Año: 2009 País: Sudáfrica Género: Ciencia Ficción Puntaje: 09/10
Interpretes: Sharlto Copley, Jason Cope, David James, Vanessa Haywood y Mandla Gaduka
Una de las más originales películas de ciencia ficción que he visto, tras la llegada de una enorme nave espacial extraterrestre a Johannesburgo (Sudáfrica), los alienígenas recién llegados a la Tierra son obligados a vivir en condiciones penosas como "refugiados", en una especie de campo de concentración construido en las afueras la ciudad llamado “Sector 9”. El control de los alienígenas se ha cedido a la MNU, una compañía privada que no está interesada en el bienestar de los visitantes, en su lugar quieren hacer funcionar sus armas. Hasta el día de hoy no han tenido éxito, ya que se necesita ADN extraterrestre para activarlas. La tensión entre humanos y alienígenas alcanza cotas elevadas cuando un agente de la MNU, Wikus van der Merwe (Sharlto Copley) contrae un virus que comienza a alterar su ADN. De inmediato Wikus se transforma en el hombre más buscado del planeta, así como el más valioso, él es la llave para desvelar los secretos de la tecnología de los extraterrestres.
El hecho de que esté realizada como si por momentos se estuviese viendo un documental es un acierto del director, el novato Neill Blomkamp, quien ha sabido contar una historia de alienígenas con una perspectiva hiperrealista que lleva el típico conflicto entre las diferentes civilizaciones del espacio a un contexto tan terrícola como la xenofobia. Blomkamp contó con el respaldo del genial Peter Jackson, quien produjo esta película con vocación de clásico del cine. La película empieza con cámara en mano, siguiendo el trabajo del empleado del gobierno dentro del ghetto extraterrestre, mientras se van intercalando opiniones de supuestos expertos que se encargan de poner al día al espectador de como se encuentra todo el tema de los alienígenas. A pesar de estar rondando continuamente, por delante de la pantalla, un puñado de bichejos extraterrestres, la película intenta resultar, en sus inicios, lo más realista y veraz posible y lo logra.
A partir de que “Sector 9” avanza va tomando elementos vistos en otros filmes (que tienen raíces muchas veces en hechos reales) pero que en conjunto conforman un producto único y sólido. Alusiones a producciones sobre genocidios o tráfico de armas en África, historias sobre sustancias infecciosas, metamorfosis como en “La Mosca”, y una secuencia final de acción suburbana con toques apocalípticos. Todo ello aderezado con armamento creados por unos alienígenas bastante repugnantes “Sector 9” es toda una experiencia que no defrauda en el guión. Los efectos especiales están muy bien realizados, igual que la construcción de los alienígenas y de sus armas. La fotografía es buena, ya que da fuerza y dinamismo a la película.
El punto central de “Sector 9” es la alegoría sobre la discriminación. Aquí aparecen de la nada unos dos millones de alienígenas en estado físico deplorable que, para colmo, deciden aterrizar en un país tercermundista como Sudáfrica. Como nadie sabe qué hacer, terminan ubicándolos en guetos que son más parecidos a un campo de concentración que a otra cosa. A duras penas los humanos se dan a entender con los extraterrestres, a los que alimentan lanzándoles latas de comida para gatos desde el aire. Las corporaciones se hacen cargo, pero no por humanidad sino con el fin de explotar la tecnología alienígena en provecho propio. Uno de los puntos más fascinantes de “Sector 9” es la construcción del universo en donde coexisten humanos y extraterrestres, que es completamente realista. Este es un mundo viviente y creíble, con rutinas y conductas establecidas. No hay invasores del espacio, sino una nave gigante cargada con clase obrera alienígena muerta de hambre. Todas las repercusiones del arribo, la convivencia con esa raza desconocida, el temor a los visitantes están narrados de manera creíble. Y del mismo modo ocurre con la rutina diaria. No hay mucha diferencia entre las incursiones de la policía al “Sector 9” con redadas similares a villas miseria y favelas brutalidad policial, miedo constante que termina en casos de gatillo fácil, incomprensión de los marginados.
Pero semejante historia no podría terminar de enganchar si el personaje de Sharlto Copley no resultara simpático. Es tan ingenuo y aplicado en su juego burocrático, que termina siendo un inútil agradable. No es un tipo eficiente, ni uno con mucho carácter, pero a lo largo de toda la historia termina por evolucionar (en más de un sentido), y al final de la proyección es un verdadero héroe. Uno se ríe de sus ingenuidades, sufre con sus padecimientos y termina por festejar sus actos heroicos (más fruto de la desesperación que otra cosa). Lo que comienza como alegoría termina convirtiéndose en algo épico; y cuando llega la acción, el director Blomkamp la dirige de manera impecable. Todas esas escenas están impregnadas del factor "guau!"; simplemente lo dejan a uno con la boca abierta.
Es más que evidente que en la película se respira una gran crítica social. Nos cuenta, por si no lo sabíamos ya (o se nos hubiera olvidado) que los humanos somos especialmente crueles con todo aquello que nos resulta nuevo o, simplemente, diferente. Lo apartamos, lo confinamos y, a poder ser, nos olvidamos de ello. Quizás por eso, el director, tiene esa extraña manía de salpicar la cámara de sangre (fuera falso documental o no) para hacernos reflexionar de la violencia en que vive nuestro mundo actual.
“Una película inteligente, reflexiva y emocionante”
No hay comentarios:
Publicar un comentario