jueves, 14 de enero de 2010

¿Quieres Ser John Malkovich?

Director: Spike Jonze
Año: 1999 País: EE.UU. Género: Comedia Puntaje: 08/10
Interpretes: John Cusack, Cameron Díaz, Catherine Keener, Orson Bean, Mary Kay Place, John Malkovich y Charlie Sheen

Debut de los geniales Spike Jonze y Charles Kauffman, que nos ofrecen un filme divertido, mental y con pinceladas de farsa y surrealismo. La vida de Craig Schwartz (John Cusack) está llegando al final de un ciclo, él es un marionetista callejero con un gran talento, pero él tiene la impresión de que su vida carece de sentido. Nueva York ha cambiado mucho y la gente no le presta mucha atención. Lleva diez años casado con Lotte (Cameron Díaz), que trabaja en una tienda de animales y está obsesionada con su trabajo. Él consigue encontrar trabajo en la curiosa planta llamada “7 ½” del edificio Mertin-Flemmer de Manhattan, donde encuentra una pequeña puerta que le permite el acceso a un pasillo secreto que le permite acceder al cerebro del actor John Malkovich (John Malkovich).

Hoy en día el cine, sobre todo el americano, padece una dolencia generalizada y preocupante: la falta de ideas. La originalidad parece haberse ido de vacaciones y remakes, segundas, terceras o más partes, secuelas, precuelas, reediciones y demás llenan continuamente nuestras pantallas. Entre este oscuro mundo de cosas repetidas y ya vistas se abre paso una película como la que ahora nos ocupa, distinta a cualquier otra y llevada a cabo con maestría tanto por el director como por el plantel de actores que la interpretan. Si alguna vez tuviese la oportunidad de ser otra persona, no creo que eligiese ser John Malkovich. Pienso que ni por curiosidad. Encuentro tan misterioso su encanto personal, como intérprete tampoco reclama mi atención, demasiado afectado y dado a la sobreactuación. De todas formas poco importa en "¿Quieres ser John Malkovich?" el interfecto. Malkovich sirve como una excusa tan válida como otra cualquiera para que Spike Jonze (director) y Charles Kauffman (el genial guionista del filme) se desquiten a gusto de un mal.

"¿Quieres ser John Malkovich?" se disfruta como un cuento entretenido, como una broma de madrugada en un bar de amigos. No hay que buscarle más vueltas, es un trabajo divertido, que tiene una cierta miga pero que usa el absurdo y el existencialismo más como objeto arrojadizo que como lazo sutil. El protagonista de la película, John Cusack, parece un compendio teológico en su discurrir por la pantalla. Por un lado consigue manipular la voluntad de un semejante hasta límites inconcebibles; así consigue emular al dios cristiano. Por otro lado se apunta a la reencarnación tan propia de las religiones orientales y por último acaba pagando su insolencia al creerse una divinidad con una castigo digno de Tántalo en el más puro Olimpo “old fashion”. La "opera prima" de Jonze plantea varias cuestiones, a cuál más sabrosa: la identidad personal, pero también la sexual. La necesidad de muchos seres humanos (tal vez de todos; ¿por qué, si no, nos gusta tanto el cine, el teatro o las novelas, si no es para poder vivir otras vidas?) de ser otros distintos a los que son, de la insatisfacción por ser quien se es.

Pero además Jonze opta, con buen criterio, por romper con las normas de la realidad en este viaje alucinante al fondo de la mente (de John Malkovich, para ser exactos, que aquí, además de autoparodiarse, se proporciona una buena dosis de complacencia a su ego), y lo que parece una comedia urbana finisecular se convierte pronto en un delirante disparate cuando se descubre que un portillo en una oficina conduce, directamente, a la mente del actor del título. Así las cosas, casi todo es posible; pero, sobre todo, lo es porque Jonze se toma las cosas con ganas de cachondeo, y pronto tendremos varias combinaciones, entre ellas sexuales: mujeres que se aman a través del cuerpo de un hombre, hombre en lugar de hombre, mujeres que engendran a la vez como mujer y como hombre. Y fuera de las cuestiones sexuales hay también mucha mandanga: impostar la vida de otro, mangonearla hasta convertir el personaje exterior en una carcasa, en un muñeco, en una marioneta, y nunca mejor dicho. Parece que esta película está soliviantando a ciertos críticos (como en su momento pasó con "El Club de la Pelea", a la que me arrepiento de haber puesto inmerecidamente a caldo). A ciertos sectores les enrabietan estas demostraciones de cine porque no aceptan el paso del tiempo y sigue empecinados en defender unos parámetros caducos.

Si bien la película de Jonze contiene más atisbos de papilla intelectual y cartilla ética que el grueso de la producción supuestamente "moderna" de la actualidad (más seducida, generalmente, por la parte estética), lo cierto es que el resultado final decepciona un tanto a tenor de lo planteado. Echo de menos una mayor aproximación al hecho de suplantar a un famoso actor. La bromas cinematográficas escasean (aunque ciertos cameos son geniales) por lo que uno llega a preguntarse si realmente importa que aparezca John Malkovich o cualquier otra celebridad. Tal y como se plantea la película, al no desarrollarse bien esta baza, podría haberse titulado perfectamente "¿Quieres ser Silvestre Stallone?" y hubiéramos disfrutado lo mismo. Al no explotar el filón que simular ser un famoso representa se podría esperar una mejor construcción de los personajes "ficticios" pero no es así. Director y guionista optan por hacer y deshacer a su antojo la vida sentimental de los protagonistas (no sé si por una pobre construcción o por pretender que los personajes aparezcan como títeres en sus manos).

Obra delirante, desopilante y descacharrante, roza la genialidad en su propuesta absolutamente subversiva: todos podemos ser todos, a poco que nos lo propongamos; ni siquiera nos hace falta una carrocería famosa como la de Malkovich. Somos lo que somos, pero podemos ser otros aun siendo los mismos. Lástima que algún titubeo, algunos momentos de redundancia, en un metraje algo alargado (¿por qué todas las películas "importantes" de hogaño tienen que rondar las dos horas?), no permita redondear una obra perfecta. En cualquier caso, se trata de uno de los debuts más estimulantes de la década de los noventa, una de las historias más sugestivas y abracadabrantes que nos ha sido dado contemplar en bastantes años.

"Arriesgada y surrealista comedia"

1 comentario:

  1. Buena nota!

    A mi "Being John Malkovich" me encantó. Lo que me fascina de Charlie Kaufman como guionista, es que tiene una capacidad increíble para general surrealismo simbólico con una fuerte metatextualidad. Lo hizo también con “Adaptation”, “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”, etc. Es un tipo muy ingenioso y sabe manejar muy bien el suspenso.
    Esta es una comedia negra brillante, que más de una década después, sigue siendo un clásico absolutamente sublime. Una trama cautivadora que permite varios niveles de interpretación, actuaciones fantásticas y un guión más que sólido.

    Te invito a mi propio análisis de "Como ser John Malkovich" en mi página: http://on.fb.me/154AXPL

    También aprovecho a invitarte a que me sigas en mi página para más novedades de cine, entre otras cosas

    https://www.facebook.com/sivoriluciano

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar