Año: 1993 País: Polonia Género: Drama Puntaje: 10/10
Interpretes: Juliette Binoche, Benoît Régent, Florence Pernel, Charlotte Vêry y Hélène Vincent
Primera parte de la maravillosa trilogía del director polaco Krzysztof Kieslowski. En un accidente de coche, Julie (Juliette Binoche) pierde a su esposo Patrice, un prestigioso compositor, y a la hija de ambos, Anna. Al recuperarse de sus lesiones, Julie decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfrutaba. En su propósito se cruza Sandrine (Florence Pernel), una periodista especializada en música que la persigue intentando probar que era Julie quien componía las piezas que hicieron famoso a su marido. También pretenderá entrar en su vida Olivier (Benoît Régent), el ayudante de Patrice, enamorado de Julie desde muchos años atrás, que la convence para terminar el “Concierto para Europa”, una ambiciosa obra inacabada del músico.
Kieslowski conquista definitivamente Europa con este bello, lento e hipnótico poema visual, primera parte de su magistral trilogía sobre los colores y lemas de la bandera francesa. Julie pierde a su marido (un gran compositor) y a su única hija en un accidente de automóvil. Destrozada, decide comenzar una nueva vida de forma anónima e independiente, intentado librarse de todas las ataduras de su pasado, mudándose a un apartamento y deshaciéndose de todas sus anteriores pertenencias. La impresionante música de Preisner (estremecedoras notas que son parte del argumento como una sinfonía inacabada que retorna del pasado para afligir su presente) pone la banda sonora a este silencioso retrato del dolor reflejado en el suave y claro rostro de la Binoche. “Tres Colores: Azul” es un complejo estudio psicológico sobre la libertad (representada por el color Azul).
Visualmente, el director usa muchas técnicas para mostrar el sentido de pérdida de Julie y su conflicto interno. Cuando Julie mira por televisión el funeral desde la cama del hospital, la sombra de su dedo acaricia el pequeño ataúd impreso en la pantalla. Una vez fuera ya del hospital, empieza a nadar sola en una piscina oscura y cada vez el dolor la abruma más y más, pero no deja de nadar, poniéndose al límite de sus fuerzas, intentando olvidar su tristeza. La clave para entender el argumento reside en el significado que Kieślowski da al color azul. Según sus palabras, en la época actual ya no simboliza la libertad en un sentido político o social, sino la libertad de vivir la vida en sí misma.
Como las otras dos películas de la trilogía, “Tres Colores: Azul” hace continuas alusiones al color de su título. No se limita al uso de filtros y luces azules, además, algunos objetos más o menos relevantes en la historia son azules. La luz azul simboliza el pasado de Julie, es omnipresente en algunos pasajes de la película y acompaña los compases de la música en torno a la cual gira la historia. Algunos fragmentos incluyen diversas referencias a los otros colores de la trilogía. En una escena, niños con bañadores blancos y flotadores rojos saltan a una piscina azul; en otra, Julie entra accidentalmente en los juzgados en los que Karol Karol, el protagonista de Blanco, aboga por su inocencia. El rojo, por su parte, se ve retratado en una escena que transcurre en el barrio rojo de París, cerca del Pigalle.
La película habla de una mujer que despierta brutalmente a la soledad. Que soporta un dolor que solamente halla consuelo cuando escucha las notas de la flauta de un mendigo. Cuando toma prestadas unas horas de la compañía de Olivier sobre un colchón solitario y atesorado. Cuando tiende una mano hacia Lucille, su vecina prostituta. Cuando descubre secretos sobre su marido muerto y decide perdonar y aceptar toda esa parte de él que nunca le perteneció. ¿Quién pertenece a quién, en realidad? ¿Quién es dueño de otra vida? Ella lo comprende con la lucidez de quien ya no tiene nada que perder, ni que esperar.¿Es posible concluir la sinfonía que otra persona empezó? ¿Tiene derecho Olivier, lo tiene ella? Sería como pretender terminar una escultura que Miguel Ángel dejó a medias, o el Réquiem que Mozart dejó incompleto cuando lo sorprendió la muerte.
Algunos críticos califican esta película como una de las mejores de la historia del cine. Marjorie Baumgarten del Austin Chronicle dijo: "Azul es una película que atrapa la mente, desafía los sentidos, implora una resolución, y cuenta, con gracia estética y elegancia formal, una buena historia y una alegoría política". Michael Hoshall del Boulder Daily Camera dijo: "Juliette Binoche está luminosa en la representación de una mujer que se da cuenta de su valía como compositora y como ser humano", simplemente imperdible.
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