“El Resplandor” dejó la marca ineludible del maestro de todos los géneros en la bandeja de entrada del cine de terror. Hasta aquel día, las películas de esta noble familia poseían dos características inherentes a ella: los golpes de efecto y la penumbra. Con Esta cinta Kubrick finiquitó el género y lo llevó un paso hacia adelante. La trama cuenta la historia de un Jack Torrance (Jack Nicholson) un hombre que se traslada, junto a su mujer (Shelley Duvall) y a su hijo, al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento del mismo durante la temporada invernal, ya que el lugar permanece cerrado y aislado por la nieve. Su idea es escribir su novela al tiempo que cuida de las instalaciones durante esos largos y solitarios meses de invierno, pero desde su llegada al hotel, Jack comienza a padecer inquietantes trastornos de personalidad, al mismo tiempo que en el lugar comienzan a suceder diversos fenómenos paranormales. Nadie ha conseguido retratar mejor los "laberintos" de la mente humana como Kubrick en esta extraña película bañada de luz y arropada por su sonido, amén de regalarnos proezas técnicas como ese travelling a ras de suelo que ha pasado por mérito propio a encabezar una de las mejores secuencias del cine de todos los tiempos.
Tras el fracaso comercial (ni mucho menos artístico) de la incomprendida “Barry Lyndon”, Stanley Kubrick decidió hacer una película más comercial que le reportara beneficios en taquilla. El resultado fue "El resplandor" obra maestra del cine de terror y cita obligada para cualquier cinéfilo. Basada en una de los primeros best-sellers de Stephen King, éste adaptó su novela en un guión de más de tres horas de duración que Kubrick y sus colaboradores se ocuparon de perfeccionar, realizando cambios tanto en los personajes como en el desarrollo de la historia y suprimiendo escenas no necesarias para la comprensión de la trama. King no se mostró de acuerdo con los cambios y condenó el filme, culpando al director de no saber lo que era una película de terror. La historia de fantasmas narrada por Kubrick, esta constituida por una densidad rítmica que se hace lenta por momentos pero a su vez poseedora de una sensibilidad hipnótica entre diálogo y diálogo (¿Notaron cuánto se tarda entre la voz de un personaje y la voz del otro?). La soledad y la locura van de la mano junto al silencio de un hotel tan inmenso como perversamente poderoso en su puesta en escena. Tras ver "El Resplandor", el espectador y lector llega a la inmediata conclusión de que Stanley Kubrick ha hecho un gran trabajo. Verdaderamente no se complica, y no contrata a grandes guionistas y maestros en adaptaciones, pues descubrimos que prácticamente la mitad de la novela no está contada en la película.
Para el papel principal, Kubrick eligió a Jack Nicholson, que con sus excesos interpretativos se convirtió en el perfecto Jack Torrance, subrayando el patetismo del personaje (un escritor alcohólico, sin trabajo, incapaz de escribir nada y al que todo le sale mal). Su mujer fue Shelley Duvall, actriz poco conocida, que realizó la mejor interpretación de su carrera y al terminar el rodaje tuvo que ingresar en una clínica psiquiátrica debido a la presión a la que estuvo sometida. En su apartado técnico, la película resulta perfecta, con una magnífica fotografía y efectos sonoros, Kubrick mezcla planos fijos (Nicholson hablando con su hijo en la cama), con innovadores movimientos de cámara, que con un nuevo sistema sigue a los personajes por los largos pasillos del hotel (El triciclo de Danny y la persecución del laberinto) y secuencias de suspense, que más que mostrar, sugieren y mantienen la tensión durante las casi dos horas de duración. "El Resplandor" es ante todo una película de género, cosa que tampoco es habitual en Kubrick, que a lo sumo se sirve de algún género para contar sus ideas y pensamientos sobre la vida. No es cine de autor en absoluto sino cine popular, eso sí, del bueno. La película está sustentada en una historia atractiva y fácil de asimilar que hace que gane al espectador desde el principio.
