Año: 2005 País: EE.UU Género: Drama/Thriller Puntaje: 10/10
Interpretes: Viggo Mortensen, Maria Bello, Ed Harris, William Hurt y Ashton Holmes
Impactante filme del gran director canadiense David Cronenberg, basada en una novela grafica narra la historia de Tom Stall (Viggo Mortensen), un hombre que lleva junto a su mujer (Maria Bello) y sus dos hijos una vida tranquila en un pequeño pueblo hasta que, tras evitar un intento de robo, es aclamado por todos como un héroe, atrayendo la atención de los medios y de unos gángsters entre ellos Carl Fogarty (Ed Harris) quien dicen conocerle del pasado.
Este puede ser un ejemplo bien claro de que una película no necesita de un argumento complejo para ser grande. Es ésta una cinta cuya sobriedad y sencillez argumental (mostrada a lo largo de un guión equilibradísimo al que nada le sobra ni le falta) son la clave para convertir todo el conjunto en una historia de una riqueza apabullante y dirigida por el siempre interesante cineasta David Cronenberg, un obsesionado con las transformaciones físico-psicológicas, los conflictos morales y la dualidad de personalidad, asuntos servidos con grandes dosis de sexo y violencia en ambientes enrarecidos.
Cronemberg nos regala una película que va in crescendo durante todo su metraje, sin ni un solo altibajo. Aunque bien podemos pensar que en algunos pasajes resulta excesivo, todas y cada una de las escenas tienen gran fuerza y vigor, y no hay nada que realmente no pueda parecer justificado. El director canadiense sabe cómo mantener la tensión y el interés, cómo hacer que el espectador nunca se sienta tranquilo, y le va conmoviendo poco a poco hasta atraparle del todo en un clímax final impresionante.
Cuatro escenas destacan en este sentido sobre todas las demás: la del porche de la casa, puro suspense; las dos del instituto, donde el director rompe con el tópico dándole la vuelta del todo; la de la escalera, cruda, desgarrada, ambigua, lírica incluso y para nada fuera de lugar; y sobre todo esa indescriptible escena final, el juego de miradas en torno a la mesa, que logra alzarse como uno de los momentos cinematográficos de estas ultimas decadas.
Y si el trabajo de dirección es impresionante, el de los actores no lo es menos. Viggo Mortensen sigue demostrando su enorme potencial y su capacidad para enfrentarse a cualquier tipo de papel (magnífica es la progresión del protagonista), Maria Bello sabe traducir toda la gama de sentimientos de los que está compuesto su arrollador personaje, Ed Harris cumple con la maestría habitual con su eterno secundario, y Ashton Holmes se revela como un gran descubrimiento, que, esperemos, elija bien dónde participar en el futuro.
Con estos tres pilares tan genialmente bien asentados (guión-dirección-actores), aspectos menores como la banda sonora (donde Howard Shore ha puesto el piloto automático, reciclando sus propias fórmulas y haciendo uno de sus peores scores) o el hecho de que la película cuente una de esas historias sobre personajes en busca del olvido de su pasado, tan de moda actualmente; quedan absolutamente de lado ante la cantidad de emociones y escenas apabullantes que ofrece Cronemberg, redondeando una obra maestra y por supuesto una de las mejores películas en los últimos años.
"Una obra maestra de emociones puras y viscerales"
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