jueves, 29 de abril de 2010

Bajo el Peso de la Ley

Director: Jim Jarmusch
Año: 1986 País: EE.UU. Género: Drama/Comedia Puntaje: 08/10
Interpretes: Tom Waits, Roberto Benigni, John Lurie, Nicoletta Braschi, Ellen Barkin y Billie Neal

Fantástica película de Jim Jarmusch. Con una impecable fotografía en blanco y negro, narra la historia de tres desconocidos que acaban compartiendo celda en una prisión por diferentes motivos. Zack (Tom Waits) es un proxeneta, que se evade fabulando venturas futuras, al que la novia (Ellen Barkin) echa de casa. Jack (John Lurie) es un indolente discjockey en paro. Roberto (Benigni) es un enérgico turista extranjero que ha cometido un crimen. Sus variopintas personalidades chocan continuamente, aunque con el tiempo aprenderán a soportarse y juntos inician un plan de fuga. Esta es otra película con las características principales del cine de Jim Jarmusch. Es decir, ritmo lento que puede desesperar a algunos, argumento que mantiene el interés, banda sonora bastante buena. Jarmusch se siente tan a gusto como siempre. Con su peculiar estilo y con un pequeño presupuesto consigue buenos resultados. Un guión bastante bien escrito por el director que no se hace nada pesado de ver. Una de las mejores obras del genio independiente norteamericano, una de sus películas más conseguidas. Rodada como siempre con cuatro duros y con una pasmosa simpleza narrativa, es "Bajo el Peso de la Ley" una atrapante y conmovedora película sobre la Norteamérica profunda, sobre la amistad y el compañerismo a la que no le falta nada: humor, aventuras, amor. Por supuesto poblada de de referencias freaks y con tres actores geniales (inolvidables sus papeles). De las grandes obras independientes de los USA de la década.

En sus cintas anteriores, “Vacaciones Permanentes” y “Extraños en el Paraíso”, Jarmusch hizo uso de la cámara fija sobre su propio eje (con casi imperceptibles paneos laterales) para denotar condición estática en sus personajes. En "Bajo el Peso de la Ley" los protagonistas no difieren de esas características, entonces según la filosofía fílmica de Jarmusch éstos deberían actuar en entornos herméticos, sosos y redundantes; caso y circunstancias que suceden en este su tercer largo. Jarmusch justifica su minimalismo reafirmando su puesta en escena como pertinente a su causa. Inicia la película con largos travelings laterales que muestran vecindarios simétricos desde la impresión más epidérmica pero con el sentido más profundo. Jarmusch y sus largos planos nos dicen que la movilidad no hace la distinción. Pareciera que Allie (Vacaciones Permanentes), Willie, Eddie, Eva (Extraños en el Paraíso) y Jarmusch vieran tras una ventana de automóvil como pasa (relativamente) la misma imagen así estén (al parecer) cambiando de rumbo. Una cámara subjetiva conjunta engloba las conclusiones dadas por sus filmes anteriores darán el mismo resultado a este filme. El autor de la película trata de marcar la distancia que separa el sueño americano de la realidad cotidiana. Zack y Jack son engañados por policías corruptos, son castigados arbitrariamente con sanciones inhumanas, han de cruzar ciénagas plagadas de serpientes y caimanes, han de huir de una banda de perros. Ambos, que se llevan mal, se enzarzan en disputas frecuentes y en ocasiones llegan a las manos, encarnan la figura del bribón acostumbrado a sobrevivir sin esperanza. Roberto es el cómico inocente, optimista, irónico, sencillo y abierto, que logra tejer entre Zack, Jack y él una trama de amistad, confianza y complicidad.

