Año: 2007 País: Inglaterra Género: Drama/Ganster Puntaje: 10/10
Interpretes: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl y Sinéad Cusack
Soberbia película del canadiense David Cronenberg, la historia se centra en el misterioso y carismático Nikolai (Viggo Mortensen), nacido en Rusia, es el chófer de una de las familias más importantes del crimen organizado de Europa Oriental. Encabezada por Semyon (Armin Mueller-Stahl), el encantador dueño de un caro restaurante ruso que esconde una naturaleza brutal y fría detrás de su sonrisa, la suerte de la familia se tambalea por culpa de Kirill (Viggo Mortensen), su alocado hijo, que hace más caso a Nikolai que a su propio padre. Pero la cautelosa vida de Nikolai cambia de golpe cuando conoce a Anna (Naomi Watts), una enfermera que trabaja en un hospital de Londres. Anna está muy afectada por la situación en la que se encontraba una adolescente que muere dando a luz, y decide buscar a la familia de la chica basándose en el diario que dejó escrito en ruso. Al escarbar en el diario, Anna desencadena involuntariamente la ira de los mafiosos.
Desde sus primeros años, el cine siempre ha sentido una gran fascinación hacia el crimen organizado y todo lo que gira a su alrededor. No hay nada como prohibir algo para que una persona o grupo de personas empiecen a proporcionar ese bien o esos servicios de forma clandestina. Y éstas son las historias que le interesan al cine, aunque todas quedan eclipsadas por la del capo más famoso de Chicago. Pero, ¿por qué cuando se habla de la mafia en el cine siempre se relaciona con las mafias italo-americanas? en “Promesas Peligrosas” se da el camino contrario, es una persona normal, Anna la que se involucrada sin quererlo en los tejemanejes de una poderosa familia de la mafia rusa. En esta ocasión, Cronemberg realiza un retrato de la jerarquía, las luchas de poder y los conflictos personales que se dan en el interior de una familia mafiosa. También muestra una violencia cruda y descarnada, como ya anuncia la brutal escena inicial, que dejará impactado al espectador por su dureza y salvajismo.
Cronenberg es frío y crudo, tanto como minucioso y experimentado. Sabe golpear y mostrar con soberana naturalidad cada plano por violento o desagradable que pueda ser, y lo hace evitando un ánimo morboso de recrearse, con la única intención de contribuir a la credibilidad de la historia. Si ha de meterse en la mafia rusa, es riguroso en los detalles para crear atmósfera, transforma a sus actores para que no quede margen de duda de sus orígenes y lleva así al Viggo Mortensen que una vez fue un actor plano y funcional secundario de Hollywood a un nivel de credibilidad y caracterización del que sólo gozan unos escasos nombres. Con un gran poderío visual, Cronemberg te introduce con pulso firme en las entrañas de la historia, y una vez llegado a ese punto, sólo puedes limitarte a observar la maestría de un cineasta como él.
De la aparente simpleza de la historia, una adolescente víctima de los engaños de prosperidad que acaba en un infierno de prostitución que le cuesta la vida, saca diversos focos de atención gracias al guión de y los mantiene con pericia por su elocuente tono de veracidad. Alejado de la estética de diseño y del refinamiento pulcro del cine comercial, se hace con un equilibrio en que la minuciosidad del diseño de producción, a cargo de una de sus habituales colaboradores (Carol Spier) recoge tanto la opulencia de la tapadera rusa como el frío cortante de las calles de Londres. Una de las cosas que me ha llamado la atención es el color que inunda la fotografía. Normalmente, cuando se ha retratado a la mafia en el cine, los colores son sobrios: marrones, negros, grises… aunque aparezca algún color más vivo, se muestra con una tonalidad apagada. En “Promesas Peligrosas” hay mucho color, incluso tratándose de la nublada ciudad de Londres.
“Promesas Peligrosas” es sin duda hermana de “Una historia violenta” (De la que ya hice un post anteriormente). Tienen un ritmo parecido, y van de lo mismo. Son historias de violencia y sus protagonistas son hombres buenos que no pueden serlo. Y ya es hora de hablar de Viggo Mortensen, que se descubre como un verdadero actorazo. El reparto está en estado de gracia: Naomi Watts sigue tan guapa y tan correcta como siempre; Vincent Cassel nos descubre uno de sus mejores papeles; y Armin Mueller-Stahl roba cada plano de la película en la que aparece, en unas secuencias parece un tierno abuelito y en otras el mafioso más peligroso de Europa. Más allá de las fabulosas actuaciones y lo bien llevado que está el suspenso, Cronenberg ofrece en este film una autentica obra maestra en lo que se refiere a escenas de acción. Hay un combate entre Viggo y dos mafiosos en un sauna que es una joya desde todo punto de vista. La planificación y dirección de esa escena es impresionante y son unos cuantos minutos en lo que el film te deja impactado en la butaca.
“Promesas Peligrosas” simplemente es una poesía oscura y triste pero curiosamente hermosa brilla por momentos, apoyada en unos diálogos que atesoran réplicas y frases suficientes para recordar. Y así, mientras el alma de Nikolai, el personaje de Viggo Mortensen, va volviéndose más negra al tiempo que crecen sus tatuajes (otra metáfora puramente cronenberguiana), la película avanza en una cadencia que desemboca en el hermoso epílogo, en el cual, no sabes por qué, la tristeza te embarga. Y quizá sea porque Cronenberg ha sabido otra vez (¿cuántas van?) iluminarte el alma... sólo para descubrir que hay agujeros que absorben casi toda la luz para no dejarla salir jamás.
“Una película memorable, compleja, brutal e hipnótica"
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