jueves, 5 de noviembre de 2009

Escándalo

Director: Richard Eyre
Año: 2006 País: Inglaterra Género: Drama Puntaje: 09/10
Interpretes: Judi Dench, Cate Blanchett, Bill Nighy, Andrew Simpson y Phil Davis

Un intenso duelo de actuaciones, Barbara (Judi Dench) es una despótica y solitaria profesora que gobierna su aula con mano de hierro en una ruinosa escuela pública secundaria situada en Londres. Vive sola, sin amigos ni confidentes, pero su mundo cambia cuando conoce a la nueva y atractiva profesora de arte de la escuela, Sheba Hart (Cate Blanchett). Sheba parece ser el alma gemela y la leal amiga que Barbara siempre ha estado buscando. Pero cuando descubre que Sheba mantiene una tórrida relación con uno de sus jóvenes alumnos (Andrew Simpson), su naciente relación da un ominoso giro. Entonces, cuando Barbara amenaza con revelar el terrible secreto de Sheba al esposo de ésta (Bill Nighy) y al mundo entero, los propios secretos y las siniestras obsesiones de Barbara salen a primer plano con estrépito, exponiendo los engaños que se ocultan en el núcleo de las vidas de las mujeres.

Normalmente siento desconfianza por películas que son descritas como "un duelo de actuaciones" o frases similares. Desde luego, es atractiva la noción de ver a dos buenos actores enfrascados en papeles antagónicos, pero con bastante frecuencia el resultado es falso, demasiado exagerado o simplemente poco creíble. Supongo que hace falta genuino talento (y no mera fama) para cumplir el potencial de una premisa así sin perder de vista la trama de la película y sin traicionar a los personajes con lucimiento personal de los intérpretes. De algún modo el director Richard Eyre y su excelente ensamble de actores lograron exactamente eso en "Escándalo".

Ciertamente sorprenden las actuaciones de Judi Dench y Cate Blanchett, pero no hay que olvidar al genial Bill Nighy como el afable esposo de Sheba. El trabajo de estos tres actores es fenomenal, al lograr transmitir emociones difíciles de manera sencilla. Y lo mejor de todo es que el guión de la película (basada en la novela de Zoë Heller) está casi uniformemente poblado por personajes de dudosa moral, ¡donde la maestra pederasta resulta ser la heroína con la que el público se identifica! La fuerza de la historia, los brillantes diálogos (y monólogos) y las perfectas actuaciones someten el criterio del espectador y lo absorben de tal modo que es imposible evaluar objetivamente a los personajes, eludiendo así simplistas juicios morales que bloquearían el febril drama. Realmente un excelente trabajo del guionista Patrick Marber y del director Richard Eyre.

En realidad, son muchos a destacar los riesgos transformados en logros, desde el tránsito entre drama y thriller en que a veces deambula la historia (algo que hay que agradecer no sólo a la espléndida planificación de Eyre, sino también a la envolvente banda sonora de Philip Glass), hasta unos ciertos toques de humor digamos que resbaladizo, sin duda no del gusto de todos (me refiero no sólo a algunos de los destructivos comentarios en off por parte del personaje de Dench, sino también a la desesperada insistencia por parte del de Blanchett en dar sentido a su escarceo amoroso con un torpe “es un chico muy maduro”). Las magistrales interpretaciones y la banda sonora convierten la cinta en una película que gustará a un público adulto aficionado a los dramas extremos e intimistas.

No obstante, el mayor logro de todos tal vez sea haber renunciado a hacer de la historia un cliché, un telefilm de sobremesa de fácil digestión con buenos y malos inequívocamente definidos... pese a que, desgraciadamente, en el tercio final se carguen las tintas hacia una cierta polarización bastante retrógrada que, a buen seguro, y con los tiempos que corren. Así y todo, y dado que la decaída final no logra empañar por completo las bondades de una cinta por lo demás bastante sólida, aún podemos aplaudir la voluntad de presentarnos frontalmente los claroscuros de dos personajes tan cuestionables como dignos de compasión. Algo que, como en las mejores historias, las más estimulantes, las más auténticas, hace que el posicionamiento inmediato del espectador por uno u otro sea una labor no sólo innecesaria, sino seguramente imposible.

Desafortunadamente el sórdido tema podría sugerir una historia barata y amarillista, pero el sustancioso examen de una relación enfermiza generada por la soledad, trasciende esa percepción y convierte a "Escándalo" en un hipnótico drama aderezado con perturbador suspense, dinámica dirección y, claro, el perfecto trabajo de dos actrices en pleno control de su oficio, pero quisiera resaltar aún más a Cate Blanchet, su papel es dificilísimo, si no lo hubiese hecho bien odiaríamos a su personaje, pero su presencia es magistral y con esto constata que es una de las mejores actrices de la actualidad.

“Una película hecha con una perversidad deliciosa”

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