El personaje de Roberto lleva consigo el desequilibrio y la diferencia de "Bajo el Peso de la Ley" en relación con su antecesora “Extraños en el Paraíso” se asemejan en el aspecto foráneo, pero sus intencionalidades son contrarias. Eva (la chica húngara de “Extraños en el Paraíso”) llega a América con el objetivo de darle un radical giro a su monolítica vida; su desilusión sería consecuencia inevitable del proceso. Eva llegó con expectativas, asimismo con escasa actitud proactiva. ¿Qué hacía Roberto, un italiano, en América? Ni idea, parece haber salido del subsuelo para demostrarnos su poder de empatía. La imagen que éste tiene de su nuevo paradero, EE.UU., es tal cual una película de marcos ficticios, hace constantes analogías entre su realidad vivencial y la ficción hollywoodense. Su inocencia inverosímil satiriza al foráneo simpático que a pesar de su incredulidad conoce sus pretensiones y ambiciones. Entonces, se entiende que seriedad es identidad y arraigo, mas no carácter arisco e inexpresivo. Roberto encuentra el amor, asimismo su sitio a quedarse de por vida, en una humilde cabaña aislada en las entrañas del pantano, donde vive una italiana llamada Nicoletta. Bob propone humanismo y sinceridad en cada gesto y parlamento emitido, a él se le puede considerar como el triunfador de la historia, pues es el único que logra el manido “final feliz”. Jack (Lurie) y Zack (Waits) parten hacia un fin prefigurado, pero sin bases que sustenten sus bosquejos. Son reflejo de la dupla Willie-Eddie (Extraños en el Paraíso) que quieren paraíso, pero no saben cómo.

"Bajo el Peso de la Ley" es más explícito en su filosofía: la cárcel es la concreción del espacio monótono, hermético e impotente, al igual que el pantano representa los exteriores insulsos. "Bajo el Peso de la Ley" indica la omnipresencia de la rutina presencial y vivencial; la ley es la cotidianeidad que nos gobierna, la opresora de nuestros quehaceres. Jarmusch le da matices distintos a la misma idea: la búsqueda de novedades duraderas y sustancialmente fructíferas; la cual pasó por su proceso de planteamiento en “Vacaciones Permanentes”, en “Extraños en el Paraíso” el de definición, y en "Bajo el Peso de la Ley" ya insinúa soluciones. En éste, su tercer filme, afina su sentido irónico para atribuírselo a un Roberto entrañable, que encandila todos los pasajes en los que está presente, para mostrarnos una subliminal bofeteada a convenciones gringas como el machismo. "Bajo el Peso de la Ley" se desenlaza en nuestras conciencias, sus planteamientos son introspectivos en mayor grado ya que el final es sumamente abierto a conclusiones interpretativas, tan misterioso como los dos extensos caminos a elegir (oeste y este) por parte de los dos americanos. Zack y Jack parten hacia el descubrimiento de sus nuevos destinos por vivir; cada quien toma un camino diferente para dejar su devenir al azar. Ahí encontrarán donde poder adaptarse en un “nuevo” medio para “iniciar” una misma vida. Por eso el desinterés en la elección de sus rumbos, intencionados o no siguen siendo errantes. En Roberto queda un arquetipo optimista para salir de la congoja generalizada de los personajes Jarmusch, salida ante tanto desconsuelo urdido en la obra anterior a esta tercera.

