Año: 1980 País: EE.UU. Género: Terror Puntaje: 10/10
Interpretes: Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers, Barry Nelson y Philip Stone
Por día de Halloween quería comentar sobre una de las películas más terroríficas y fantásticas que se hayan filmado, me refiero a “El Resplandor” del maestro Stanley Kubrick, que cuenta la historia de un Jack Torrance (Jack Nicholson) un hombre que se traslada, junto a su mujer (Shelley Duvall) y a su hijo, al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento del mismo durante la temporada invernal, ya que el lugar permanece cerrado y aislado por la nieve. Su idea es escribir su novela al tiempo que cuida de las instalaciones durante esos largos y solitarios meses de invierno, pero desde su llegada al hotel, Jack comienza a padecer inquietantes trastornos de personalidad, al mismo tiempo que en el lugar comienzan a suceder diversos fenómenos paranormales.
Tras el fracaso comercial (ni mucho menos artístico) de “Barry Lindon”, Stanley Kubrick decidió hacer una película más comercial que le reportara beneficios en taquilla. El resultado fue "El resplandor" obra maestra del cine de terror y cita obligada para cualquier cinéfilo. Basada en una de los primeros best-sellers de Stephen King, éste adaptó su novela en un guión de más de tres horas de duración que Kubrick y sus colaboradores se ocuparon de perfeccionar, realizando cambios tanto en los personajes como en el desarrollo de la historia y suprimiendo escenas no necesarias para la comprensión de la trama. King no se mostró de acuerdo con los cambios y condenó el film, culpando al director de no saber lo que era una película de terror. Años después produciría una miniserie para televisión homónima bastante risible.
Para el papel principal, Kubrick eligió a Jack Nicholson, que con sus excesos interpretativos se convirtió en el perfecto Jack Torrance, subrayando el patetismo del personaje (un escritor alcohólico, sin trabajo, incapaz de escribir nada y al que todo le sale mal). Su mujer fue Shelley Duvall, actriz poco conocida, que realizó la mejor interpretación de su carrera y al terminar el rodaje tuvo que ingresar en una clínica psiquiátrica debido a la presión a la que estuvo sometida. En su apartado técnico, la película resulta perfecta, con una magnífica fotografía y efectos sonoros, Kubrick mezcla planos fijos (Nicholson hablando con su hijo en la cama), con innovadores movimientos de cámara, que con un nuevo sistema sigue a los personajes por los largos pasillos del hotel (El triciclo de Danny y la persecución del laberinto) y secuencias de suspense, que más que mostrar, sugieren y mantienen la tensión durante las casi dos horas.
“El resplador” destacado sobre todo por su estética de gran angular y el empacho de steadycam, la perturbadora música y la interpretación de Jack Nicholson en un festival de miradas de ido y gestos psicóticos. Más allá de ello se requeriría una penetración mayor en el conocimiento de personajes previos a la puesta en escena de la situación, y menor desorden en el proceso de enajenación y vínculo sobrenatural con el tópico recurrente de niño-ligazón con mundos paranormales. El film se abre con planos aéreos que significan la localización montañosa aislada (posteriormente serán reiterados para el mismo efecto). Tras una mínima presentación de circunstancias (más que de personajes) en tono enigmático, el film explota con suficiencia los lujosos escenarios del hotel a través de largos paseos en travellings, cuya serenidad momentánea es cortada con planos inquietantes de dos hermanas que enlazan con hechos trágicos pasados.
Kubrick articula su película como una macabra crónica de sucesos que se anticipan: así, nos muestra al pequeño corriendo con su cochecito por los pasillos, sólo el chirrido de las ruedas y los pedales, un ruido cotidiano sin embargo tan inquietante, hasta que finalmente, respondiendo a esa inquietud, el niño se encuentra, en un recodo de los pasillos, a las dos gemelas asesinadas que le invitan a jugar con ellas. Todas las escenas del protagonista, Jack Torrance, en el bar producen escalofríos a pesar de su sencillez y falta de morbosidad, o quizá precisamente por ello: basta verle entrar, sabiendo como sabemos que está en un hotel donde sólo viven en ese invierno él, su mujer y su hijo, y encontrarse con un barman de mirada hipnótica, la quintaesencia de los de su profesión, camareros y confesores a partes iguales, pero éste dotado de una extraña mirada fija, como si fuera un zombi circunstancialmente con apariencia natural. Mención aparte para la importancia del color en la película, donde el rojo aparece como el símbolo de la maldad y el blanco de la nieve final (sobre todo en el laberinto helado) como el de la protectora bondad.
“El resplandor” es un hito en de la filmografía de King: siendo deudora de su obra literaria, es más kubrickiana que kingiana, está más cerca de las preocupaciones filosóficas del cineasta que de las inquietudes del escritor, sin por ello despreciar estas últimas. Sin embargo, este divorcio cobra plena vigencia cuando King, ya en el segundo lustro de los noventa, anuncia su disconformidad con esta versión y produce y escribe el guión para una miniserie televisiva con esta misma historia. Así pues, asistimos a una gran paradoja: la mejor adaptación al cine del universo de King es, contradictoriamente, la que menos parece haberle satisfecho, Hasta hoy ninguna película ha llegado a hacernos sentir sensaciones de miedo semejantes a las de la niñez como esta, la obra del terror por antonomasia, El resplandor de Stanley Kubrick.
“Terroríficamente magistral, Kubrick en su mejor momento”
Bueno Henry se que te gusta Kubrick, es una buena película, yo estoy preparando un post sobre "el bebe de rosmery", lo publicare el lunes.
ResponderEliminarMabel
Me gusta mucho esta película, es de las más locas y bizarras que haya visto y eso en una película de terror creo que casi siempre va bien, yo la vi en los filmes online que tiene HBO y me dio pavor, es de esas que te la pasas angustiada aunque haya partes normales y tranquilas, creo que la estética visual que tiene le aporta mucho al terror que causa.
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