domingo, 22 de mayo de 2011

Jinetes del Espacio

Director: Clint Eastwood
Año: 2000 País: EE.UU. Género: Drama/Aventura Puntaje: 7.5/10
Interpretes: Clint Eastwood, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, James Garner, James Cromwell, Marcia Gay Harden, William Devane, Loren Dean y Courtney B. Vance



Cuatro veteranos pilotos de la Fuerza Aerea de los Estados Unidos ven cumplidos sus deseos de convertirse en astronautas y viajar al espacio aunque sea con cuarenta años de retraso. Su misión es reparar un gran satélite de comunicaciones ruso, que se ha salido de su órbita, para asi evitar que caiga sobre la Tierra. El satélite en cuestión había sido diseñado por Frank Corvin (Clint Eastwood), el capitán de la expedición. Tras un severo y a veces, hilarante entrenamiento, estos veteranos astronautas tropezarán en el espacio con problemas más difíciles de lo que esperaban. Quizás no fuera casual que cumplidos los 70 años Clint Eastwood se decidiera a rodar lo que el biógrafo del otrora “Hombre Sin Nombre” citaba como una "aventura espacial geriátrica"; un filme de acción con naves espaciales y riesgos más allá de la estratosfera, muchos la catalogaron como una particular versión de “Armageddon” (1998), pero el ya veterano director decidió homenajear a la gente de su generación y declarar al mundo que la gente mayor tiene mucho que decir y aportar. Y ni corto ni perezoso, Eastwood, al que muchos definen como "el último de los clásicos", y como queriendo demostrar con hechos el mensaje subyacente en su veintiunavo filme, por primera vez en su carrera introdujo efectos especiales de ordenador en diversas escenas de la película. Cuando muchos otros directores antes y después que él lo tuvieron difícil para mantenerse en la brecha pasada cierta edad.



Lo nuevo y lo viejo vuelven a chocar una vez más. O lo que es lo mismo: el modo de hacer las cosas de toda la vida, fruto de la experiencia y el tesón que deposita su fe en la sofisticación tecnológica y trata de minimizar el impacto del factor humano. En toda la cinta Eastwood tratará de demostrarnos que más sabe el diablo por viejo que por diablo. La hidalguía bastante trasnochada de estos vaqueros reclutados para ir al espacio, un sueño dorado que no pudieron cumplir de mozos, en pleno apogeo del programa espacial y las misiones Apolo, constituye un simpático anacronismo sobre el que se vertebra la odisea. En un inicio deudor de “Los Siete Magníficos” (1960), con el permiso de Kurosawa, el alma mater del equipo, que el propio Clint representa naturalmente deberá recomponer el fragmentado pero todavía profesional grupo: descubriremos qué tal les han sentado estas décadas de inactividad a aquellos astronautas frustrados. Precisamente del modo en que cada uno ha enfocado su vida tras abandonar la NASA obtendremos las líneas maestras (que incluyen defectos y virtudes) de las contrapuestas personalidades de nuestros cuatro héroes por accidente. Muchos dirán que estamos ante una obra menor de Eastwood, quizá no estén muy alejados de la realidad, pero ya quisieran muchos directores tener un filme de esta calidad y que se le retratara como inferior a sus otras obras. Este es el mayor halago que puede recibir una cinta como esta, digno merecedor de haber sido realizado por este magnífico director, cuya huella impregna todo el producto.



Eastwood aprovecha la tesitura para ejercer algo de autoparodia y aportar mucho humor a la película, algo que se ve ya desde que su personaje va reclutando a sus antiguos compañeros a la manera de “The Blues Brothers” (1980): Tank Sullivan (James Garner), un experto en dirigir brazos espaciales y demás instrumentos espaciales; Jerry (Donald Sutherland), un Don Juan con coleta que construye montañas rusas y al que no podía ser de otra forma dedicándose a eso le apasionan las curvas y Hank (Tommy Lee Jones) el actor más joven, un ex-piloto de pruebas que se dedica a hacer piruetas, es un amante de las emociones fuertes y que no se habla con Frank desde hace años. Cuatro componentes de la tercera edad que deberán demostrar que están capacitados para salir al espacio y que son tan aptos como sus relevos más jóvenes. Tanto los cuatro astronautas como su oponente Bob Gerson (James Cromwell) deberán dirimir sus diferencias entre sí en beneficio del cumplimiento de la misión, mientras asistimos a una cómica competición entre jóvenes y viejos, con bromas incluidas, pero al final mucho respeto mutuo, aunque por supuesto habrá un joven arrogante que acabará metiendo la pata. Eastwood se encarga de retratar a los cuatro veteranos como los últimos de una raza y una manera de hacer las cosas (con sus apuestas, flirteos, bromas y en definitiva, una visión de la vida) pasadas de moda, sin que parezca que haya sitio para ellos en un mundo de ordenadores e Internet. En una especie de referencia a sí mismo y a una generación que se formó y creció bajo el amparo del western, por ello no es casualidad que la cinta se llame “Jinetes del Espacio”.



