viernes, 2 de diciembre de 2011

¿Qué Pasa, Tiger Lily?

Director: Woody Allen
Año: 1966 País: EE.UU./Japón Género: Comedia Puntaje: 6.5/10
Interpretes: Tatsuya Mihashi, Mie Hana, Akiko Wakayabayashi, Tadao Nakamaru y Woody Allen



El debutante Woody Allen parte de una película japonesa de espías titulada "Kagi No Kagi" (1965) de la que sustituye el guión original y los diálogos por otros completamente diferentes, el resultado es una película que cuenta las aventuras del agente Phil Moskowitz, que participa en una arriesgada misión para conseguir la receta de “la mejor ensalada de huevo del mundo”. Moskowitz, con la ayuda de las hermosas hermanas Suki Yaki y Teri Yaki, deberán impedir que esa receta única caiga en las manos del malvado mafioso Shepherd Wong. Allen empezó su carrera como humorista a los 16 años, en 1957 se le concedió su primer premio Sylvana Award y tomaría la decisión de adoptar el seudónimo de Woody Allen, pues su nombre real es Allen Stewart Konigsberg, así comenzaría a trabajar individualmente, llegando a ejercer la tarea de director de sus espectáculos en la cadena de Hoteles Borsch Belt de Nueva York, donde ya habían trabajado otros humoristas importantes como Jerry Lewis. En 1965 escribió el guión y apareció en un papel secundario en la película "¿Qué Tal, Pussycat?" (1965), una divertida farsa dirigida por Clive Donner y protagonizada por Peter Sellers, Romy Schneider y Peter O'Toole. Un año después debutó como director con “¿Qué Pasa, Tiger Lily?”, al ver su primer trabajo quizás piensen que están visionando una de tantas películas de acción a la japonesa. ¿Por qué no pensarlo, si eso es lo que muestran los primeros minutos del filme? patadas ninja, una especie de James Bond con ojos rasgados y una doncella en peligro. La primera película de Woody Allen tenía que llevar un sello especial y aunque para muchos, ésta película no figure mucho en el bagaje cinematográfico de este gran director, hay que ser sinceros y reconocer que fue su ópera prima en dirección. Es sabido que Allen escribe sus propios guiones (es un genio en la materia, ya que crea y dirige una película por año), y con esta tuvo una particular imaginación.


¿Qué es lo que se propone Allen con este filme? Él mismo lo cuenta al principio del filme. Le han encargado hacer “la mejor película de espionaje”, y no ha tenido mejor idea que tomar una película japonesa ya terminada y reemplazar la banda sonora con una de su invención (totalmente diferente de la original) así nace una comedia totalmente delirante, de la que se puede adivinar el increíble futuro que tendrá su autor. Me explico mejor, las escenas ya habían sido grabadas con anterioridad para un filme japonés de baja categoría. Es decir, la película ya existía como tal. La idea de los productores, era tomar las imágenes y simplemente crear un nuevo guión, una nueva banda sonora y montar las escenas de acuerdo a un sentido común. Es decir, del original que era una película de espionaje, pasó a ser una de comedia hilarante (Acá una muestra de ello). El guión estuvo a cargo de nuestro debutante Woody Allen, quien cambió toda la historia y simplemente grabaron nuevas voces para que remplazaran las voces originales de la película. Entonces hablaríamos de una "dirección" algo rara de Woody, porque el no es necesariamente quien dirigió las escenas que vemos en la película, sino, su par japonés Senkichi Taniguchi, quien fue el director de la cinta original. Aparte de cambiarle las voces y la banda sonora, se le añadieron escenas extras para que tenga algo de concordancia con la nueva trama que había escrito el director neoyorquino. El detalle es que estas nuevas escenas no le agradaron para nada a Woody, desentendiéndose al final de ella, con lo cual a veces no se le relaciona mucho con el producto final. Para Allen éste no fue su primer trabajo como director, pero para críticos y para la historia, "¿Qué Pasa, Tiger Lily?", es considerada su primer hijo en el cine.



