Año: 2009 País: EE.UU. Género: Gangster Puntaje: 08/10
Interpretes: Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard, Billy Crudup, Stephen Dorff y Stephen Lang
El virtuoso Michael Mann, nos brinda una potente película de gansters. 1933, el enemigo público número uno de los Estados Unidos se llama John Dillinger (Johnny Depp), líder de una banda de ladrones que gracias a su estilo y atractivo, han logrado conquistar a los medios. Harto de su protagonismo y de sus peligrosas actividades, el incipiente FBI encarga su captura y la de su banda a Melvin Purvis (Christian Bale), un persistente agente convencido de ser capaz de atrapar al gangster de una vez por todas. Michael Mann, de una forma similar a David Fincher, es un director procedente de la generación televisiva y videoclipera, que se mueve entre los grandes presupuestos de los estudios de Hollywood y su indiscutible personalidad como cineasta. En su cine hay una fricción constante entre los lujos de producción (perfección en los aspectos artísticos, nombres importantes en el reparto) y sus habituales recursos narrativos y de puesta en escena, que le dan esa llamada condición de autor.
Películas sobre John Dillinger ya ha habido unas cuantas, algunas mejores y otras peores, aunque la mayoría de ellas, hay que reconocerlo, perfectamente olvidables salvo un par de excepciones como “Dillinger” (1945). De cualquier manera, no faltan oportunidades para acercase a la figura de este legendario asaltante de bancos desde la pequeña o desde la gran pantalla, pero una nueva es siempre bienvenida, y más cuando viene firmada por Michael Mann, autor de las respetadas “Fuego Contra Fuego” y “El Informante”, y el que le pone cara a es nada más y nada menos que Johnny Depp uno de los actores más carismáticos y talentosos de su generación. John Dillinger ya es todo un mito norteamericano, pero le cogeremos más cariño ahora que todavía estamos recordando las escandalosas cifras que los Gobiernos de todo el mundo destinaron a salvar a los bancos de su crisis. En el fondo, a todos nos gustaría ser Dillinger y llevarnos un pellizco de ese dinero. El bandido más célebre de los años 30 puede ser perfectamente un héroe de hoy en día.
Y es precisamente este aspecto mítico de Dillinger en lo que se centra Michael Mann o, al menos, en lo que resulta más brillante. Porque este es un biopic de acción: los tiroteos, las huidas y las persecuciones son constantes. A lo largo del metraje vemos más balas y oímos más disparos de los que hubiéramos podido imaginar. Al mismo tiempo, asistimos también a una dura persecución policial liderada por el agente Melvin Purvis. Pero, como decíamos, los mejores momentos de la cinta cinematográficamente hablando, son aquellos en los que Dillinger se enfrenta a su propia imagen mítica. Habrá que esperar a los últimos minutos de la película y trataremos de no desvelar nada del argumento para ver dos escenas brillantes en las que el protagonista se regodea y saca pecho ante la imagen que de él ha construido la sociedad. A lo largo de su trayectoria, Mann ha entregado obras maestras caracterizadas por la épica de sus historias pero también por un cierto impresionismo en las composiciones, como si lo importante fuera captar la fuerza del instante más que la perfección en cada plano. Sus personajes, siempre llevados hasta el límite de la situación, no dudan nunca en enfrentarse a ella, llevando en ocasiones su vida hacia extremos insospechados. Mann lo suele filmar todo con la cámara al hombro y en movimiento, con constantes cambios de plano, la grabación en alta definición le ha permitido ir un paso más allá en su técnica.
“Enemigos Públicos” es un paso coherente en la carrera del realizador. Esas características propias de las que hablaba están aquí presentes, lo que puede chocar en un principio si tenemos en cuenta que el filme está ambientado en los años 30. Sin embargo, Mann no duda en contarnos una historia de criminales de forma muy diferente a lo habitual, despreciando un nudo argumental especialmente sólido, y decantándose en cambio por plantear situaciones aisladas dentro de la trama central, con algún apunte agregado, la historia de amor entre Dillinger y Billie Frechette (Marion Cotillard). El resultado es un soberbio y poco convencional thriller, en el que Mann vuelve a demostrar su capacidad para filmar secuencias de acción como nadie. La intensidad no decae en ningún momento, y todo funciona en la medida en que el realizador lo desea. Es cierto que su estilo agresivo y poco dado al orden puede impresionar negativamente al espectador poco avisado, pero ese es un problema ajeno a las bondades de la obra.
Los actores están muy bien, Depp esta genial, Bale repite la formula que ya a hecho en la saga del hombre murciélago y Cotillard encaja bien su papel. “Enemigos Públicos” nos regala, en su descripción de Dillinger, algunos momentos que describen con exactitud lo que era el personaje, algo así como una estrella del rock de su tiempo. Cuando el protagonista acude al cine, se sugiere a los espectadores que giren su cabeza a ambos lados para ver si allí se encuentra el famoso criminal, situación de la que Dillinger consigue salir airoso. También en una sala de cine, hacia el final del film, se identifica a Dillinger con el protagonista de la película que ha acudido a ver (El enemigo público número 1, con Clark Gable). Pocos minutos antes, el personaje interpretado por un comedido Johnny Depp, ha acudido a escondidas a las dependencias de un departamento de la policía únicamente dedicado a encontrarle, en uno de esos momentos de memorable tensión que a veces nos regala el cine.
Con todos esos detalles referenciales (y que podrían estar hablando de la obsesión actual por encontrar a ciertos terroristas), sumados a la asombrosa y muy personal capacidad de Mann para la puesta en escena, punto aparte se puede resaltar el buen soundtrack que acompaña al filme, como el tema “Ten Million Slave”, “Enemigos Públicos” es una propuesta muy recomendable. El cine de mafiosos se desplaza hacia nuevos territorios, más sugerentes que los de la convencional “Gangster Americano” o que las propuestas esteticistas de Brian De Palma. Es cierto que está un punto por debajo de algunas de las ya mencionadas obras maestras del realizador, pero eso ya es estar bastante por encima de la mayoría.
"No es una obra maestra, pero tiene trazas de gran cine”
Henry, me ha gustado mucho tu critica. En serio!
ResponderEliminarSe ve que te gusto la película quizas un poquito mas que a mi, pero a pesar de ello es una gran cinta y me recordo en varias ocasiones a Heat.
Para mi Bale esta´increible en su papel de Purvis!
Un saludo!
Gracias Amigo Sean, estos días también he visto otros blogs tuyos, son muy buenos, Saludos.
ResponderEliminarHenry Huamán M.
En cuanto a Bale, como dije repite ese genial papeñ de poli o héroe duro, como en Batman.
ResponderEliminarHenry Huamán M.