“El Resplandor” destacado sobre todo por su estética de gran angular y el uso constante del steadycam, la perturbadora música y la interpretación de Jack Nicholson en un festival de miradas de ido y gestos psicóticos. Más allá de ello se requeriría una penetración mayor en el conocimiento de personajes previos a la puesta en escena de la situación, y menor desorden en el proceso de enajenación y vínculo sobrenatural con el tópico recurrente de niño-conexión con mundos paranormales. El filme se abre con planos aéreos que significan la localización montañosa aislada (posteriormente serán reiterados para el mismo efecto). Tras una mínima presentación de circunstancias (más que de personajes) en tono enigmático, el filme explota con suficiencia los lujosos escenarios del hotel a través de largos paseos en ella, cuya serenidad momentánea es cortada con planos inquietantes de dos hermanas que enlazan con hechos trágicos pasados. Ni que decir que esa atmosfera escalofriante que tanto gustaba al director neoyorkino, que se contagió en el set de rodaje (Nicholson reconoció que algunas improvisaciones eran extraídas de sus confrontaciones entre mujeres en sus juergas privadas) y las sesiones al psicoanalista de Shelley Duvall. Pero "El Resplandor" no tiene nada de maldito en lo referente a la superstición que antaño había puesto los nervios de punta a los fans de "El Exorcista" o posteriormente con la sobrevalorada "Poltergeist". "El Resplandor" es actuación e interpretación por encima de los cánones del fantástico sin efectos especiales.
El director neoyorquino se apoya en la obra de Stephen King para cumplir el objetivo que se propuso desde el principio: retratar la locura. Para ello convierte el fastuoso hotel y el laberinto que hay en su jardín en la metáfora perfecta del cerebro humano. Un entramado complejo y retorcido. Un mundo aparte y encerrado en sí mismo que no sabe distinguir entre lo real y lo onírico. Un lugar donde se dan cita los temores más primarios, la obscenidad, los recuerdos, la paranoia, la agresividad… En efecto, Jack Torrance va a sacar al monstruo que lleva dentro. Una bestia que habitaba en la mente del artista y que ha sido liberada quizás por la sensación de aislamiento o quizá por una frustrante crisis creativa. Esto es algo que nunca llega a quedar claro. Aunque sea un cineasta que raramente deje lugar a las casualidades, éste factor es habitual en la filmografía de Kubrick: lo confuso invade de la pantalla tanto para crear el desconcierto como para dejar en manos del espectador buena parte de la interpretación de la trama. Al ver el sorprendente final es imposible no plantearse si todo lo que ha pasado ha sido real o por el contrario una escalofriante muestra de las esquizofrénica mente del protagonista (o ambas cosas). Aunque los motivos del director parezcan claros en un principio, siempre quedarán las preguntas. Es “El Resplandor” un cuento de fantasmas? Es un ensayo de la locura? O quizás es toda ella una referencia oculta a los indios americanos? Bendita duda. Mención aparte para la importancia del color en la película, donde el rojo aparece como el símbolo de la maldad y el blanco de la nieve final (sobre todo en el laberinto helado) como el de la protectora bondad.
En aspectos más técnicos, el filme es un prodigio del séptimo arte. Tiene una fotografía buenísima, y particular, ya que para ser una película de terror, no recurre al tópico de escenas a oscuras, al contrario, todos los planos y secuencias son iluminados, y dan una sensación de aislamiento y de soledad apabullantes. Escalofriante y asombrosa historia rodada, narrada e interpretada con una genialidad fuera de cualquier tipo de discusión. Da igual si te gusta o no el género. Es prácticamente imposible que alguien se muestre indiferente ante semejante despliegue visual, artístico y humano. NO puedo ponerle ni un pero. Es fantástica. Se puede ver una y mil veces y, siempre te deja boquiabierto. “El Resplandor” es un hito en las películas adaptadas de la obra de King: siendo deudora de su obra literaria, es más kubrickiana que kingiana, está más cerca de las preocupaciones filosóficas del cineasta que de las inquietudes del escritor, sin por ello despreciar estas últimas. Sin embargo, este divorcio cobra plena vigencia cuando King, ya en el segundo lustro de los noventa, anuncia su disconformidad con esta versión y produce y escribe el guión para una miniserie televisiva con esta misma historia. Así pues, asistimos a una gran paradoja: la mejor adaptación al cine del universo de King es, contradictoriamente, la que menos parece haberle satisfecho, Hasta hoy ninguna película ha llegado a hacernos sentir sensaciones de miedo semejantes a las de la niñez como esta, la obra del terror por antonomasia, “El Resplandor” de Stanley Kubrick.
“Terroríficamente magistral, Kubrick en su mejor momento”
muy buena reseña!
ResponderEliminarBuena reseña, la verdad creo que esta es de las mejores películas que he visto, y no sólo de terror, la vi hace poco en hbogo y cada que la veo me da miedo, es incómoda de ver, perturbadora y eso la hace especial, no es el típico terror de siempre.
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