sábado, 30 de enero de 2010

Cara Cortada

Director: Brian De Palma
Año: 1983 País: EE.UU. Género: Gangster Puntaje: 10/10
Interpretes: Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Steven Bauer, Mary Elizabeth Mastrantonio, Robert Loggia y F. Murray Abraham

Filme sumamente violento con un sólido guión, maravillosa banda sonora y lo mejor, sus cuidadísimas interpretaciones. Tony Montana (Al Pacino) y Manny Ray (Steven Bauer) son dos presos cubanos a los que el régimen de Fidel Castro ha permitido exiliarse en los Estados Unidos. En la ciudad de Miami, se integrarán en el clan del narcotraficante Frank López (Robert Loggia), ubicación en la cual Montana irá ascendiendo poco a poco, hasta terminar enfrentándose a su propio jefe. La novia de éste, llamada Elvira (Michelle Pfeiffer), se convertirá en el objeto de deseo de Tony, quien mantendrá una creciente mirada incestuosa hacia su hermana Gina (Mary Elizabeth Mastrantonio). Sin duda el mejor filme que haya filmado hasta ahora Brian De Palma y uno de los grandes titulos de la década de los ochenta y del género Gangster.

"Todo lo que tengo en esta vida son mis huevos y mi palabra". Es una de las frases que inmortalizó al personaje de Tony Montana en “Cara Cortada”, sin duda alguna, uno de los mayores clásicos de Brian De Palma, que es un director al que ciertos sectores de la crítica no le dejan escapar ni una. Se le acusa de ser un plagiador, sobretodo en lo que respecta a las referencias sobre Alfred Hitchcock. Lo que si es cierto es que la majestuosidad en la puesta en escena que despliega en todas sus películas, es algo que pocos poseen, pues convierte la mayor parte de sus obras (y ésta no es una excepción) en una auténtica delicia y gozada visual. “Cara Cortada” es un remake de un título muy anterior: “Scarface, El Terror del Hampa”, del maestro Howard Hawks, obra maestra y título cumbre que supuso un punto de inflexión y nacimiento del mejor cine negro. Oliver Stone fue el encargado de adaptar este guión a la obra DePalmiana. Ahora, esta nueva lectura de la película de Hawks, se centraba en el ascenso y caída del imperio creado por Tony Montana, siempre perseguidor del "Sueño Americano".

Montana y su carrera hacia la fama, el dinero, las mujeres y el control de la cocaína en esa Miami ochentera es meteórica. El deseo por poseerlo todo, por ser el amo del mundo se materializa en una lujosa mansión y en esa gran esfera del mundo en la que reza la frase: "The World is Yours". Y es que Montana, lejos de la discreción, no tiene el más mínimo interés por esconder su opulencia. Pero Tony Montana es un ser destructivo que arrasa y engulle todo lo que toca: por ejemplo en sus relaciones con Gina, su hermana, a quien, o bien su deseo de posesión, su cariño o su sentido de protección hacia ella, acaba por destrozarla, o, también por ejemplo, en las relaciones con su madre (pues Montana acaba por romper la armonía existente entre madre-hija) y sus relaciones conyugales con Elvira, su futura esposa, anteriormente mujer de su antiguo jefe, Frank. Eso si, todo por lo que se mueve Montana es por instintos y su afán de posesión, nada para él es esquivo a ser poseído. Tampoco lo son las mujeres. La tortuosa relación Montana-Elvira tan sólo puede acabar de la manera que acaba con esa magnífica escena en el restaurante.

