domingo, 8 de marzo de 2009

La Problemática del Cine Peruano

Una noticia que nos lleno de alegría estas últimas semanas fue el triunfo de la cinta peruana La Teta Asustada, que ganó el Oso de Oro del Festival de cine de Berlín, convirtiéndola en la película peruana mas consagrada de la historia, la joven directora Claudia Llosa rompió con todos los esquemas de la realidad cinematográfica nacional, que es muy pobre en nuestro país y que apenas produce 7 largometrajes al año, a diferencia de otros países como Chile con 18 películas al año, Argentina con 300 o México con 1000 producciones anuales.

Pero cual es la causa para que nuestro país produzca pocos filmes y de mala calidad (por la pobre logística con la que filman), esto principalmente por los tropiezos del estado en intervenir en intervenir en aspecto cinematográfico, como lo que ocurrió en el 1992, cuando el gobierno llevado por una predica de liberalismo económico derogó los incentivos de la ley 19327 (propuesta por el Ministerio de Educación), que llevaron al cine peruano sin quedarse sin apoyo y una vida de 20 años iniciada en 1972.

Las pérdidas para los cineastas locales sobrepasó el millón de dólares y más de 200 personas se quedaron sin empleo, para la pequeña industria cinematográfica peruana significó una sentencia de muerte, la solución mas rápida que tomaron los cineastas y productores peruanos fue aliarse a productoras internacionales sobretodo con las mexicanas, españolas y estadounidenses.
Años más tarde el gobierno con un intento de dar la impresión que la “cultura” le interesaba, decretó la ley 260370 (Ley de Cine) y fundando así el Consejo Nacional de Cine (Conacine), para así dirigir y promover la actividad cinematográfica en nuestro país, pero más allá de la retórica y de las buenas intenciones esta ley es prácticamente letra muerta.

Otro gran problema del sistema fílmico peruano, es la falta de una escuela especializada en el estudio del séptimo arte, además de contar con los equipos necesarios para producir una cinta de calidad, un gran intento fue de la Universidad de Lima, que en los años 90 apostó en tener como un curso básico la producción cinematográfica, pero al ver la falta de apoyo declinaron a sumergirse en otras ramas de las comunicaciones.

Una gran desventaja es también la exhibición de las cintas peruanas en las salas nacionales e internacionales, que tienen muy pocas semanas para ser vistas, prácticamente son aplastadas por los “Blockbusters” extranjeros, principalmente las estadounidenses, a esto también se suma la falta de la cultura cinematográfica del público peruano.

En estos últimos años a pesar de las dificultades hemos presenciado una nueva oleada cinematográfica peruana, con jóvenes directores como Fabrizio Aguilar (Paloma de Papel), Frank Pérez Garland (Un Día sin Sexo), Josue Méndez (Días de Santiago y Dioses) y ahora Claudia Llosa (Madeinusa y La Teta Asustada), además del movimiento del cine en provincias que cada día destaca más, para que esto siga surgiendo más el estado tiene que preocuparse más ayudar a nuestro cine, porque un país sin cine es un país sin rostro.

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