Año: 1992 País: México Género: Acción Puntaje: 09/10
Interpretes: Carlos Gallardo, Peter Marquardt, Consuelo Gómez, Jaime de Hoyos y Ramiro Gómez
Un verdadero fenómeno del cine independiente latinoamericano, así mismo también una potente opera prima de uno de los directores más eclécticos de la actualidad como es Robert Rodríguez, Azul un preso de una pequeña prisión en las afueras de la ciudad mexicana consigue escapar para verse las caras con Moco (Peter Marquardt), un poderoso criminal que tiene dominado un pequeño pueblo mexicano. Entre esta guerra, aparece el mariachi (Carlos Gallardo), un simple guitarrista buscando trabajo en cualquier humilde local. Por desgracia, un error en su identidad hará que sea perseguido hasta la muerte por los hombres de Moco, creyendo que éste es Azul. El buen mariachi, sin ninguna experiencia en armas, ni guerras ni muerte, deberá salvar su vida a base de plomo, oculto en el bar de la buena Dominó (Consuelo Gómez), el gran amor de Moco. Ella no quiere muerte, pero tampoco quiere traicionar a Moco, no queda claro su bando…
Seguramente, la reacción de muchos ante el puntaje que le he dado a esta película, pero es totalmente innegable que “El mariachi” ha estado siempre muy infravalorada. Puedo estar de acuerdo con que no es una película que vaya a pasar a la historia como lo mejor de los 90’s, pero ¿qué se puede esperar? Junto con el escaso presupuesto, estaba la ninguna preparación de los actores y la escasa experiencia del director. Hay que admitir que se supieron esquivar las dificultades muy bien. Hoy en día muchos niegan que Rodríguez tenga talento, que sus películas se van en un presupuesto desmesurado, en actores ya olvidados y en argumentos flojos, infantiles y toscos (cosa con la que tampoco estoy demasiado de acuerdo). Sin embargo, esta película es y será siempre la gran prueba del gran poderío como director que posee Rodríguez.
En cuanto a los rasgos que posee “El Mariachi”, debe decirse que su director y guionista debía tener mucho tiempo libre cuando hizo la película. Los personajes poseen indudablemente las características de las películas de serie B, la acción es algo así como un western moderno y cutre (aunque no por ello aburrido) y, como no, pueden entreverse algún tipo de historieta o situación muy similar a los cómics que con tanto afán Robert leía de niño. Igualmente, demuestra el director sus grandes conocimientos musicales con la simple y entrañable música que se puede ver en este largometraje de acción (compuesta por unos cuantos “colegas” y retocada por el mismo).
Tan solo con 7.000 dólares de presupuesto para rodar la película, Robert Rodríguez se rodeó de actores amateur, sin carrera posterior salvo el protagonista, Carlos Gallardo; muchos de ellos ayudaban en las tomas cuando no aparecían en imagen. Además, dirigió lo que él mismo había escrito, lo produjo con Gallardo, lo montó. Economía de guerra. Rodaba escenas con una sola cámara… pero interrumpía cada dos por tres la acción para escoger ángulos diferentes, dando así la sensación de contar con un equipo mínimamente decente. Una locura. Como lo fue, sin duda, que la mitad de los famosos 7.000 dólares los consiguió el novel director ofreciéndose como conejillo de indias para probar medicamentos.
Rodríguez, con el entusiasmo del principiante, le pone buena cara al mal tiempo y lo reviste a su manera: con chulería formal (cámaras rápidas, primeros planos al estilo del spaghetti western, montaje casi frenético), un casting impecable por los fulanos que llenan la pantalla (de nuevo, Leone) y un permanente buen gusto a pesar de la obligada y pretendida chabacanería. Obviamente el resultado es carne (en principio) de video-club: la película rezuma falta de presupuesto por los cuatro costados. Pero aún así tiene ese algo que no vieron las distribuidoras mexicanas y sí, en cambio, Columbia, a la que Rodríguez, rechazado, presentó el producto en un arranque de coraje.
Ese algo podemos llamarlo encanto, gracia, toque… Podemos llamarlo como queramos. Lo que es seguro es que ninguna de las secuelas como “El Bolero del Pistolero” y “Érase Una Vez en México”, con más recursos, con Banderas, Depp, Hayek y Rourke, consiguieron imitar ni de lejos al original. Una muestra de cómo de la necesidad puede hacerse virtud. He aquí la razón de que algunos. En resumidas cuentas, esta filme es sin duda alguna una buena forma de pasar la tarde, una prueba clara de que en los 90’s todavía existía cine sin dinero y una muestra del añorado western de Leone y el clásico cine serie B. No se la pierdan.
"Una obra gamberrada de Rodríguez, de imaginación visual desbordante"
felicidades.a la gente que hace posible este tipo de trabajos.y sobretodo a quien mantiene activa esta pelicula y comentarios.si alguien sabe donde estan los actores lo agradecere eternamente.saludos desde centroamerica.
ResponderEliminarGracias Anónimo, es cierto es una pela que marco hito en el cine latinoamericano.
ResponderEliminarHenry Huaman M.