martes, 26 de enero de 2010

Academia Rushmore

Director: Wes Anderson
Año: 1998 País: EE.UU. Género: Comedia Puntaje: 09/10
Interpretes: Jason Schwartzman, Bill Murray, Olivia Williams, Seymour Cassel, Brian Cox, Connie Nielsen y Luke Wilson

Max Fisher (Jason Schwartzman) es un joven estudiante rebelde de Rushmore, una de las escuelas más prestigiosas del país. Editor del periódico de la escuela, capitán y presidente de numerosos clubs y sociedades, Max es también uno de los peores estudiantes que ha tenido la historia de Rushmore, por eso, la idea de que algún día lo expulsen no para de rondarle por su cabeza. En un momento transcendental de su vida, Max se enamora de la elegante profesora Miss Cross (Olivia Williams), pero su conquista se ve frustrada cuando se entera de que su amigo, el Sr. Blume (Bill Murray), que además es padre de dos compañeros suyos de clase, también intentan conquistar el amor de la señorita Cross. Película que supuso la revelación de Wes Anderson tras la desconcertante y brillante “Bottle Rocket”, y con la que la gente empezó a ver que se trataba de uno de los realizadores más personales y originales que tiene el nuevo cine independiente americano, y un creador de mundos muy personales.

El cine de Wes Anderson se enclava dentro de la hornada (que no estilo) que supone la generación que componen Paul Thomas Anderson, Sofia Coppola, Charlie Kaufmann, y Alexander Payne, cineastas originales y creadores de singulares películas, todas ellas marcadas por una sutilidad y genialidad extraordinarias. Esto molesta a gran parte de público y crítica, que se niega a admitir de que los creadores "underground" siguen siendo Kevin Smith y Tim Burton, cuando tiempo hace ya, que ambos, perdieron aquella chispa de sus principios y han perdido toda aquella aureola que les rodeó a ambos. Aunque Burton ahora ya cuenta con un respaldo completo de publico y crítica y se erige en el creador mas sobrevalorado de Hollywood, cabe decir que todavía puede tener algo interesante que contar aunque parece haber iniciado una línea a la reiteración insostenible .En cambio, tan sólo la critica internacional parece ser la única que apoye en su justa medida a Anderson un cineasta insobornable, y cuyas películas se caracterizan por el equilibrio de formas que consigue en ellas, arriesgándose siempre, nunca decantándose por apuestas fáciles. Es por ello que es criticado tan frecuentemente, por un público poco acostumbrado a ver filmes diferentes que no vengan prefabricados desde Hollywood.

Lo que nos encontramos aquí es ante de una de las mejores películas que he tenido ocasión de ver. Es un filme genial, y por ello, difícil. La película puede resultar un tanto apático, pero si uno entra de lleno en su juego de ambigüedad se va a encontrar ante la mas rotunda de las películas sobre adolescentes, y que tendría que ser obligatoria para muchos, que no entienden el universo que rodea a esta etapa cuanto menos, difícil en la que uno tiene la laboriosa faena de formar su propio carácter, y esto no siempre es fácil de asumir. La trama de la película que puede parecer un tanto absurda, pronto se revelará como genial. La descripción que hace Anderson de sus personajes, auténticos outsiders en un mundo que no logran entender es genial. Eso se facilita gracias a las grandiosas interpretaciones de todo el reparto. Jason Schwartzmann es la revelación, y esta estupendo como Max Fischer, al que dota de humanidad y carisma, y Olivia Williams consigue hacer adorable su personaje, de la frágil señora Cross. Y que decir del grandioso Bill Murray, pues que dota de una personalidad increíble a su Heman Blume, personaje desencantado que ha perdido el rumbo completamente entre tanta miseria de dinero.

Fischer y Blume podrían ser la misma persona en distintas etapas. Por algo quizás se enamoran de la misma persona. Pero, es que el filme tiene momentos geniales debido a su mezcla prodigiosa entre Salinger y Schulz, logrando un tono de comedia amarga perfectamente engranado. Y por aquí transita durante su metraje, con gags tan logrados como las obras de teatro de Fischer, y la descripción de los personajes, y sus problemas existenciales. Anderson y Wilson articulan en su guión una dramaturgia perfecta, que engrana comedia y drama con una perfección nunca vista antes. Esa mezcla es tan sutil, tan imperceptible, que le resultará extraña al espectador medio que no se atreva a entrar en ella. Pero es que este Max Fischer mitad bastardo, mitad genio, también tiene una mitad de nosotros mismos. Su periplo no es otro que el del primer amor, y con ello, la primera renuncia. Y es que esta película habla siempre con una triste sonrisa dibujada en sus protagonistas de los sueños frustrados que rodean nuestras vidas cotidianas.

Para seguir analizando la película, el humor del señor Anderson me parece interesante. Complicado y extraño, pero tremendamente rabioso. Aquel que no disfrutara con cualquiera de sus películas no creo que lo haga en un futuro. Parece mantener la misma línea en su trayectoria, y por mí, que siga así. Anderson le puso narices y junto con su amigo y actor Owen Wilson escribe guiones originales, desenfadados y sobre todo marcados para una marginación y exclusividad de una sociedad de consumo en cadena. En “Academia Rushmore” hace gala de esta excentricidad. Porque Wes Anderson no es más que un contador de cuentos. Extraño sí, pero visualmente portentoso. Él cuida mucho la planificación de las escenas, utiliza una banda sonora (como siempre) fantástica que acopla perfectamente con la historia y envuelve sus estrambóticos personajes en un ambiente que hasta nos son identificables. Este “rarito” realizador se junta con actores que son llamados poco expresivos, para realizar una gran comedia. Lo que más me interesó tambien en esta película fue el estupendo ejercicio de estilo que Wes Anderson realiza, su manera de rodar la película, sus travellings y su curiosa puesta en escena.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que esta pequeña joya cinematográfica no es una comedia al uso. Deberíamos hablar más bien de realismo mágico: es una maravillosa fábula, dónde todo pertenece a la vez al mundo real y a una especie de sueño, dónde unos increíbles y entrañables personajes llenos de originalidad, ingenio y vitalidad, hacen que vuelvas a contemplar tu propia vida desde una óptica diferente, con un renovado amor en el empeño humano de ir contracorriente y con una nueva visión (no por diferente menos legítima y real) sobre sentimientos tan trillados como el amor, la amistad, la ambición,o los sueños a conseguir. Todo es perfecto es esta película: todos y cada uno de los secundarios, la dirección, la fotografía, la banda sonora...y sobre todo la sensación de estar viendo cine que nunca se ha hecho antes. Si te sumerges en ella, te conquistará.

"Inteligente e irónica comedia, sobre la juventud y los sueños fustrados"

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