudos pero visible desde la secuencia inicial con los rítmicos presos, los paletos inertes y el rascamiento de pierna: ¡menudo ritual para el aterrizaje de una avioneta!) y un edición de sonido rudimentario pero muy expresivo (a resaltar los silbidos del tren que nos impiden oír algunos diálogos).
Cuando alguien logra el beneplácito de los círculos cinéfilos, se tiende a concederle indulgencia plenaria a toda su filmografía, reconsiderando todas sus películas anteriores como logros indiscutibles por alguna u otra razón de carácter ignoto (“quizá no era magnífica, pero indudablemente lleva su firma, porque...” o “una película fallida, pero imprescindible para comprender su evolución posterior como creador”). Yo no voy a engañar. Si no has visto “El Tren de Bertha” no has perdido mucho, desde luego. Aunque con un poco de perspectiva y haciendo algo de arqueología sirva para entender como irrumpieron en la cosa esta del cine toda una generación de jóvenes voluntariosos: del brazo de un tipo dispuesto a repartir primeras oportunidades a mansalva. La película en su época prometía acción (la misma acción que prometían los westerns de serie B) que eran ricas en situaciones un tanto ridículas y diálogos cuasi sonrojantes. Pero esta película de serie B de Scorsese, fue muy diferente, se basaba en escenas muy ritualistas y desgarradoras (primeros indicios de su sello), sin embargo, no es más que un tibio esbozo de la que acometería Travis por un pasillo interminable o el clásico via crucis scorsesiano y en este caso, nunca mejor dicho por el que debe transitar el atormentado protagonista.
Hay varias escenas destacadas en el filme, como el asalto a la casa del hacendado Buckram Sartoris en plena fiesta, la iniciación sexual de Bertha, el tiroteo durante la partida de cartas, la entrevista con el psicólogo, la muerte de Bill, etc. Durante el rodaje Barbara Hershey regala a Scorsese un ejemplar de la novela "La Última Tentación de Cristo", de Nikos Kazantzakis, que llevará al cine años más tarde. Alguna secuencia es de un salvajismo descarnado y escalofriante. El trabajo permite a Scorsese aprender muchas cosas, acumular experiencia, rectificar errores, evitar precipitaciones, ganar seguridad y mejorar su currículum. Sobre todo, se ha probado a sí mismo que puede dirigir un filme en condiciones profesionales. Decidido a dedicarse a la dirección, pese a su fama como buen editor, acepta la propuesta de dirigir “Calles Peligrosas” (1973), su tercer largometraje. La música aporta una partitura, adecuada y variada, de armónica, cuerdas, melodías country (tren en marcha) y una romántica pieza para piano de Chopin. La fotografía, de John Stephens y Gayne Rescher (no acreditado), en color (deluxe), ofrece secuencias brillantes junto a otras deslucidas y endebles. Las manchas de sangre y otros elementos parecen obra de aficionados. El rodaje de la cinta supuso un paso importante en el progreso de la carrera del realizador.
El filme cuenta con la aparición secundaria de Victor Argo (habitual en la filmografía de Scorsese) y del veterano John Carradine, padre de David, como Sartoris, el dueño del ferrocarril donde Bertha y sus amigos utilizan para robar el cargamento de dinero o para huir y a quienes persigue implacablemente. “El Tren de Bertha” es una buena película. Por un lado, flota en el ámbar comprometido y contestatario de su tiempo y, con pulso irregular, despacha un ataque inmisericorde a la cara más oscura de la moneda capitalista, conformando una furiosa biografía cada vez más desencantada. Por el otro, cristaliza la desgarrada estilística de su autor que, sí, al fin alcanzaría su esplendor en “Calles Peligrosas”, y pese a las concesiones a la factoría Corman tanto los desnudos gratuitos como, seamos buenos, la interminable colección de referencias sociológicas muy propias del rey de la serie B, Martin Scorsese factura el ciclo iniciático de Bertha Thompson con todo el aplomo de su incomparable autoría. El final de la película es brutal, con mucha fuerza, mostrando indicios de genialidad, Scorsese deja su sello y promete como director. Muye recomendable para conocer los inicios de un genio del cine.
"Un filme contestatario, rodado con furia y con un gran dominio visual”
Una cinta destacable del joven scorsese, como dices la escena más impactante del filme es la cruxificción de Bill, realmente desgarradora, siempre tengo esa parte imborrable en mi memoria, muy buena tu crítica, saludos.
ResponderEliminarAndrés Estalvi
Gracias Andrés, sí son los comienzos del maestro, pero en esa época ya podemos notar la caracteristicas más notables de su filmografía. Como dices la escena de cruxificción es de antología.
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