Con apenas algunas escenas agregadas, como bailes muy sesentosos al ritmo de la banda “The Lovin’ Spoonful”, un orden distinto de las acciones, y mucho humor, Allen logra transformar una película que no parece ser muy interesante en una delirante y original comedia, aunque matizada y recambiada varias veces por el desacuerdo existieron entre Allen y los productores del proyecto, a quien por ejemplo obligaron a introducir como banda sonora a la famosa banda de pop-rock americano de los 60, algo que también disgustó e incomodó sobremanera a Allen, y que le hizo reconsiderar a partir de entonces manejar su carrera cinematográfica sin ningún tipo de entrometimientos ajenos. Aparte de esta conclusión, algo frívola, cabría hacer algún comentario añadido, en un país como el nuestro, donde el doblaje de el ingles al español latino es natural, es difícil comprender el sentido del humor de esta cinta, ya que para los Estados Unidos el doblaje no ha existido y es algo que de partida provoca muchísima hilaridad, porque les resulta terriblemente chocante que la voz no coincida con el movimiento de los labios. Al verla en su versión original, se ve que el meollo de la película es parodiar el hecho del doblaje (como tiempo más tarde Allen haría con el uso de subtítulos). También sirve para parodiar ciclos de espionaje a lo James Bond y también el cine de género oriental. Hoy el doblaje humorístico es algo muy visto, pero es algo que entonces resultaba novedoso, por lo cual su visionado hoy en día podría ser poco valorado. Los espectadores pueden estar alarmados al principio, ya que la película comienza con varios minutos de la película con falta de diálogo subtitulado del japonés al ingles. Además es una película de ritmo rápido, con escenas de acción constituidas por la práctica de un mal Kung-Fu, que le da la impresión de que incluso si uno sabía japonés, no iba a hacer de mucha ayuda para entender la línea que lleva la cinta.



Desde que comienzan los títulos (donde un dibujito del director busca meterse en el escote de una japonesa), hasta que termina el filme (no quiero adelantar los créditos finales, pero son geniales), no paramos de reírnos. Hay algún que otro momento de declive, sobre todo en las escenas de interacción de los mafiosos (quizá demasiado largas). Lo rescatable del filme es su "originalidad". Aunque hoy por hoy puede parecer algo muy insignificante para el espectador actual, pero tengo entendido que la idea es original de Woody Allen, que antes a nadie se le había ocurrido utilizar el doblaje y la edición para cambiar por completo el argumento de una película ya terminada. Esto es, porque Allen pretendió demostrar que la obra de arte en realidad es un pretexto estético contemplado desde diferentes prismas...la imagen apoyada en según que sonidos (palabras ó música) produce efectos distintos en las diversas sensibilidades artísticas humanas...Pero si bien la idea de partida era bastante atrevida y emocionante, el resultado final resta enteros al propósito, pues quizá el cineasta pecara de heterodoxo y revolucionario escogiendo para su experimento una película tan mediocre, cutre y casposa, por esta razón vemos al transcurso de la cinta armas de fuego de aspecto vagamente falsos, mafiosos asiáticos malos, serpientes venenosas, un camarero peculiar y chicas sexys, a parte de todo estos elementos la convierten en una obra hilarante y divertida a la vez y eso es algo de agradecer. A me olvidaba un detalle, a la mitad de la película, aparece un entrevistador y Allen, el entrevistador le pregunta: "Woody, ya que la historia es un poco difícil de seguir, ¿le importaría dar a la audiencia y para mí un breve resumen sobre lo que ha pasado hasta ahora?" A la que Allen simplemente responde: "No”, y de nuevo sigue la cinta.



“¿Qué Pasa,Tiger Lily?” es una prueba de que la técnica y el talento sin duda mejorará con la práctica Woody Allen, pero por desgracia esta cinta cae de plano en sus primeras comedias como: “Robó, Huyó y lo Pescaron” (1969), “Bananas” (1971), “Todo lo que Siempre Quiso Saber sobre el Sexo y Nunca se Atrevió a Preguntar” (1972) y “El Dormilón” (1973), películas que ensombrecen el debut de Allen, pero que cimentaron su lugar en Hollywood como una leyenda de la comedia. Por otro lado, cabría preguntarse por qué razón nos hemos tomado tan en serio el cine de Woody Allen. A uno que le gusta su cine, como yo y que he visto detenidamente y analizado cada una de sus cintas, nunca se me ha ocurrido pensar que Allen es un Bergman, o un Dreyer o un Truffaut. Allen es Allen, es a ratos culto y a veces ostentosamente gamberro, por eso su cine y su literatura está tan plagada de desafueros como de genialidades. Esta cinta no es más que la plasmación de una de sus facetas, la faceta de gamberro profesional. El experimento es grandioso. Sería quitar la gracia de la experiencia explayarnos aquí en cada gag, pero digamos para resumir que no le falta nada. Y para colmo, tenemos de fondo una delirante historia nipona. En definitiva, una película que hay que ver, sea por la intriga de ver los comienzos del hoy afamado director, o por saber cómo funciona un experimento así, o incluso para pensar cómo podrían, de un modo mucho más divertido, invertir su tiempo los productores hollywoodenses que no paran de hacer remakes de filmes extranjeros, esta es una gran oportunidad de pasar un buen momento, altamente recomendada, y con una sola advertencia: es muy importante conseguir una copia con buenos subtítulos (rondan muchas en las que parece construirse una tercera historia con la reinterpretación de los diálogos de Allen). Si gustan del cine de Woody Allen, sería bueno que lo vean. Si no es así....no hay problema.



“El hilarante inicio de un genio”

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