Año: 1990 País: EE.UU. Género: Drama/Road Movie Puntaje: 08/10
Interpretes: Nicolas Cage, Laura Dern, Willem Dafoe, John Nance, Crispin Glover, Diane Ladd, Harry Dean Stanton y Isabella Rossellini
Una de las películas más controvertidas de David Lynch, algunos se rinden ante su magistralidad y otros la repudian, durante un permiso carcelario, Sailor (Nicolas Cage) va en busca de Lula (Laura Dern), su novia, y juntos deciden escapar a California. La madre de la chica se opone a esta relación y contacta con un mafioso para que elimine a Sailor. En realidad, teme al joven, ya que presenció el asesinato de su esposo a manos de ella y su amante. Sailor y Lula huyen de la madre por extraños parajes de los Estados Unidos, y mientras viajan por un laberinto de acontecimientos retorcidos, su relación evoluciona, acompañada de sórdidos recuerdos.
En 1990 David Lynch recibió la Palma de Oro en el festival de Cannes por una road movie salpicada de sexo y violencia y con una historia de amor más fuerte que las convenciones. Se trataba de su quinto largometraje, el que le brindó el mayor reconocimiento de toda su carrera. Cuando salió a recoger el galardón de manos de Anthony Quinn se encontró con un público crispado y dividido entre quienes abucheaban el fallo del jurado y quienes aplaudían a rabiar a un aturdido David Lynch, quien, ante semejante gallinero, sólo acertó a balbucear: “Estoy sorprendido. Aterrorizado, pero sorprendido”. Esta anécdota muestra bien a las claras las reacciones encontradas y viscerales que suscita el cine de este genio: repulsión por un lado y fascinación por otro, casi sin término medio. Sólo hay unanimidad cuando dirige películas de corte clásico como “El Hombre Elefante” o “Una Historia Verdadera”, inspiradas en historias ajenas a las que, sin embargo, siempre confiere su particular visión.
En efecto, “Corazón Salvaje” tiene mucho de absurdo, como absurdos son los sueños y como absurdo es el amor y el humor, cuando se reflexiona con frialdad sobre su naturaleza. David Lynch es un fino hilandero que enhebra los sueños con aguja intuitiva y penetrante, como si fuera una Parca tejiendo el Destino. Para una imaginación soñadora y febril siempre será más estimulante aquello que sobresalga por su rareza que lo que discurra por los cauces de lo convencional y trillado. Visto así, nada hay más absurdo que aceptar por bueno lo sabido y abominar de lo desconocido por extraño. Una mente ávida y despierta siempre querrá que desafíen su inteligencia, y eso es precisamente lo que hace David Lynch con películas como “Corazón Salvaje”.
Este ejercicio surrealista permanecerá por siempre como uno de los trabajos más completos, dulces y enternecedores de su director, un atípico acercamiento al cine negro, que incluso homenajea en sus lineamientos al antológico cuento de hadas de Lyman Frank Baum, "El Mago de Oz", esta referencia fue una genial ocurrencia de Lynch para transformar la historia en un terrorífico cuento de hadas. Además de la Bruja Mala, a la que incluso se ve persiguiendo a los enamorados montada en su escoba, también aparece la Bruja Buena que ayudara a Sailor. También debemos hablar de las magistrales y desinhibidas actuaciones de Nicholas Cage como Sailor que trato de de carle un aire de libertinaje y de rebeldía a su personaje, Laura Dern como le dio un toque sensual pero a la vez infantil a Lula y la excepcionalmente grotesca Diane Ladd que encarno a la bruja mala del film, mención honrosa también a los personajes que dan vida Isabella Rossellini y Harry Dean Stanton. Pocas veces nos es dado asistir al espectáculo de una saga de actores actuando en la misma película.
No obstante, de entre toda esa fauna de freaks, si hay alguno que brilla con luz propia, ése es Bobby Peru, interpretado por el especialista en personajes excéntricos Willem Dafoe él y Christopher Walken tienen a sus espaldas toda una galería de seres monstruosos y repugnantes. Después de ver “Corazón Salvaje” es imposible alejar de la memoria esa secuencia en que Bobby Peru agarra del cuello a Lula y le susurra al oído: “Di fóllame”, con el primer plano de sus dientes podridos y la lascivia retorciendo su bigote de pisaverde a lo Clark Gable. El humor negro y la violencia un tanto paródica, las palizas no están rodadas con la pretensión de ser creíbles, como demuestra esa sangre de un rojo espurio que mana en abundancia, están presentes en varias fases de “Corazón Salvaje”. Un ejemplo es el perro que recoge la mano de uno de los banqueros, que la busca inútilmente para que se la injerten. Más hilarante aún es el episodio del primo Dell (Crispin Glover) que Lula le cuenta a Sailor, con su costumbre de meterse cucarachas en los calzoncillos.
A parte debemos destacar el trabajo de Frederick Elmes en la fotografía y la música que fue una parte fundamental de “Corazón Salvaje” fue obra original de Angelo Badalamenti, habitual colaborador de Lynch, todo esto le da una atmosfera violenta, lírica y surrealista al filme. El acostumbrado enfoque Lyncheano, donde no prima la coherencia sino una constante aglomeración de sucesos, sentimientos y sensaciones, tanto benignos y llenos de fantasía y añoranza como de catástrofe, ruina, desasosiego, desgracia o desesperanza, o en palabras del propio genio: “en todas mis películas la búsqueda del amor en el infierno es una constante”. “Corazón Salvaje” es una de esas escasas películas que permanecen en la retina tiempo después de haberlas visto. Para todo aquel que se interese por el singular universo lyncheano, es de peaje obligado.
“Un filme violento, tierno, extraño e impulsivo”
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