Stone y De Palma configuran y llevan hasta el exceso un antihéroe chabacano, altanero, sin escrúpulos y violento, pues es su carácter agresivo lo que le permite, casi sin problema alguno, despuntar en la vida y llegar a la tan ansiada fama, al precio que sea. Y la verdad es que lo consiguen, creando con este personaje, tan poco afín a moralidad alguna (al menos en apariencia), todo un icono cinematográfico que pasó, merecidamente, a la historia del cine. Pero a pesar de la aparente vacuidad de cualquier tipo de sentimiento en un hombre como Montana, éste se muestra en contadas ocasiones en un ser con sentimientos y con conflictos morales. Y es esto lo que hace ser fascinante a un personaje como éste: un hombre frío a la hora de ejecutar la violencia más descarnada, pero que a la vez se torna como una persona sensible en ciertas ocasiones, incluso el llegar a cuestionar la moralidad de sus acciones. Este exceso en la creación de Montana, encuentra su justificación en la elevación del personaje a cotas casi místicas, llegando a pensar, en algunos momentos, en el carácter inmortal de este antihéroe en toda regla. Pero esta inmortalidad que envuelve al personaje y la incondicionalidad de sus seguidores (que los tiene, y muchos). No hubiese sido tal si debajo de la piel no hubiese estado el que está, me refiero a Al Pacino, que hace un “tour de force” impecable. El estilo fanfarrón y la mala uva que destila el personaje lo imprime magistralmente un excelente Pacino en uno de los papeles de su vida, memorable e irrepetible.

Y es que si algo sobresale en esta película son sus impecables interpretaciones de todos y cada uno de los actores: empezando por el inmortal personaje de Pacino, pasando por una excelente Michelle Pfeiffer o por la soberbia interpretación de la hermana de Montana a cargo de Mary Elizabeth Mastrantonio, hasta llegar a actores como Robert Logia o F. Murray Abraham en roles más secundarios pero no menos brillantes. Hay que hacer referencia también al buen guión de la película, obra del citado Oliver Stone. Además de la excelente creación del personaje de Montana (con sus contradicciones interiores) y la dosificación de escenas pletóricas de violencia, tienen cabida también unos buenos diálogos libres de parafernalias y pequeños matices críticos sobre su país y el sistema capitalista de consumo (no nos olvidemos que estamos hablando de Stone), que crea seres como este personaje venido de la nada con ansias de comerse el mundo. Como no podía ser de otra forma, también es obligatorio detenerse en lo respectivo a la dirección de De Palma, y es que esta película es todo un talante y ejemplo de cómo debe ser una puesta en escena. Es decir, que una vez más, la excelente dirección del director se repite aquí de nuevo, creando cuadros verdaderamente sutiles y soberbios.

Como ya ha quedado obvio, la violencia está muy presente en “Cara Cortada”, pero es una violencia que se presenta, hasta un cierto punto, estilizada y hasta coreografiada, sobretodo en la innumerable veces citada escena final, donde el exceso, la acción y la violencia confluyen como un torrente. No obstante, como en la mayoría de películas rodeadas del ambiente gangsteril, la violencia es también el motor que mueve a los personajes. Todos ellos se ven envueltos en ella y ayuda a comprender el entorno por el que se mueven dichos personajes. Aspectos técnicos como la estupenda dirección artística o la fotografía son dignos de elogio. Digno de elogio lo es también la penetrante y arrolladora banda sonora de Giorgo Moroder, que da a la película la fuerza que las imágenes necesitan. La duración de la misma (casi tres horas) podría ser también obstáculo para su seguimiento, pero la cinta está narrada ágilmente y su buen ritmo hace que el interés no decaiga en ningún momento. Para concluir y pese a sus nimias irregularidades en algunos de sus excesos visuales, si se quiere disfrutar de una película penetrante en su propuesta visual y magistralmente interpretada, “Cara Cortada” es una excelente opción, pues este clásico DePalmiano no deja de ser una espléndida película.

“Filme desgarrador y violento, una obra maestra”

2 comentarios:

  1. 10 es muy poco para una pela como esta. Pacino hizo de Tony Montana un ser despreciable y respetado a la vez. Se queda en la mente de cualquiera esa primera escena, en la cual Montana muestra un ser excelso en el mundo de la mafia, desinteresado y sumamente acucioso con sus respuestas desafiantes y sarcásticas.
    En verdad pareciese que estuviera destinado a realizar películas como esta. Claro esta que si tenemos a Pacino y a de palma juntos, no se puede esperar menos.


    Buen análisis de la pela, aunque debo discrepar con la actuación de Pfeiffer que no me gusto, para nada.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario Renzo, sí es una buena pela, para mi la mejor de los ochenta y lo de Pfeiffer, es comprensible ya que comenzaba su carrera.

    Henry Huamán M.

    ResponderEliminar