Año: 1995 País: China Género: Drama Puntaje: 10/10
Interpretes: Leon Lai, Michelle Reis, Takeshi Kaneshiro, Charlie Yeung, Karen Mok y Fai-hung Chan
Ahora hablare de mi película predilecta, me refiero a Ángeles Caídos (Fallen Angels) del gran director chino Wong Kar-Wai, la película nos narra la historia de Wong Chi-Ming (Leon Lai), un asesino a sueldo que cansado de su trabajo se plantea dejarlo. La encargada de buscarle los encargos, es una prostituta (Michelle Reis) que vive apasionadamente enamorado de él, aunque nunca se haya conocido en persona. Wong Chi-Ming conocerá a una mujer (Karen Mok), con la que comenzará una relación. Ésta, con el tiempo, coincidirá con (Reis) y les preparará una cita en la que él le confesará sus deseos de retirarse. La prostituta sintiéndose rechazada, le preparará un último trabajo. Intercalándose con esta historia nos encontramos con un joven mudo (Takeshi Kaneshiro) que viviendo con su padre tiene una difícil existencia debida a su deficiencia física. Sus días transcurren entre los dispares trabajos nocturnos y servir de consuelo a una joven engañada por su novio.
Dos líneas narrativas son las que conforman la película: por un lado, un asesino a sueldo cansado de su trabajo y que decide retirarse, por otro, un peculiar ex convicto que ha quedado mudo por comer piñas expiradas (obsesión de uno de los personajes de “Chungking Express”, interpretado por el mismo actor) de niño y que ahora huye de la policía mientras opta por una curiosa forma de trabajo nocturno, abre tiendas ajenas por la noche y obliga a los eventuales clientes a comprarle. El asesino tiene además el complemento de su socia, quien opera todo el aspecto logístico y organizativo de la sociedad. Ella (Michelle Reis, sin nombre y de oscura sensualidad), se ha ido secretamente enamorando de este socio al que nunca ve en persona y del cual se va apropiando objetos. El exconvicto, no sabe todavía que busca el amor, hasta que lo encuentra y lo pierde sin haberlo tenido jamás. Ambas líneas, como en todo film de Wong, están destinadas a cruzarse, a conocerse.
Filme noir con toques bizarros, gran videoclip, película de gangsters versión Wong kar Wai, los rótulos resultan insuficientes y querer encasillar la película en algún lugar no conduce a nada productivo. En “Ángeles Caídos”, de todos modos, la realización termina imponiéndose a la historia. Los personajes tienen numerosas escenas y momentos de los que se suelen llamar “memorables”, pero terminan funcionando como sumatoria de partes y no como un todo. La fotografía de Chris Doyle y el montaje de William Chang (quien también está a cargo del diseño de producción y del vestuario) son de tal virtuosismo y potencia que la trama pasa en varios momentos a un débil segundo plano.
Si uno recogiera cada plano de esta película, probablemente podría cada uno ser una obra en sí mismo. La velocidad de los cuadros por segundo, sin embargo, los convierte en obras efímeras, que se esfuman a gran velocidad para ser reemplazados por el siguiente. La imposibilidad de asir nada, la realidad que atropella a sus participantes, con un nivel de agresividad que “Chungking Express” no tenía, es lo que termina conformándose en el eje de “Ángeles Caídos”.
Los personajes rara vez dialogan. La película está plagada de monólogos interiores que casi nunca se exteriorizan. El asesino termina, narrativamente, corriéndose hacia el fondo, para ser opacado por las figuras de la Agente y de Wong Chi-Ming. La primera es el paradigma del deseo, desde la forma de vestirse, de caminar, de mirar, pero se tiene completamente negado el contacto físico con los demás. Todo es calculado, frío, la única manera de permanecer a salvo. Por eso, en vez de tener sexo con el hombre que quiere, se masturba, vestida, en soledad. En esos instantes, la cámara de Doyle comienza con un plano entero donde puede verse a la Agente tendida en la cama del Asesino, en uno de sus momentos de ausencia, lógicamente -, y luego va bajando hasta que el cuerpo queda oculto tras sus piernas. Esas piernas, vestidas para atraer la mirada hacia ellas, pero no para ser tocadas; estética, no sustancia. Tras suyo, el deseo de un fantasma, sólo parcialmente satisfecho a partir de los fragmentos.
Al mismo tiempo, las convenciones de género se ven subvertidas, cuando no tratadas casi con desprecio. Cuando el Asesino lleva a cabo sus encargos, la acción es trabajada como en las clásicas películas del género de gangsters hongkonés, pero no hay disfrute alguno en la escena. Se realiza con precisión y termina, nada más. Así también el personaje de Baby, como la rubia estúpida y chillona, mezcla de teen popstar japonesa y pseudo-Marilyn americana (dos de las influencias culturales importantes de Hong Kong). Rubia, bonita, tonta y dispuesta al sexo con tal de no estar sola. Es un maniquí parlante, las escenas en que ella está presente saturan aun más y la cámara parece enloquecer… sin embargo, el último plano de ella se detiene y la muestra sola ante un pasillo oscuro. “Ángeles Caídos” es el punto de inflexión para la dupla Wong / Doyle en cuanto a perfección y virtuosismo estilístico. Es el film manierista de Wong, en el cual sus propios personajes quedan disueltos ante la maravilla audiovisual, no obstante lo cual es como un gran viaje ácido y extremo por la visión del realizador sobre su Hong Kong.
“Un drama experimental y apasionado”
gran filme, creo que es el emjor que ha hecho este director chino, ojala que hagas más criticas de otras pelas que tambien son geniales.
ResponderEliminarJorgex