Año: 1994 País: Polonia Género: Drama Puntaje: 10/10
Interpretes: Irène Jacob, Jean-Louis Trintignant, Jean Pierre Lorit, Fréderick Feder y Samuel Le Bihan
Bueno este es mi primer post en El Pelífomano, me toca hablar de “Tres Colores: Rojo”, la ultima entrega de la fabulosa trilogía de Krzysztof Kieslowski, la historia se centra Valentina, una joven estudiante que se gana la vida como modelo, en una noche conduciendo su auto atropella con su choche a una perra que espera cachorros. La búsqueda de su dueño le conduce a un juez jubilado con una extraña obsesión: espiar a los vecinos. Entre ellos se creará una relación especial.
Kieslowski cierra su espectacular "trilogía de los colores" de forma perfecta; además de ser la más conseguida de las tres (para mi vaya ver que piensa Henry), el gran director polaco captura personajes y situaciones de sus dos anteriores filmes y los incorpora en esta última película sin perder ésta su autonomía, dando un sentido más completo e interesante a la trilogía. En ella el experimentado director hace una búsqueda de las oportunidades perdidas y de las vidas rotas o truncas de sus personajes.
“Tres Colores: Rojo” juega con una temporalidad superpuesta que confunde y admira al público. Lo que quiero decir es que superpone la vida de una persona mayor sobre la de una persona joven y esto nos lleva a creer que lo que estamos viendo no es más que la representación en flashback de una vida ya pasada y que por tanto, el final de esta representación será la tragedia que vivieron los protagonistas en el pasado. Pero el director nos recuerda que estamos ante una película realista y nos pone el corazón en un puño para descubrirnos como cerdos tragando margaritas, rebozados en nuestra propia... ignorancia.
Kieslowski juega con el amor y el destino para narrar su filme, pero otro aspecto fundamental muy ligado a esto es la ignorancia. Ya lo comentábamos en el párrafo anterior, la ignorancia puede ser la mejor de las sabidurías. Pongamos un ejemplo claro ¿Serías más feliz sabiendo que tu pareja te ha puesto los cuernos o ignorándolo por el resto de tu relación? El que se atreva a contestar esto rápido tal vez no ha entendido la pregunta. Y además juega con preceptos morales que ponen en duda el ser y el deber ser. Si fueras juez y estuviera en tu mano el condenar a alguien que te ha dañado aunque sepas que en el delito por el que le juzgas es inocente ¿Qué harías? ¿Y como repercutirá esto sobre la realidad?
Dejémonos ya de preguntas, ya hemos tenido suficientes por hoy. La técnica de este filme pasa bastante inadvertida aunque la fotografía es de una calidad enorme, jugando con el rojo y la sensualidad femenina para conformar una imagen que representa y se quedará grabada para siempre en tu retina. Como la parte inicial con cierto toque de originalidad podemos ver como se rueda una conversación telefónica de forma distinta a la habitual, pasando por el cable telefónico por diversas superficies. Además el binomio actoral Jacob- Trintignant funciona con soltura una vez introducidos espectador y película en la misma palestra. Ambos simbolizan confusión y destino con una elegancia inusitada.
Por último y por fin, terminamos la saga con algunos puntos comunes:
*Las películas no tienen una unión argumental sólida lo que te permite ver uno de los filmes sin ver los otros aunque es algo no recomendado.
*Se unen en algunos puntos como puede ser la escena de la anciana y la botella, el juzgado (en el caso de Azul y Blanco) o en el final de Rojo, final que por cierto nos da la clave de la cronología lógica de la saga.
*Las tres utilizan en sus encuadres los colores por los que llevan el título. Azul es la que mejor hace uso de este recurso, siendo menos vistoso en blanco y apabullante rozando el ridículo en algunas ocasiones en Rojo
*Los colores de la trilogía conforman los de la bandera francesa. La única conclusión a la que he podido llegar de este hecho, aparte de que como recurso poético es una gran idea, es que las tres historias se desarrollan en Francia y Francia resulta ser un elemento importante para el desarrollo de las mismas, sobretodo en el caso de Blanco.
Una trilogía fundamental que nos hace meditar tanto sobre la belleza como sobre la razón.
bienvenida Mabelita a mi Blog, creo que seras un gran aporte para el Pelífomano y se que tienes una gran pasión por el cine, por eso estas aqui, felicitaciones.
ResponderEliminarHenry Huaman M.
Esta cierra de manera magistral esta trilogía, muy buena tu crítica.
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