Antes las cosas se hacían mejor, nos dice el viejo pistolero. Que "¡cómo viene la juventud de hoy, señor!". Que lo artesanal es mucho mejor que lo digital (aunque curiosamente se decantase por “Industrial Light & Magic” para los efectos visuales). Y es que, después de todo, en “Jinetes del Espacio” no ocurre nada del otro mundo. La intriga es mínima, rusos que necesitan al Tío Sam para que les eche una mano. Pero el caso es que este cuarteto de sexagenarios tiene una gracia genuina y alguna de las situaciones a las que se enfrenta es francamente hilarante. Porque resulta que “Jinetes del Espacio” es la película más divertida de este director que como actor está acostumbrado a poner su ojo al servicio de tipos serios y con malas pulgas, pero que cuando se pone detrás de la cámara gusta verse cayendo del caballo, persiguiendo a criminales que no lo son o llorando por una mujer que se le escapa bajo la lluvia. Larga vida a los corderos con piel de lobo, porque de ellos será el corazón de las plateas. Como dije anteriormente lo más endeble del filme es la propia parte de la misión espacial, una misión derivada de la pretérita guerra fría que parece un recurso elemental (asimismo de poca intensidad y parco interés) para el desarrollo de una película que lleva una autoría tan prestigiosa en la responsabilidad direccional como la de Clint Eastwood hacedor de obras de gran calibre como "Bird" (1988) o "Los Imperdonables"(1992). Tampoco no están muy planteados los personajes femeninos, a pesar de algunos esfuerzos románticos de poca fuerza dramática no muestran enorme profundidad ni apego a la historia.



Al Clint Eastwood director le gusta echar la vista atrás. Es allí, en el pasado, donde ambienta sus reflexiones más personales “Cazador Blanco, Corazón Negro” (1990), “Un Mundo Perfecto” (1993) o “Los Puentes de Madison” (1995), quizás por ello se haya ganado a pulso la etiqueta de director prestigiado, su mirada cinematográfica posee la parsimonia y el rigor del observador avezado, de quien ya está a la vuelta de todo. El montaje de sus películas es cualquier cosa menos sofisticado o falsamente moderno: en las historias que dirige con devoción e interés, aunque también hay algunas en las que deja bien palpable su desgana, donde nunca ocurren muchas cosas, en realidad. Pero lo que acontece que está bien narrado, sin fisuras, sin excesos. La carrera cinematográfica hay que tomársela con cierta sorna y para ello Clint se rodeó de actores que ya habían demostrado su bis cómica. Donald Sutherland que esta genial en la cinta había hecho de tanquista hippie junto al propio Clint en “Los Violentos de Kelly (1970), Tommy Lee Jones ya se había puesto de luto en la primera entrega de “Hombres de Negro (1997) y James Garner se forjó allá por los cincuenta en su televisiva y más que desenfadada "Maverick". Como en todo western que se precie, pues eso es lo que es “Jinetes del Espacio”, hay pelea en un salón, romance entre personas tan maduras como desencantadas, glorificación de la amistad masculina, personajes dispuestos a hacer sacrificios supremos, armas (nucleares), un pueblo abandonado donde escenificar el duelo (una maltrecha estación rusa), alguna que otra traición y un par de rencillas personales.



Y es que "Jinetes del Espacio” no es una peliculita de ciencia ficción. Estamos ante una historia de personajes, un relato de interés humano acerca de la vida de cuatro profesionales que fueron parte importante en el inicio de la NASA pero que se vieron relegados a un segundo plano tanto por la testarudez de algunos como por la traición de uno de sus superiores. Así pues, tenemos una hábil combinación de drama, humor y cierta intriga en la que Eastwood mantiene siempre firme el pulso narrativo, que rezuma talento y calidad por los cuatro costados, capaz de hacernos reír, llorar e incluso inquietarnos, realizada con un mimo y un detalle exquisitos y una sublime y elegante banda sonora, es decir, con todos los elementos propios para convertirse en un gran clásico. “Jinetes del Espacio” es la "space opera" particular de Eastwood y un pequeño homenaje no sólo a los más veteranos trabajadores de Hollywood, sino a cualquier persona que se resista a jubilarse o a ser aparcado en un rincón sólo por tener más de sesenta años. Cabe destacar la solvencia de los cuatro actores veteranos que no sólo interpretan, sino que casi juegan ante nuestros ojos. Resaltar por último la escena final de la película: un hecho dramático que es reconvertido por el director en una preciosa y simpática escena con el "Fly Me To The Moon" de Sinatra de fondo, en lo que ha sido para mí una de los mejores finales que he presenciado en las películas de este nuevo siglo. Y es que Clint Eastwood lleva muchos años en esto y su artesanía está por encima de producciones en cadena.



"Una fantasía tragicómica"

No hay comentarios:

Publicar un comentario