El contraste entre el trío de “Extraños en el Paraíso” (Willie-Eddie-Eva) y el de "Bajo el Peso de la Ley" (Jack-Zack-Roberto) arroja como diferencial más significativo el del factor esclarecedor y unificador llamado Roberto, aparte de una renuente dependencia entre los ex-presidiarios; ellos se unen en un mutuo acuerdo tácito de necesidad momentánea, una alianza que acabará ni bien llegué el camino separador. En cambio, los de “Extraños… son un trío indisoluble y necesariamente unido, ya que entre sí interactúan para su proacción. Su disolución fue producto de una infortunada desatención, la cual pone fin a su búsqueda del “paraíso”. Jarmusch parece llevar la contraria a esa máxima y decir: todo lo que sirva a los fines de una narración tradicional hay que quitarlo. Configurando así una “narración por ausencias” que va en contra de los hábitos de la costumbre cinematográfica. Las presentaciones de los personajes (salvo la de Waits) son a través de diálogos insustanciales, cuando la policía los atrapa lo que nosotros vemos es la conversación (con toda la insipidez de una conversación a tiempo real) en la que se deciden a dar el paso que les llevará a la cárcel, no vemos casi su detención, juicio o ingreso en prisión, sólo una tremenda elipsis y luego la cárcel. Con la fuga igual, nada de preparativos ni ejecución del plan (que es lo que una película convencional nos mostraría o incluso lo que sería el nudo de la misma, pero que aquí es engullido por una elipsis descomunal); en la posterior huída no se recrea en persecuciones, sólo en conversaciones, de nuevo y aparentemente, insustanciales... Las propias relaciones de los personajes están configuradas a través de diálogos de escasa profundidad en apariencia, nada de un desarrollo convencional de personalidades. Incluso ahí Jarmusch omite lo “esencial” y se queda con lo que normalmente no está en las películas.

Llena los silencios recitando en italiano poemas de Walt Whitman y Robert Frost, grandes poetas norteamericanos. Alimenta el diálogo con elementos de esperanza e imaginación (pinta una ventana en la pared de la celda). Para Jarmush, el grupo es el instrumento que permite salir adelante y ser feliz, mientras el individualismo mata el espíritu y empobrece la imaginación. La música tiene en las obras de Jarmusch un papel preponderante: no es un efecto sonoro, sino un complemento que aporta belleza. La música es de John Lurie y la canciones ("Jockey Full Of Bourbon" y "Tango Till They're Sore"), de Tom Waits, ambos actores del filme. Además se ofrecen fragmentos, extraordinariamente sugerentes, que combinan guitarra, percusión, trompeta, banjo, trombón, bajo electrónico y violoncelo. La imagen, de Robby Müller ("París, Texas"), de gran belleza visual, aprovecha los contrastes del claroscuro hasta las últimas posibilidades. Abundan las largas secuencias donde la cámara se mueve con parquedad y evita cortes. Benigni interpreta su papel con desenvoltura, gracia y brillantez. Nicoletta Braschi, esposa de Benigni en la vida real, está acertada y cautivadora. Waits y Lurie cumplen con corrección. Jarmusch a esas instancias ya era un distinguido autor de culto. En nuestros tiempos, él se erige como el más importante cineasta indie. Su obra produce el fenómeno de multiplicarnos emociones con el mismo esqueleto de guión, de provocarnos reacciones nuevas con los mismos elementos… Ese es Jarmusch, que titiritea la inoperancia, lo aburrido y acartonado para contarnos obras maestras elípticas del morbo y la "acción"… tácitas e implícitas del drama interno.

"Fábula, desoladoramente hermosa"

2 comentarios:

  1. Down by law' chorrea humor made in Jarmusch. El filme presenta un trabajo de diálogos profundo, y por momentos hilarante, irónico y absurdo. El trío protagonista rebosa singularidad y, aunque los tres personajes están perfectamente definidos, es Roberto Benigni el que por momentos ilumina la pantalla con su particular vis cómica. Son tres antihéroes realmente entrañables, a pesar de las circunstancias. Además, la música de Waits y la acertada aparición de la siempre adorable Nicoletta Braschi -esposa y musa de Benigni- convierten a esta película en una joyita indie muy, pero que muy recomendable.

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  2. Antes de ver Extraños en el Paraiso y Bajo el Peso de la Ley habia visionado Ghost Dog, Broken Flowers y Dead Man films de buenas ideas pero no me terminaban de seducir. Ver la sprimeras peliculas de Jarmusch me demostro un gran cineasta Cool y humoristico. Algo perdio en el camino. Muchas Pretenciones?

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